Charito Rojas
30 Mayo, 2012
“…Llevar al Presidente a una campaña electoral lo liquidaría totalmente, debido a la enfermedad que lo aqueja, por lo que los militantes deben preservar la vida de Chávez para que el 7 de octubre pueda ganar con una diferencia por lo mínimo de 10 % por encima del candidato de la oposición. Chávez dio todo por el pueblo, ahora le toca al pueblo dar todo por Chávez…”. Joel Acosta Chirinos, uno de los comandantes del 4-F.Los ciudadanos de a pie están mucho más claros que las cuatro reinas, digo, rectoras del CNE, que se niegan a ver la debacle que se avecina si ellas aceptan inscribir al Comandante Presidente sin siquiera saber en qué estado llegará a las elecciones o peor aún, si de ganar pudiera culminar su período constitucional de seis años.
Un grupo de organizaciones de la sociedad civil y movimientos políticos gremialistas presentaron una carta a los diputados del bloque democrático de la AN, en la cual plantean la insólita situación que vive el gobierno nacional, netamente presidencialista, con un presidente prácticamente ausente de todas las actividades públicas. Estiman que las redes sociales no pueden ser los canales de gobierno de un Jefe de Estado y el ejercicio de los deberes y facultades presidenciales deben estar sometidos a la territorialidad prevista en la Constitución y en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos.
“Exigimos- dice la comunicación- respetuosamente a la Fracción Parlamentaria Democrática que, actuando con el carácter y como legítima expresión, de la soberanía nacional, en los términos del artículo 201 de la Constitución EMPLACE al Tribunal Supremo de justicia para que, ajustándose y obedeciendo a las prescripciones del artículo 233 constitucional, y dando cumplimiento a la grave responsabilidad que en ese cuerpo colegiado depositó el legislador constituyente, designe a la brevedad, una JUNTA MEDICA, integrada por reputados y honorables especialistas, que certifiquen la capacidad o incapacidad física del Presidente Hugo Chávez Frías, para continuar ejerciendo las exigentes y delicadas funciones que la Constitución atribuye al Presidente de la República”.
En un año, el Presidente ha estado de reposo más de 200 días y más de 100 fuera del país, internado en Cuba. Pese al evidente deterioro de su condición de salud, objetivamente visible en sus ausencias prolongadas de las actividades del poder ejecutivo, ha anunciado que se inscribirá como candidato a la reelección presidencial.
No dudamos de la labia presidencial y de su carisma sobre las masas que le siguen. Pero nos preguntamos, ¿será eso y las dádivas suficiente convicción para los votantes que no encuentran respuesta desde hace años a sus necesidades más perentorias? El gobierno y sus funcionarios son quienes llevan adelante la campaña, las misiones se han multiplicado y están desplegados para cubrir en todos los rincones la ausencia presidencial con ofertas y regalos. La Misión Vivienda anda haciendo desastres por todo el país, instalando cementeras en zonas residenciales, construyendo en zonas verdes, expropiando terrenos y haciendo desarrollos urbanos sin planificación de servicios. Esa es la oferta principal de la campaña del Comandante: viviendas, como sean, donde sean, al costo que sea.
Sigo preguntando a esos ciudadanos que reciben los beneficios de campaña si esto es suficiente para resolver su problema de desempleo o subempleo, si las promesas les estiran el devaluado sueldo, si están felices con la seguridad que disfrutan ellos y su familia, si creen que tanto nuevo rico revolucionario gano esa fortuna sin robar al país, si están conformes con el deterioro de la infraestructura de las ciudades, de las vías, si les gusta el basurero que nos ahoga, si están satisfechos con la atención que reciben en los hospitales y con el colegio o liceo donde estudian sus hijos, si creen que el exterminio de la propiedad privada no les va a tocar nunca. A ellos les digo: hay que cambiar esto, hay que buscar la alternativa porque 14 años son suficientes para demostrar si un gobierno sirve y éste ha demostrado con creces su ineficiencia.
En las elecciones presidenciales concurrirán casi cuatro millones de nuevos votantes. Ellos, que pertenecen al grupo de “Me quiero ir”, hay que convencerlos que sí podemos tener una Venezuela mejor, que se puede luchar contra los delincuentes y ganarles, que podemos crear fuentes de trabajo, que iremos hacia la tecnología y el progreso. A esos muchachos, que viven pegados a los artefactos digitales, que no conocen el mundo sin Internet, que saben navegar por la autopista de la información para informarse que hay otra forma de vivir, con derechos y respeto, civilizada y segura, hay que ofrecerles que hacia allá vamos, que eso es lo que queremos para nosotros.
Ese voto de la gente del futuro es el que se debe captar para cambiar el presente y dejar el pasado atrás. El CNE debe cumplir con su deber de garantizar unas elecciones sin ventajismo, con candidatos sanos física y mentalmente, que sean capaces de cumplirle a sus votantes y a Venezuela. La oposición democrática está en la obligación de presentar eficientemente ese proyecto de país que todos queremos, convencer a los votantes y ganar unidos en bloque el poder para poner en práctica ese país posible. Quedan 4 meses para focalizar esa meta.