ELINA CARQUEZ12 DE ENERO 2014 - 12:01 AM
Ficha Personal de María Corina Machado
Ingeniera industrial y diputada a la Asamblea Nacional. Jefe de la fracción de independientes del Parlamento.
María
Corina Machado, diputada independiente a la Asamblea Nacional, habla
con vehemencia y su discurso no admite ambages. La violencia desbordada y
la criminalidad tienen para ella un único responsable: el gobierno de
Nicolás Maduro, que las utiliza de manera intencional como un mecanismo
de control social.
“No
se trata de pedir rectificación de las políticas, porque simplemente no
quieren hacerlo. La violencia es deliberada, quiere a un pueblo
sometido. No hay políticas, sino caos y anarquía”, sentenció.
Afirmó
que tras la muerte de la Miss Venezuela 2004, Mónica Spear, y la su
esposo, Maduro solo responde por la repercusión internacional que tiene
el caso. “Les preocupa el costo político que pueda tener esto”.
Aseguró
que Maduro intenta endosarle a la oposición su responsabilidad por el
fracaso de sus políticas, y que la coalición opositora le dé estabilidad
y legitimidad ante las medidas económicas que tendrá que adoptar este
año.
—El país
está convulsionado por el crimen de Mónica Spear y su esposo. ¿El
gobierno dio un paso al convocar a los gobernadores y alcaldes para
discutir sobre la inseguridad?
—Ese
asesinato es muy sentido porque es una figura pública cercana a la
gente, pero ese es el drama de 200.000 familias. La violencia es un
instrumento de control social: físico, político y espiritual. Ha sido
usado por el gobierno de manera intencional. No es un tema de pedirle a
Maduro que corrija o rectifique; no es que no pueda hacerlo, es que no
quiere hacerlo. La diferencia con Cuba es que el régimen mataba
directamente a sus disidentes. En Venezuela se ha incentivado el hampa
desbordada para ejercer violencia. Hay más de 10 millones de armas en la
calle, colectivos armados por el gobierno, una impunidad a través de la
destrucción del sistema judicial, y se ha logrado mandar el mensaje de
que aquí el crimen sí paga. Hay un discurso de odio y de venganza
permanente por parte de quienes ejercen el poder. No habrá solución a la
violencia, a la escasez, a la inflación, y no habrá posibilidad de
democracia y libertad mientras Maduro esté en Miraflores.
—Por primera vez en quince años el Gobierno admite que hay un problema con la inseguridad.
—Cada
vez que el gobierno se ve puesto contra la pared dice: "Ahora sí, ahora
sí vamos a resolver el problemita. Vamos a dialogar para corregirlo
juntos", y cuando la efervescencia baja, vuelve a la brutalidad. Este
gobierno sistemáticamente busca transferir su responsabilidad a otros.
Con la inseguridad pretenden aplicar lo mismo: "Somos una sociedad
violenta, enferma". Entonces, ¿esto no es responsabilidad de quienes
tiene 15 años en el poder? La función fundamental del gobierno es
preservar la vida de los ciudadanos. ¿Si esa no es la función del
gobierno, entonces de quién es? El gobierno está consciente del grado de
destrucción de la calidad de vida de la gente, y de lo que viene.
—¿Usted cree que todo esto es deliberado?
—Absolutamente.
Es un régimen de control social. En la medida que se destruye la
cohesión social y se tiene a un ciudadano totalmente dependiente del
Estado, y se busca ideologilizarlo, como con la resolución 058 del
Ministerio de Educación, o lo que se vive en la frontera con el ELN
metido en las escuelas del Táchira, y se tiene a una población que pasa
todos sus días de cola en cola para cubrir sus necesidades, ¿en qué
momento ejerce su ciudadanía? Se consumen. Lo que se busca es destruir
hasta la dinámica familiar, que es donde se genera la conciencia de un
ciudadano libre, y eso es lo que quieren pulverizar. Y lo que es peor:
destruir la República a través de la entrega de la soberanía nacional a
Cuba.
—¿Cuál es su valoración de la reunión del miércoles entre gobernadores y alcaldes con Maduro?
—Fue
un monólogo, Maduro no escuchó a nadie. Expuso sus puntos de vista en
un momento en el cual el régimen necesita estabilidad y apaciguar a las
fuerzas de oposición por su nefasta actuación. Cuando Maduro habla de un
plan de pacificación, habla de acallar a la oposición y a todos
aquellos que disentimos.
—¿No cree necesario medidas conjuntas con gobernadores y alcaldes sobre la inseguridad?
—Los
gobernadores y alcaldes tienen una responsabilidad y un mandato
popular, requieren lo que les corresponde: dotación policial,
información y comunicación, recursos. Otra cosa es asumir políticamente
la responsabilidad del fracaso de todas las políticas y de las medidas
económicas que van a tomar. El gobierno no tiene como objetivo una
agenda común para lograr resultados. La violencia para este gobierno es
política de Estado. Si no puedes defender a la ciudadanía, menos puedes
defender el territorio. Eso explica lo que ocurre con Guyana y el
Esequibo.
—¿Qué medidas debería tomar el gobierno si de verdad deseara atacar el problema?
—En
el supuesto de que la espiral de violencia no fuera intencional,
tendrían que destituir al ministro del Interior y Justicia, Miguel
Rodríguez Torres, lo que daría una primera evidencia de que lo que
ocurre es su culpa y de nadie más. Transferir recursos y respetar las
competencias de policías estatales y nombrar personas en el Poder
Judicial que defiendan la institucionalidad. Acabar con la persecución
política, liberar a los presos políticos y eliminar el lenguaje de odio
que representa un modelaje perverso para la sociedad.
—¿Cree que el gobierno tiene políticas eficientes para combatir la criminalidad?
—Es
que no hay políticas. Todo lo que existe apuntala el caos y a la
anarquía, y ha ido justificando la militarización de la sociedad en
todos los ámbitos, por la demanda de orden de una sociedad desesperada
por la anarquía.
—¿Gobernadores y alcaldes pueden enfrentar la violencia con medidas aisladas?
—No,
necesitan recursos y las competencias que les han quitado. No es solo
la visión preventiva. El sistema judicial debe funcionar. No se debe
colaborar con el gobierno compartiendo la responsabilidad, porque ellos
no quieren resolver el problema.
—¿Cómo puede la oposición apoyar y acompañar a la ciudadanía?
—Hay
que cambiar un régimen cuyas políticas son deliberadas para controlar y
someter a la población. Para el que tenga dudas, allí está Cuba y sus
55 años en el poder, ese es el diálogo en el que ellos creen. Tenemos un
régimen que para mantenerse en el poder necesita una sociedad
arruinada, convulsionada y dividida física y espiritualmente, y por eso
han ido sembrando el miedo a lo largo de estos años. El desafío es que
cada venezolano pueda establecer el vínculo directo entre los dramas
económicos y sociales y su raíz política, que sepa quién es el
responsable de que maten a la gente, de que no encuentren comida, de la
crisis de la salud. El problema es político y la única solución es el
cambio del régimen. Nuestro segundo gran objetivo es presentar esa ruta,
¿cómo lograr la remoción constitucional del gobierno lo antes posible?
Nuestra Constitución establece diversos mecanismos, como la asamblea
nacional constituyente, el referéndum revocatorio y el consultivo, una
enmienda, o la renuncia. Venezuela no puede seguir en esta dirección
—¿Qué opina del diálogo que promueve el Gobierno?
—¿Qué
quieren ellos de la unidad? Que le demos estabilidad y legitimidad. El
gobierno nos dice permanentemente que nos va a liquidar y que jamás
vamos a llegar al poder. El que dice eso, ¿puede abrir un espacio para
el diálogo? Frente a lo que se viene, quiere compartir y transferir la
responsabilidad, porque será brutal.
—¿Cree que los opositores que asisten a los llamados al diálogo del gobierno le hacen el juego a Maduro?
—Las reuniones han
sido distintas; la de los alcaldes y gobernadores fue para coordinar y
exigir lo que les corresponde; allí hubo expresiones claras y firmes de
la interacción que se está exigiendo. La de la Asamblea Nacional fue
diferente porque la AN es un poder autónomo y hay un Ejecutivo que ha
humillado al Parlamento y pretende someterlo. Ahí está la Ley
Habilitante y el Plan de la Patria. El Plan de la Patria es un plan de
gobierno, no una ley, y el único compromiso que tenemos los ciudadanos
con él es desconocerlo.
—¿Cree que fue acertado que los tres jefes de fracción de la unidad de la AN se reunieran con Maduro?
—Si pensara que era
correcto ir, habría ido. Así lo dije en la Mesa de la Unidad. No fui a
Miraflores porque Maduro es ilegítimo y este diálogo que ofrecen es tan
fraudulento como sus elecciones.
La vía es la constituyente
La
diputada María Corina Machado cree que el mecanismo para lograr una
remoción constitucional del presidente Nicolás Maduro es convocar una
Asamblea Nacional Constituyente. A pesar de los riesgos que implica una
constituyente, explicó que apuesta a este mecanismo porque está
convencida de que la mayoría de la ciudadanía quiere un cambio de
gobierno, y que al activarlo podrán modificar las condiciones
electorales.
“La ventaja
de la constituyente es que el llamado ‘poder originario’ permite
establecer los términos en que esa elección tiene lugar, tanto en el
tiempo como en las condiciones. No depende del régimen y sus
instituciones, y allí hay un diferencia fundamental entre la herramienta
de la constituyente y las otras opciones que establece la
Constitución”, indicó.
Subrayó que
hay que buscar una vía que no esté controlada por el gobierno, y que el
sistema electoral administrado por el CNE está corrompido y distorsiona
la expresión popular.
Insistió
en que la estrategia que escoja la Mesa de la Unidad Democrática debe
ser discutida abiertamente, incorporando a varios sectores de la
sociedad y oyendo a los ciudadanos. “El propósito de la unidad no es ser
la mejor oposición del mundo o la más buena, es lograr sustituir al
régimen y darles el poder a los ciudadanos”. Dijo que la unidad debe
debatir todas las opciones que están en la carta magna.
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