ANDRÉS F. SCHMUCKE G.| EL UNIVERSAL
sábado 16 de agosto de 2014 12:00 AM
Irse a vivir a otro país es, por decir lo menos, complicado. Imaginemos que salen de Venezuela porque les llega una oferta de trabajo (como es mi caso) y llegan a un país de Latinoamérica del que conocían por encima, pero del cual no sabían muchas cosas (lo que también es mi caso). Allí empieza la verdadera aventura.
Con el poco tiempo que tengo afuera, creo que me puedo aventurar a hacer algunas recomendaciones para aquellos que, como yo, están pensando en huir (creo que ésta es la palabra que lo describe mejor) de Venezuela. Para empezar, tengan todo, absolutamente todo, apostillado: títulos, licencias, antecedentes penales, actas de matrimonio, tipo de sangre y cualquier otra cosa que se les ocurra. Eso es vital, porque si no, van a sufrir (un poquito como yo ahora).
Otra cosa que también es muy importante cuando se llega como extranjero profesional es tener humildad, cero prepotencia, hay que confiar en el talento que se tiene, pero se tiene que estar dispuesto a aprender de las personas con las cuales compartirás. He escuchado muchos casos de venezolanos que llegan todos sabrosones, creyéndose la gran cosota y son esos los que les arruinan todo a los demás. Hay que pensar que fuera de Venezuela las cosas se hacen de manera diferente y eso hay que respetarlo.
Gracias a Dios soy un muchacho simpático y dado con la gente, lo cual me ha amortiguado un poco el choque de comenzar a integrarme a una nueva cultura, una idiosincrasia diferente y otra manera de hacer las cosas. Es normal que me cuesten aún algunas cosas, pero eso es parte del proceso de acoplamiento. Otra cosa que es vital tener es paciencia.
Siguiendo con el tema de mudanzas, me mudo de día. Seguiré escribiendo en El Universal, pero ahora los jueves. Así que ese día nos seguiremos leyendo
Con el poco tiempo que tengo afuera, creo que me puedo aventurar a hacer algunas recomendaciones para aquellos que, como yo, están pensando en huir (creo que ésta es la palabra que lo describe mejor) de Venezuela. Para empezar, tengan todo, absolutamente todo, apostillado: títulos, licencias, antecedentes penales, actas de matrimonio, tipo de sangre y cualquier otra cosa que se les ocurra. Eso es vital, porque si no, van a sufrir (un poquito como yo ahora).
Otra cosa que también es muy importante cuando se llega como extranjero profesional es tener humildad, cero prepotencia, hay que confiar en el talento que se tiene, pero se tiene que estar dispuesto a aprender de las personas con las cuales compartirás. He escuchado muchos casos de venezolanos que llegan todos sabrosones, creyéndose la gran cosota y son esos los que les arruinan todo a los demás. Hay que pensar que fuera de Venezuela las cosas se hacen de manera diferente y eso hay que respetarlo.
Gracias a Dios soy un muchacho simpático y dado con la gente, lo cual me ha amortiguado un poco el choque de comenzar a integrarme a una nueva cultura, una idiosincrasia diferente y otra manera de hacer las cosas. Es normal que me cuesten aún algunas cosas, pero eso es parte del proceso de acoplamiento. Otra cosa que es vital tener es paciencia.
Siguiendo con el tema de mudanzas, me mudo de día. Seguiré escribiendo en El Universal, pero ahora los jueves. Así que ese día nos seguiremos leyendo
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