JOSÉ ANTONIO GIL YEPES
| EL UNIVERSAL
lunes 20 de octubre de 2014 12:00 AM
El reto de la oposición ha
sido ar- ticularse, y el logro de Ramón G. Aveledo fue eso, la
articulación partidista electoral 2010-2013 de la MUD. Sin embargo, ese
bloque de 27 partidos no logró conectarse con las organizaciones
populares ni sectoriales para acompañarlas en sus luchas. Así fue como
los agarró el deterioro de 2013-14, sin tener nada que decir. Por eso
surgieron Leopoldo López-VP, María C. Machado-Vente y Antonio
Ledezma-ABP, reclamándole al gobierno el desastre socioeconómico en
curso y poniendo en evidencia que sus compañeros no estaban haciendo su
trabajo.
Los resultados de esta sacudida son el distanciamiento entre dos bloques dentro de la MUD; prisión de Leopoldo; su recuperación de popularidad e intención de voto presidencial sobre Capriles y, más aún, sobre Nicolás Maduro; el crecimiento de PJ en identificación partidista y el descenso de VP; las renuncias de Aveledo y Ramón José Medina a la MUD; y una autorrevisión de la MUD que comenzó a evidenciarse con el nombramiento de Chúo Torrealba como coordinador.
Chúo empezó bien: es más mediático que Aveledo, tiene más calle y puso el dedo en la llaga: es necesario que los partidos de la MUD busquen el poder mediante el acompañamiento a la población en la solución de sus problemas cotidianos, pero no creyendo que lo van a lograr con campañas electorales ocasionales. De eso sabe Chúo: su profesión es estar metido en los barrios.
Esta revisión estratégica y los malos resultados gubernamentales produjeron un vuelco: se cruzaron las autodefiniciones políticas (38% "oposición" vs 29 "chavista") y las identificaciones partidistas (21% "partidos oposición" vs 16 "PSUV").
Pero el verdadero reto de la oposición nadie lo ve. Es imposible que 27 partidos puedan coordinarse lo suficiente como para aprovechar a plenitud la oportunidad que les dejan los errores del gobierno. Si no van a quemar a Chúo también, ¡necesitan organizarse en uno solo! Ya la MUD recibe la mayor identificación partidista opositora, aunque no existe. ¿Podrán los líderes poner los intereses del pueblo por encima de los propios?
Los resultados de esta sacudida son el distanciamiento entre dos bloques dentro de la MUD; prisión de Leopoldo; su recuperación de popularidad e intención de voto presidencial sobre Capriles y, más aún, sobre Nicolás Maduro; el crecimiento de PJ en identificación partidista y el descenso de VP; las renuncias de Aveledo y Ramón José Medina a la MUD; y una autorrevisión de la MUD que comenzó a evidenciarse con el nombramiento de Chúo Torrealba como coordinador.
Chúo empezó bien: es más mediático que Aveledo, tiene más calle y puso el dedo en la llaga: es necesario que los partidos de la MUD busquen el poder mediante el acompañamiento a la población en la solución de sus problemas cotidianos, pero no creyendo que lo van a lograr con campañas electorales ocasionales. De eso sabe Chúo: su profesión es estar metido en los barrios.
Esta revisión estratégica y los malos resultados gubernamentales produjeron un vuelco: se cruzaron las autodefiniciones políticas (38% "oposición" vs 29 "chavista") y las identificaciones partidistas (21% "partidos oposición" vs 16 "PSUV").
Pero el verdadero reto de la oposición nadie lo ve. Es imposible que 27 partidos puedan coordinarse lo suficiente como para aprovechar a plenitud la oportunidad que les dejan los errores del gobierno. Si no van a quemar a Chúo también, ¡necesitan organizarse en uno solo! Ya la MUD recibe la mayor identificación partidista opositora, aunque no existe. ¿Podrán los líderes poner los intereses del pueblo por encima de los propios?
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