MARÍA TERESA ROMERO
| EL UNIVERSAL
miércoles 4 de febrero de 2015 12:00 AM
La III Cumbre de la Comunidad
de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), recién realizada en
Costa Rica, finalizó condenando al unísono el bloqueo económico de
Estados Unidos a Cuba, al tiempo que los mandatarios presentes en esta
nueva cita festejaron, también por unanimidad, el restablecimiento de
relaciones entre Cuba y EEUU.
Por su parte, el cubano Raúl Castro calificó como un "triunfo" de su pueblo el restablecimiento de esas relaciones. Es más, hizo varias exigencias a Barack Obama para avanzar hacia la normalización de relaciones bilaterales: utilizar con determinación sus facultades ejecutivas para modificar la aplicación del bloqueo económico, aún sin la decisión del Congreso estadounidense de levantarlo; que EEUU no presione a Cuba en temas de asuntos internos; que termine con las emisiones de MartiNoticias; cierre de la base de Guantánamo y pago de una compensación por los daños económicos y humanos que en su opinión ha sufrido Cuba con el embargo comercial que los cubanos calculan en unos 116.860 millones de dólares (¿cómo habrán sacado esta cifra?). Raúl Castro dijo además que "no cederé ni un milímetro de la soberanía cubana en las negociaciones".
Esta Cumbre, pone de relieve que los actuales mandatarios latinoamericanos seguirán con la posición antiestadounidense de siempre haga lo que haga el gobierno de EEUU, mientras que defenderán al cubano haga lo que haga este régimen dictatorial y comunista. Parece que tienen que llegar a ser expresidentes, como Andrés Pastrana, de Colombia; Sebastián Piñera, de Chile; Felipe Calderón, de México, y Oscar Arias, en Costa Rica, para atreverse a cuestionar a Cuba, Venezuela y sus otras franquicias regionales.
A la vez, estas exigencias y declaraciones de Castro evidencian, para quienes quieran ver, que lo que realmente está buscando es ganar tiempo y no comprometerse con seriedad en una apertura de relaciones con EEUU, la cual se le ofreció sin condiciones ni exigencias, y menos aún en un proceso de democratización.
Matero1955@hotmail.com
Por su parte, el cubano Raúl Castro calificó como un "triunfo" de su pueblo el restablecimiento de esas relaciones. Es más, hizo varias exigencias a Barack Obama para avanzar hacia la normalización de relaciones bilaterales: utilizar con determinación sus facultades ejecutivas para modificar la aplicación del bloqueo económico, aún sin la decisión del Congreso estadounidense de levantarlo; que EEUU no presione a Cuba en temas de asuntos internos; que termine con las emisiones de MartiNoticias; cierre de la base de Guantánamo y pago de una compensación por los daños económicos y humanos que en su opinión ha sufrido Cuba con el embargo comercial que los cubanos calculan en unos 116.860 millones de dólares (¿cómo habrán sacado esta cifra?). Raúl Castro dijo además que "no cederé ni un milímetro de la soberanía cubana en las negociaciones".
Esta Cumbre, pone de relieve que los actuales mandatarios latinoamericanos seguirán con la posición antiestadounidense de siempre haga lo que haga el gobierno de EEUU, mientras que defenderán al cubano haga lo que haga este régimen dictatorial y comunista. Parece que tienen que llegar a ser expresidentes, como Andrés Pastrana, de Colombia; Sebastián Piñera, de Chile; Felipe Calderón, de México, y Oscar Arias, en Costa Rica, para atreverse a cuestionar a Cuba, Venezuela y sus otras franquicias regionales.
A la vez, estas exigencias y declaraciones de Castro evidencian, para quienes quieran ver, que lo que realmente está buscando es ganar tiempo y no comprometerse con seriedad en una apertura de relaciones con EEUU, la cual se le ofreció sin condiciones ni exigencias, y menos aún en un proceso de democratización.
Matero1955@hotmail.com
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