EN: http://konzapata.com/2015/09/un-papa-contundente-le-habla-claro-al-poder-de-la-habana/
El Papa sigue siendo consecuente con la prédica del evangelio. Escogió un
mensaje centrado en el servicio y en las personas. Ya lo decía el padre Luis
Ugalde a KonZapata: “Hay que atenerse a lo hechos”. Francisco no defraudó.
Dijo: no se sirve a ideologías.
Por Juan Carlos Zapata @periodistajcz.
Claro. La prensa cubana no iba a otorgarle el titular a la frase. Pero tampoco
pudo soslayarla. Los medios del otro extremo querían ver a un Papa más radical, más confrontador. Ese no es su
papel. Cuando entrevistamos al padre Luis Ugalde nos dijo:
El Papa es una especie de coordinador. No un jefe absoluto.
O lo que es lo mismo. Nadie podía esperar que llegara a La Habana a pronunciar un discurso “estrictamente”
proselitista. Y, sin embargo, de alguna manera, el mensaje de fondo y abierto de la primera homilía, celebrada en la
Plaza de la Revolución, fue contundente. Partió del mensaje de a quién servir. Cómo servir. Quién es el primero entre
las personas.
¿Quién es el más importante? Una pregunta que nos acompañará toda la vida y en las distintas etapas seremos
desafiados a responderla. No podemos escapar a esta pregunta, está grabada en el corazón. Recuerdo más de una
vez en reuniones familiares preguntar a los hijos: ¿A quién querés más, a papá o a mamá? Es como preguntarle:
¿Quién es más importante para vos? ¿Es tan solo un simple juego de niños esta pregunta?
El País de Madrid señala que “El papa Francisco escogió este domingo una tibieza inédita para su sermón en la misa
en la plaza de La Revolución de La Habana. Su homilía más esperada, pronunciada en presencia de Raúl Castro y
bajo la famosa efigie del Che Guevara —el santo laico de la revolución—, evitó cualquier referencia al exilio, la
disidencia política o el proceso de acercamiento a EE UU. Jorge Mario Bergoglio defraudó las expectativas mediáticas
en beneficio de sus negociaciones privadas con Raúl Castro y, en las próximas horas, Barack Obama. Después de la
misa, el Papa visitó a Fidel Castro”.
Nada más alejado de la realidad. No hubo tibieza en el sermón. Por el contrario, por haber dicho lo que dijo, la
prensa cubana y la prensa oficialista como la venezolana, centraron los titulares en otros aspectos. El Correo del
Orinoco en el conflicto colombiano. Granma en una ambivalencia: “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”. ¿Y
por qué? Porque el mensaje central del Papa les resulta más que incómodo:
Nunca el servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las personas.
La prensa cubana y procubana lo minimizó. Pero imposible ocultarlo. “Muy poco, por el momento, para un viaje tan
largo”, comentó el corresponsal de El País. Lo cual no se corresponde con lo que luego él mismo recoge en la reseña:
“La importancia de un pueblo, de una nación, la importancia de una persona siempre se basa en cómo sirve a la
fragilidad de sus hermanos. El servicio nunca es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las
personas”.
Lo dijo el Papa frente a miles de cubanos y turistas. Frente al poder cubano. Frente a un Raúl Castro recogido. Y en
una nación en la que la ideología ha sido la marca y la causa de la exclusión. El Papa no podía llegar en plan de
militante de una causa partidista, pues no es ese su papel. Lo importante es que el mensaje partió de lo inamovible:
La fuente del evangelio. Jesús como mensajero de un mensaje que lleva dos milenios de vigencia mientras que las
ideologías –se puede hacer una lista se han derrumbado y se derrumban. Cuba cambia, para bien. Y la revolución
chavista se está autodestruyendo, como dijo el presidente Juan Manuel Santos. El Papa, sin tronidos, fijó la línea de
manera oportuna y a su estilo.
Con el tono de la humidad diría el padre Ugalde. Sin gritar. Sin amenazar.
De las que oían, presentes en la Plaza de la Revolución, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández. Y
precisamente, el diario Clarín de Buenos Aires, es el que recoge de manera precisa la “anatomía del instante”,
parafraseando el libro del español Javier Cercas.
Sergio Rubin, enviado especial, escribe que “Ante una multitud congregada en la emblemática Plaza de la Revolución,
en La Habana, y horas antes de visitar al legendario líder cubano Fidel Castro, el Papa Francisco criticó ayer la
supremacía de las ideologías en la construcción de una sociedad mejor.
Apuntó que “La definición del pontífice sonó potente por haber sido dicha en un país como Cuba, con un régimen que
le otorga a la ideología marxista que “sacraliza” al Estado una gran importancia, y delante del presidente Raúl
Castro y todo su gabinete”.
Agregó que “No fue la única vez durante el día que Francisco arremetió contra las ideologías. Al caer la tarde, en un
vibrante encuentro con jóvenes en el centro cultural Padre Félix Varela, el Papa advirtió que “no sirven las lecturas
parciales o ideológicas, que deforman la realidad para que entre en nuestros pequeños esquemas preconcebidos,
provocando siempre desilusión y desesperanza”.
Y anotó que “Antes de que hablara Francisco, el joven Leonardo Fernández Otero había dicho, en nombre de los
jóvenes, que a ellos los unía “la esperanza en un futuro de cambios profundos y donde Cuba sea un hogar para todos
sus hijos, piensen como piensen y estén”. Y le había pedido al Papa “en esta compleja realidad que nos tocó vivir”
que los ayude a “ser jóvenes que sepamos acoger y aceptar al que piense diferente, que no nos encerremos en los
conventillos de las ideologías o las religiones, que evitemos el individualismo y la indiferencia, grandes males de la
rutina cubana”…”Francisco, a su turno, le agradeció a Leonardo sus palabras, sobre todo por su insistencia en la
esperanza en un futuro mejor. Y tras advertir sobre las ideologías señaló que “un camino de esperanza requiere una
cultura del encuentro, del diálogo, que supere los contrastes y el enfrentamiento estéril. Para ello –subrayó– es
fundamental considerar las diferencias en el modo de pensar no como un riesgo, sino como una riqueza y un factor
de crecimiento”. Y advirtió que “no basta la simple tolerancia” y que “si no hay solidaridad ningún país tiene futuro”.
El padre Ugalde ya lo había advertido: “Hay que atenerse a los hechos”. Y este hecho de ayer del Papa en La Habana,
fue más que contundente.
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