Friday, September 30, 2016

Paz en Colombia Guerra en Venezuela

EN: Recibido por email


El Calabozo de la Libertad

Por: Gustavo Azócar Alcalá

Como venezolano y latinoamericano, debo saludar el acuerdo de paz firmado esta semana entre el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos y el máximo líder de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, mejor conocido como Timochenko. Quienes somos amantes de la paz debemos regocijarnos cada vez que dos partes en conflicto encuentran un camino para ponerle fin a una guerra. La alegría es mucho mayor, si la paz se logra en una nación hermana, a la que queremos mucho, como lo es Colombia.
El acuerdo firmado entre Santos y las FARC, tal como lo han reconocido algunos expertos, no es perfecto. Es un documento de 290 páginas con algunas lagunas, con cláusulas muy controversiales, y con una serie de concesiones, que hacen que alguna gente sienta un sabor amargo en la boca. Hay colombianos que habrían querido un tratado mucho más duro contra las FARC, una guerrilla que durante los últimos 50 años sembró el terror y acabó con la vida de centenares de miles de personas inocentes en ese país.
Pero como bien dicen los abogados, siempre es mejor un mal arreglo que un buen pleito. El conflicto armado colombiano se prolongó por más de 50 años. Dejó más de doscientos mil muertos y cinco millones de desplazados. Colombia pagó un precio muy alto gracias a ese enfrentamiento entre las FARC y las Fuerzas Militares. El conflicto no sólo afectó a Colombia. También tuvo sus efectos sobre los países vecinos, entre ellos Venezuela, cuyos habitantes fronterizos también pagaron las consecuencias de una guerra en la que no tuvimos arte ni parte. Durante muchos años, ganaderos y empresarios venezolanos fueron secuestrados por las FARC y el ELN. La guerrilla financió su lucha con dinero venezolano obtenido del pago de rescates.
A eso habría que sumar la cantidad de niños y jóvenes que fueron secuestrados por la guerrilla en Táchira, Zulia, Apure y Barinas, y que fueron trasladados a los campamentos de las FARC para ser convertidos en guerrilleros. Hay una larga lista de jóvenes venezolanos que habitaban en la zona fronteriza, y que fueron declarados como “desaparecidos”, pero que en realidad nunca desaparecieron. Fueron adoctrinados e incorporados a las filas de la guerrilla colombiana. Esas historias muy pronto saldrán a la luz pública.
El acuerdo entre las FARC y el gobierno de Juan Manuel Santos contempla que los guerrilleros se concentrarán en 23 zonas “veredales” y 8 campamentos —sin armas—, y que las FARC entregarán las armas a la ONU. Las FARC, según el tratado de Paz, se comprometieron a entregar a un organismo internacional de monitoreo y verificación del proceso toda la información sobre las armas que poseen. De acuerdo con el cronograma previsto en el acuerdo, los guerrilleros empezarán a desplazarse con su armamento individual hacia las zonas veredales transitorias de normalización.
De acuerdo con el Tratado de Paz, las llamadas “zonas de concentración” fueron diseñadas para “hacer el tránsito de los guerrilleros a la legalidad” y en esos puntos las FARC adelantarán el proceso de dejación de las armas y se prepararán para el proceso de reintegración a la vida civil. Son dos tipos de zonas veredales: transitorias de normalización (ZVTN) y puntos transitorios de normalización. Tan pronto los guerrilleros estén ubicados en ellas se adelantará el proceso de dejación de las armas.
La diferencia entre los dos tipos de zonas veredales será la cantidad de guerrilleros que albergue, el tamaño de la zona y su ubicación. Los puntos fueron concebidos para la llegada de los frentes que se encuentran en zonas remotas y serán pequeños campamentos. Las zonas estarán ubicadas en 22 municipios de 12 departamentos de Colombia.  El general Javier Flórez, jefe de la subcomisión de Fin del conflicto en La Habana y comandante del Comando Estratégico de Transición, informó que el grupo subversivo tiene actualmente en sus filas 5.765 miembros, que serán los que inicialmente se desplazarán a las zonas veredales de normalización.
De acuerdo con lo establecido en el Tratado de Paz, a partir del séptimo día tras la firma del acuerdo final, las FARC cuentan con 180 días para entregar todas sus armas al componente internacional. El día 7, es decir, el próximo lunes 3 de octubre, comienza el transporte de armas individuales, de milicias, granadas y municiones. A partir del día 10 se iniciará igualmente la destrucción del armamento inestable. Para el día 60, después de la firma, se habrá iniciado el almacenamiento de las armas en contenedores que controla el componente internacional, que se espera completar el día 180.
Ahora bien, la gran pregunta es: ¿Entregarán las FARC todas las armas que están en su poder? Hay dudas de que se vaya a entregar todo el armamento. Hay quienes creen,  que las armas podrían pasar a territorio venezolano. La docente e internacionalista Giovanna de Michele, dijo que cuatro zonas veredales y dos campamentos del grupo paramilitar colindan con la frontera venezolana. “Sería bueno saber si el Estado venezolano ha tomado algún tipo de medida, previendo esta situación”, dijo Michele.
Pero eso no es todo: hay quienes vaticinan la posibilidad de que parte de las FARC decidan instalarse en algunas regiones selváticas de Venezuela aprovechando la debilidad y la complacencia del régimen de Nicolás Maduro. El secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba, alertó sobre la posibilidad de que la guerrilla colombiana migre a Venezuela.
“Hacemos un llamado a reflexionar sobre las consecuencias que traerá la firma de este acuerdo. Celebramos que se haya desmantelado un conflicto más, pero, esperamos que no sea trasladado a Venezuela”, dijo Torrealba, quien además mostró su preocupación ante la posibilidad real de que pocos guerrilleros conseguirán reinsertarse plenamente. “No podrán seguir delinquiendo en Colombia por lo que podrían trasladarse hacia Venezuela”, puntualizó.

José Miguel Vivancos, Director de Human Rights Watch, dijo que “hay obvios motivos para celebrar: luego de cuatro años de negociaciones, las partes han llegado a un acuerdo que ofrece una oportunidad clave para la vigencia de los derechos humanos en Colombia. Pero, lamentablemente, el componente de justicia del acuerdo promueve la impunidad y, con ello, pone en riesgo las posibilidades de una paz genuina”.
El temor que existe en algunos sectores de Venezuela, luego de la firma del Tratado de Paz entre Juan Manuel Santos y las FARC está muy bien fundamentado. Para nadie es un secreto la “afinidad ideológica” que existe entre el gobierno de Nicolás Maduro y los integrantes de la cúpula de la principal organización guerrillera colombiana.
Los nexos entre las FARC y el gobierno revolucionario y socialista que detenta el poder en Venezuela son de vieja data. Esas relaciones comenzaron muchos años antes de que Hugo Chávez asumiera la Presidencia de la República en 1999. Hay testigos que dan fe, incluso, de la participación de las FARC en el golpe de estado de noviembre de 1992. Chávez falleció en 2013, pero la relación de amistad y cooperación entre las FARC y la revolución no se ha resquebrajado. Todo lo contrario: se ha incrementado.
Informes de inteligencia dan cuenta de la existencia de campamentos guerrilleros de las FARC y el ELN en Zulia, Táchira, Apure, Barinas, Guárico, Cojedes, Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro. Mucho tiempo antes de que se instalaran en La Habana, para iniciar los diálogos de paz, los principales jefes de las FARC se pavoneaban por algunas regiones venezolanas. En la zona sur del Lago de Maracaibo, entre Machiques, Casigua y Encontrados, todavía hay quienes recuerdan la presencia de Iván Márquez. En la lengüeta de Barinas hay quienes aseguran haber visto muchas veces a Timochenko.
Lo cierto es que mientras los guerrilleros se desmovilizan y desmantelan sus campamentos en Colombia, como consecuencia del Tratado de Paz, su presencia ha venido aumentando en territorio venezolano. Hace pocos días conversé con un ganadero quien me aseguró que todos los meses debe pagar religiosamente la “vacuna” al frente 45 de las FARC en Barinas.
La paz de Colombia es bienvenida. Por supuesto que nos alegra que ese país hermano comience a transitar a partir de ahora los senderos de la paz y la convivencia ciudadana, poniendo fin a 52 años de conflicto armado. Pero mientras nos regocijamos por lo que pasa en Colombia, comenzamos a preocuparnos por lo que ha de pasar en Venezuela en los próximos meses.
He de confesar que no creo que las FARC entreguen a la ONU la totalidad de las armas que están en su poder. Algo me dice que gran parte de ese armamento, sobre todo el más nuevo, el más moderno y sofisticado, ya debe estar a buen resguardo en los campamentos que esa guerrilla tiene en Venezuela. Tampoco creo que las FARC se desmovilice por completo. Hay algunos frentes guerrilleros que ya han declarado abiertamente que no están de acuerdo con el tratado de paz.
Es muy triste decirlo, pero es así: mientras Colombia firma la paz y cifra sus esperanzas en el fin del conflicto, en Venezuela tenemos que prepararnos para la guerra que se nos viene encima. Una parte importante de las FARC no sólo no atenderá el llamado a la paz, sino lo que es peor: se ha mudado de residencia. Ahora están aquí, domiciliados en Venezuela, protegidos por la revolución, dedicados al negocio del narcotráfico, controlando aviones que entran y salen de Apure y de otros estados del país. Mientras gran parte de los colombianos celebra la paz y votará por el SI el próximo domingo, nosotros debemos prepararnos, irremediable y lastimosamente para la guerra.
Lo malo del Tratado de Paz firmado el pasado lunes 26 de septiembre fue que sólo tomó en cuenta a Colombia. Allí no se habló de lo que hacen las FARC en los países vecinos. Raúl Reyes dejó muchos herederos e intereses en Ecuador. Timochenko e Iván Márquez todavía tienen muchos intereses en Venezuela. Hay que estar preparados para lo que viene.

SC. 30 de septiembre de 2016

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Polémica Trump - Machado continúa

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Machado dice que Trump la humilló al invitar a reporteros a las sesiones de ella en el gimnasio y llamarla “Miss Piggy” (“Señorita Cerdita”)


La campaña de Hillary Clinton exhortó a Donald Trump a que se disculpe con la venezolana Alicia Machado, ex ganadora del concurso Miss Universo.
Jen Palmieri, portavoz de la campaña de la candidata demócrata, le dijo a los reporteros el miércoles que Trump y su campaña “deberían dejar de molestarla”.
Los asesores de Trump han buscado sacar provecho de los reportes de que Machado amenazó con matar a un juez en Venezuela en 1998. Ella nunca fue acusada de ningún delito.
En una entrevista el martes con la cadena CNN, la ex Miss Universo dijo que “todo el mundo tiene un pasado”.
Trump se ha negado a retractarse de los comentarios que hizo en torno al peso de Machado. El martes dijo que el hecho de que hubiera engordado tanto había sido “un verdadero problema”.
El candidato presidencial republicano le dijo el miércoles al conductor Bill O’Reilly de Fox News que él “salvó el empleo de ella porque querían despedirla por haber subido tanto de peso”. El magnate dice que dijo: “No lo hagan; déjenla intentar perder ese peso”.
Machado dice que Trump la humilló al invitar a reporteros a las sesiones de ella en el gimnasio y llamarla “Miss Piggy” (“Señorita Cerdita”).
“Ayudé a alguien y esto es lo que uno recibe por ayudar a alguien”, afirmó el candidato.
Dice también que ella y otras chicas sabían a qué se metían, y añadió: “Es un concurso de belleza”.

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Para llorar

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Nicolás Maduro debe sentirse muy mal. Frustrado, incómodo, rabioso. Como para encerrarse en el baño a llorar. Nadie le quiere. Este es el gran titular de Versión Final, en Maracaibo: “Diosdado Cabello suena para asumir la Vicepresidencia. El gobernador de Carabobo, Francisco Ameliach, y dirigente del PSUV dijo ayer, ‘Si usted vota por revocar en el 2017 es votar porque Diosdado fuese presidente”.
La estrategia es clara: no hay revocatorio este año, será el que viene, Maduro sale y queda como presidente el que sería el nuevo vicepresidente, Diosdado Cabello. Lo ha cantado Francisco Ameliach. Decía que Maduro está para encerrarse en el baño a llorar porque está claro que él no vale ya absolutamente nada. Es un cero a la izquierda. Los suyos dan por perdida su presidencia. Los suyos saben que el país no le quiere, que perdería en cualquier territorio o circunstancia electoral. Pero una cosa es saberlo y otra decirlo de manera tan abierta y humillante. Como para encerrarse a llorar.
Mientras, Cabello, según este mismo diario marabino, realizó su programa Con el Mazo Dando desde Maracaibo, acompañado por la cúpula militar y la plana mayor del PSUV Zulia. Lo de la cúpula es importante, es una manera de decir: Yo soy el que tiene el poder, yo cuento con los militares. Pero más allá de este detalle sus palabras fueron huecas: “Vamos a convocar a la mamá de las marchas. Mejor dicho una marcha por la resistencia antiimperialista con nuestros indígenas, con nuestro pueblo en la calle”. Tonterías. Marcha por la resistencia antiimperialista con indígenas porque es el 12 de octubre, “día de la resistencia indígena”. Todo para responder, tardíamente y sin originalidad alguna, a las marchas que para el mismo día convocó la oposición en todas las ciudades del país. Además, a Cabello le citan en la primera página de El Universal: “El vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela se pronunció sobre la carta que envió la oposición al Vaticano para solicitar la mediación del papa Francisco, y dijo que quien puede invitar al papa es el gobierno”. Cabello, al papa le invita quien quiera, católico o no, crea en él o no. Tales tonterías se dicen cuando no hay nada sensato, coherente e importante qué decir.
Pero las tonterías no son privativas del diputado. El flamante jefe del Estado Mayor de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, Freddy Bernal, también acude a ellas: “La revolución y el presidente Nicolás –así, sin apellido– no permitirán que los venezolanos se queden sin pernil ni hallacas. A los CLAP llegará el pernil navideño y también los insumos de las hallacas”. Dicho por el jefe del Estado Mayor de los CLAP, citando la revolución y al presidente, suena a declaración histórica, solemne, en pleno campo de batalla. Pero la proclama queda hueca y ridícula cuando todo se reduce a la oferta de un pernil. Le citan en Analítica.com: “Bernal aseguró que se encuentran ‘sembrando’ pimentón, cebolla, tomate, ají, y criando cerdos para cumplir la meta de 40 millones de hallacas para 12 millones de venezolanos que forman parte de los CLAP”. Estamos casi en octubre. ¿En cuánto tiempo se cultiva el pimentón, señor Bernal? Usted que por lo visto ahora es experto agrícola. ¿Y cuántos cerdos están criando? Se miente impune, descaradamente.
Pero la verdad les cae encima como una lápida. Hablando de alimentación, ayer recibimos un duro golpe: la canasta alimentaria está costando casi 400.000 bolívares. Pero si ese golpe no fue suficiente, el Cendas nos manda hoy otro más duro: el costo de la canasta básica supera los 500.000 bolívares. La canasta básica es eso: básica, elemental, primaria, para apenas sobrevivir. El Tiempo, de Puerto La Cruz, saca su cuenta: “Se necesitan Bs 17.000 diarios para cubrir la canasta familiar”. 17.000 bolívares diarios para una familia de 5 miembros, que es lo que estima la canasta. Para llegar a esa cifra hacen falta 28 salarios mínimos mensuales, solo son 5 personas. Las cuentas son absurdas, de ninguna manera dan. Esas sí son razones, números para llorar.


Venezuela y la paz de Colombia

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Nicolás Maduro ha afirmado, previsiblemente y con estulto énfasis, que la paz en Colombia es obra por completo atribuible a Hugo Chávez. Tamaña mentira me lleva a abordar un tema nada irrelevante a la hora de tratar de entender qué (nos) pasa, hoy por hoy, en Venezuela.
Me resulta inexplicable la dificultad que enfrenta la oposición venezolana a la hora de juzgar el histórico momento que atraviesa la nación vecina. Demasiados venezolanos opositores al chavismo, tanto políticos de oficio como ciudadanos del común, desestiman las positivas consecuencias inmediatas y futuras que la ratificación, por vía plebiscitaria, del acuerdo de paz entre las FARC y el Estado colombiano con toda seguridad han de tener en la resolución de la devastadora discordia que el chavismo ha instaurado en mi país.
Cierto que los arteros tejemanejes del chavismo para aplazar el referéndum revocatorio hasta 2017 absorben toda la atención, no solo de los miembros de la MUD (Mesa de Unidad Democrática), sino del ciudadano común que, indignado, ve cómo la arbitrariedad de Maduro y la panda de generales corruptos (cuando no capos narcotraficantes) e indignos funcionarios civiles atropella los más elementales derechos humanos y políticos de los venezolanos.
Tener que confrontar, día a día, a mano desarmada, nuevas y más ultrajantes arbitrariedades, ciertamente no deja tiempo de mirar con detenimiento lo que ocurre en el vecindario, pero igual resulta no solo triste, sino muy grave que persistan en la opinión venezolana tantas percepciones equivocadas, tantos equívocos y, digámoslo de una vez,tanto rancio prejuicio xenófobo contra Colombia y sus ciudadanos.
Enumerarlos, clasificarlos y tratar de rastrear sus orígenes, desde la ya remota querella que en 1830 condujo a la disolución de la Gran Colombia –esa “ilusión ilustrada”, como la llamó el prematuramente extinto pensador venezolano Luis Castro Leiva–, hasta las vociferaciones con que Hugo Chávez atribuía a Álvaro Uribe protervas vinculaciones con el general Santander y el atentado contra Bolívar en 1828, sin olvidar los abstrusos diferendos limítrofes de principios del siglo pasado que tanto desvelaron a militares y demagogos venezolanos y alentaron la xenofobia anticolombiana, es asunto tan detejas arriba que excede mis capacidades y las de estas 600 palabras de mi bagatela semanal.
Pero algún día, y pronto, harán bien las élites intelectuales venezolanas, en especial las que se ocupan del quehacer político, en abocarse a ello. Por modesta que sea mi experiencia, sé positivamente que leer y pensar intensamente en torno a Colombia me ha llevado a entender mejor muchas cosas de Venezuela. Y, por cierto, hay mucho, muchísimo más que entender que lo que trae el manido y mezquino epigrama, atribuido, con razón o sin ella, a Simón Bolívar: “Venezuela es un cuartel, Colombia una universidad y Ecuador un convento”.
Parafraseando al poeta estadounidense Allen Ginsberg, he escuchado a los mejores cerebros de mi generación despachar a Santos, De la Calle, Jaramillo, Gaviria y Holguín como ingenuos embaucados por unas FARC cuyo proyecto es instaurar una Gran Colombia castrochavista. Me preocupa la propensión de tantos opositores venezolanos a simpatizar, sin mayor examen, con Uribe hasta el punto de olvidar cuánto lo asemejó a Chávez su desprecio a las instituciones y a la norma constitucional de su país. Pero afirmar, como lo he escuchado en Caracas de labios de muy caracterizados líderes opositores, que Juan Manuel Santos es un tonto útil de Nicolás Maduro desafía toda ecuanimidad.
Duele advertir que quienes padecen la vocación tiránica, esencialmente violenta, del chavismo piensen que una victoria del Noen Colombia pueda contribuir a la normalización democrática y a la reconciliación en Venezuela.

Dios o el diablo?

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Editorial El Nacional

El miércoles pasado, un despacho de la agencia France Press, rubricado por María Isabel Sánchez, daba cuenta de la "crisis emocional" que, para desgracia, padecemos los habitantes de esta tierra que alguna vez fue de gracia. Con pocos pero vigorosos y expresivos trazos, la periodista esbozó un dramático retrato de los desequilibrios mentales que afectan a la sociedad y al ciudadano. 

"Depresión, angustia, ansiedad, resentimiento, pánico, pesimismo, paranoia, ira y desilusión componen el cocktail emocional de muchos venezolanos", según el diagnóstico formulado a la AFP por Liliana Castiglione y Stefania Aguzzi, creadoras de Psicólogas al Rescate, iniciativa surgida "para ayudar a enfrentar, en línea o en el diván, las aflicciones cotidianas de la gente". 

Piensan que el estrés se ha disparado y la tolerancia disminuido, lo que, a juicio de Castiglione, afecta las relaciones personales, amén de la salud física y anímica. De allí el aumento de las úlceras e infartos, de los suicidios y la agresividad. 

La reportera no se limita a la psiquis. Indaga entre el ciudadano de a pie las causas de sus malestares ­que de memoria sabemos cuáles son­ para contrastarlos con los supuestos del viceministerio de la felicidad, y ­especulamos­ la fullería de Maduro y sus hallacas antirevocatorio. Apenas 4.000.000 ofrece y Bernal aclara que se repartirán entre 2 millones de personas. Para amasar, rellenar, envolver y amarrar tantas multisápidas tendrán que convocar al Ejército, la Marina, la Aviación, la Guardia Nacional Bolivariana y la Milicia ¿Y por qué no, si hay de por medio un gran guiso con miras al Guinness World Records? El mismo día que los medios difundieron la información comentada, privilegiaron de manera estelar las declaraciones del cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo de Caracas y máxima autoridad de la comunidad católica nacional, en las que, al calificar de "absurdo y antidemocrático" el camino emprendido por las rectoras oficialistas del Poder Electoral a fin de postergar el referéndum revocatorio, solicitó corregir las condiciones para recoger el 20% de las firmas requeridas y manifestó que el CNE "juega con fuego y puede causar un conflicto gravísimo". 

Una advertencia que se suma a los pronunciamientos que la Iglesia, en pro de la paz y la tranquilidad espiritual de su feligresía, en diversas ocasiones y a través de sus obispos, ha hecho en relación con la necesidad de activar el mecanismo de cambio que el pueblo reclama. Recordemos que, semanas atrás, el presidente de la Conferencia Episcopal precisó que "el gobierno incurre en un grave error al oponerse a la voluntad de las mayorías de los venezolanos: la voz del pueblo es la voz de Dios que se expresó el 6-D". 

Vivimos, pues, en un país al borde de la quiebra económica, el colapso político, la ruina social, el desasosiego espiritual y un ataque de locura colectiva, de consecuencias inimaginables si los rojos insisten en buscar lo que no se les ha perdido. Pueden terminar... ¿Al filo del abismo? ¡No! En el fondo. Sin ninguna posibilidad de ser rescatados. Y ahí no les resta más que vender sus almas al diablo o encomendarlas al Altísimo.

Tormenta Matthew se convirtió en huracán y subió a categoría 2

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El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos informó que el ciclón se desplaza con vientos de hasta 155 km/h. Entre las zonas advertidas de ser afectadas por tormentas están sectores de la frontera entre Venezuela y Colombia


Matthew pasó de ser tormenta tropical a huracán y subió a categoría 2 este viernes, según informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, con sede en Miami.
El huracán transita en el Caribe hacia Curazao, justo al norte de las costas de Venezuela.
Con vientos de 155 km/h y ráfagas más fuertes, el NHC espera que Matthew siga fortaleciéndose en las próximas 48 horas.
A las 06H00 GMT, Matthew se ubicaba 200 km al norte de Curazao y se desplazaba hacia el oeste a 22 km/h.
La zona de la frontera entre Colombia y Venezuela, al oeste de la localidad de Riohacha, también ha sido advertida de tormenta tropical. Con condiciones inclementes dentro de las próximas 24 a 36 horas.
El fenómeno podría generar fuerte oleaje y condiciones amenazantes en Puerto Rico, La Española (Haití y República Dominicana), Aruba, Bonaire, Curazao, Venezuela y Colombia en los próximos días, agregó en NHC.

Camino a último trimestre

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Alonso Moleiro



 El pronunciamiento de la MUD convocando al tránsito para firmar por el Referéndum Revocatorio el 26, 27 y 28 de Octubre, ha sido muy elogiado por su elocuencia y acierto, y le ha regresado a la Unidad un cierto retoño espiritual que necesitaba para remontar los cuestionamientos del pasado y transitar con el aplomo necesario los complicados cuarto meses que se aproximan.
Conjura la Mesa con su postura, al menos momentáneamente, un entorno opinático orientado a responsabilizarla de un eventual estancamiento del Referéndum a partir de las maniobras que ejecuta el chavismo del CNE con el objeto de neutralizarlo.
El “conejo” del Referéndum, ciertamente, puede traer costos. No se debe ni se puede quemar. La Oposición debe seguir haciendo respetar su fuero y evitar la imposición, o transarla con costos. Necesita la Unidad, a partir de este momento, de la empatía y la cabal comprensión de la población en torno a la importancia de manifestarse pacíficamente en las calles cuando toque salir a pedir elecciones justas, libres y limpias en Venezuela durante los próximos meses. 
¿Podrán juntarse los hados, alinearse los entornos energéticos, hacer combustión la misma voluntad el mismo día, para lograr una manifestación popular del tamaño de la del 1 de septiembre? La escena del 12 de  Octubre está servida. Si la agenda social se encuentra con la política el mensaje interno y externo puede tener un efecto contundente. Acá muchas cosas se cuecen a partir de las percepciones. Eso es, en buena medida, la política de hoy.
La pregunta no es retórica ociosa: no siempre las marchas quedan grandes. No han estado especialmente nutridas algunas manifestaciones fundamentales de este tiempo. La gente quiere llegar a alguna parte. Ha preferido, por eso mismo, por momentos, firmar y votar.  Lo ocurrido el 1 de septiembre fue una demostración real de poderío, un despertar que, por eso mismo, puso a vibrar a mucha gente. Hay un agotamiento inocultable frente al problema venezolano. Los diagnósticos y las expectativas, aplazados, se han vuelto crónicos; todo empeora día a día y no hay formar de detener eso.
Lo hemos afirmado en otras ocasiones: el Referéndum hay que salir a buscarlo. No es una pizza que se pide por teléfono. Si de verdad vivimos una situación límite, tiene que haber un país entero pidiéndolo. Pedir elecciones no es pedir un golpe. Procurar que el chavismo se avenga y permita el Referéndum. Debe involucrar, entre otros elementos, criterio, vocación pacífica, presencia en las calles, volumen de personas, y, particularmente, en el trimestre que se aproxima, un objetivo con un destino concreto. Objetivo que puede mutar, en las circunstancias, tomar derroteros alternos o cesiones, sin desviar a la sociedad de la meta final.
Algún tipo de consulta, finalmente, podría terminar siendo el resultado del acuerdo luego de la lucha por una consulta.
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Ni de vaina Trump

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Juan Vicente Gómez S.

Los políticos republicanos estadounidenses todavía están sacudiéndose el bofetón de esta semana luego de que su candidato perdiera estrepitosamente el primer debate televisado con la candidata del partido demócrata. La improvisación y el populismo de Donald Trump no le hizo ni cosquillas a una Clinton mucho más curtida en los terrenos circenses del “face to face”, un careo paradójicamente “personal”, puesto que se presentaba frente a una audiencia record en hechos similares.

Como si de un Chávez gringo se tratara, el equilibrista Trump confió en su labia avasallante y subió a la cuerda floja sin resguardarse con alguna red (fichas, estudios, papeles) que amortiguara el tortazo en caso de caída. El encantador de serpientes fracasó, la figura del magnate se derritió frente a su oponente dialéctica, ella se infló y a él todavía lo están tratando de recomponer para que mitigue los efectos de este primer round donde perdió 63 a 27% según el sondeo de CNN.
Por cierto, CNN en español no respetó la máxima de que “los hechos son sagrados y la opinión es libre” pues presentó comentaristas castigando a la figura o el discurso de Trump en momentos donde todavía había información relevante que resaltar. Allí la cadena incurrió en “el pecado” periodístico de parcializarse en su contra, incluso en la selección de los entrevistados que en algún caso llegaron a ser “republicanos que no votarán por el candidato designado por el partido.”
Más allá de lo mediático, los resultados del debate solo confirman lo que ya venía observándose como tendencia en las encuestas electorales, la ventaja de Clinton por un margen aún estrecho, diferencia que debería aumentar si la candidata del partido demócrata logra afianzar el respaldo de indecisos, minorías raciales y latinos, sectores donde ya tiene bastante terreno ganado, bien sea por sus aciertos políticos o por las metidas de pata de su rival.
La mención de Alicia Machado en la parte final del debate pareció ser una puntilla minuciosamente estudiada, un buche regurgitado de los prejuicios de Trump, esos que le han ganado rechazo o antipatía en amplios sectores de la sociedad. Justo allí, entre hispanos, afroamericanos y asiáticos se concentrará un tercio de la población con derecho a voto, un sector que –sumado al de los indecisos- podría sellar la suerte de la elección presidencial.
La campaña continúa, los sondeos podrían cambiar y la política también puede deparar sorpresas pero al sol de hoy me apetece coquetear con la premisa de que Trump no llegará a la Casa Blanca, de que los gringos rechazarán mayoritariamente el surgimiento de ese “líder mesiánico” que representa el magnate y de que será Clinton, arrolladora, sin aspavientos, la sucesora de Barack Obama.
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