Adolfo Thaylardat
Luego del sainete que protagonizó con el tema de Mercosur, que terminó con la entrega de una presidencia que no ejercía, una vez más la canciller de bolsillo ha puesto en evidencia su falta de tacto y su torpeza en el manejo de los asuntos internacionales. Nuevamente ha expuesto a Venezuela al ridículo y a la burla de los gobernantes de países amigos, en particular nuestros vecinos de la región.
El pasado jueves 26 de enero, durante un acto de entrega de casas a ciudadanos colombianos en el vecino país, el vicepresidente Vargas Lleras dijo lo siguiente:
“Estas casas son para población desplazada que vive en Tibú, no vaya a dejar meter los venecos, por nada del mundo. Esto no es para los venecos. No hay un solo lugar en Colombia donde se permita que personas que no sean del país se beneficien de programas sociales”.
El empleo del modismo “veneco” ha generado una reacción desmedida e innecesariamente amenazante de parte de la señora Rodríguez y de su jefe, el doblemente ilegítimo.
El mismo día la Cancillería emitió un comunicado en el cual se califica las palabras del vicepresidente colombiano como una ofensa contra el pueblo venezolano y las tilda de “discriminatorias, intolerantes y llenas de odio”. En el comunicado se exige a Colombia ofrecer disculpas a Venezuela por sus expresiones “xenófobas y denigrantes”.
El comunicado expresa que Venezuela “rechaza categóricamente las denigrantes y ofensivas declaraciones del vicepresidente de la República de Colombia, Germán Vargas Lleras, contra el pueblo venezolano, emitidas en Tibú, departamento del Norte de Santander, que expresan abiertamente odio, discriminación e intolerancia contra nuestros connacionales”.
El comunicado agrega textualmente lo siguiente: “El derecho internacional reconoce el derecho a la dignidad y al trato igualitario de las personas, y contempla además el debido respeto y buen trato que merecen los seres humanos, independientemente de su posición social, etnia, nacionalidad, o cualquier otra consideración”. Y sigue: “Es oportuno recordar que la República de Colombia es parte de instrumentos internacionales de derechos humanos, como del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, que prohíben taxativamente la promoción del odio, la intolerancia y la discriminación contra cualquier grupo social, a la par que obliga a los Estados a promover tratamiento digno, de no discriminación y de respeto a la población que reside en su territorio.
“Venezuela lamenta profundamente el tono hiriente y degradante con el que, la segunda autoridad nacional de Colombia quebrantó estos principios y pretendió desconocer los lazos históricos indisolubles de hermandad de nuestros pueblos guiados por la espada común que les dio la libertad.
“Venezuela exige al gobierno de Colombia las excusas debidas a los venezolanos ofendidos por las expresiones xenófobas y discriminatorias emitidas por su vicepresidente, al tiempo que advierte que permanecerá atenta, y actuará en las instancias internacionales respectivas, ante cualquier agresión o violencia que pudiere suceder contra los venezolanos en ese país, instigada por el mensaje de odio públicamente emitido por el Sr. Vargas Lleras”.
Aparentemente, lo que ha generado esa reacción inmoderada, descomedida, destemplada de la señora Rodríguez fue el empleo de la palabra “veneco” por el vicepresidente colombiano. En España llaman a los suramericanos “sudacas” y nadie ha protestado por la acuñación de ese apelativo. La señora Rodríguez ha generado una tormenta en un vaso de agua, porque aparte del uso de ese modismo, no hay nada en lo que dijo el señor Vargas Lleras que pudiera merecer que se arremetiera contra él con un documento de carácter oficial, encabezado con el Escudo Nacional, concebido en un tono tan destemplado.
Entiéndase, no estoy defendiendo al vicepresidente Vargas Lleras, quien en todo caso merece todo respeto no solo por el cargo que ejerce sino también por sus dos apellidos tan ligados a la historia de su país, y es posible candidato para las próximas elecciones.
Pero hay más, ¿qué derecho tiene la señora Rodríguez para hablar de “respeto a la dignidad, trato igualitario”, de “respeto y buen trato que merecen los seres humanos” de “prohibición del odio, la intolerancia y la discriminación” de la “obligación de los Estados a promover tratamiento digno y respeto a la población”, cuando ella forma parte y es cómplice de un régimen que desconoce todos eso valores y los viola constantemente?
¿Era necesario emplear un tono amenazante como el que se emplea en el comunicado cuando dice que Venezuela “advierte que permanecerá atenta, y actuará en las instancias internacionales respectivas, ante cualquier agresión o violencia que pudiere suceder contra los venezolanos en ese país, instigada por el mensaje de odio públicamente emitido por el Sr. Vargas Lleras”?
El vicepresidente Vargas Lleras respondió señalando que la legislación colombiana no permite entregar casas gratis a extranjeros y aseguró que no quiso ofender a los venezolanos cuando empleó la palabra “veneco”, la cual calificó como un gentilicio “amable”. “Me parece exagerada la nota de protesta. Yo si pienso que el señor Maduro hace mucho tiempo desbordó un régimen democrático”, dijo.
Moraleja: cualquiera puede ser nombrado para un cargo diplomático, pero un buen diplomático no se improvisa y requiere ciertas condiciones que no se compran en la botica
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