Nelson Bocaranda
ALTO
LA OFAC:
La muy temida “Office of Foreign Assets Control” tomó una decisión hace unos meses -variando así su posición tradicional- respecto a la supervisión y seguimiento de los capitales extranjeros -lícitos e ilícitos- en territorio estadounidense. Si antes los señalados en sus listas eran lo que llaman “Politically Exposed Person”- en español “Persona Políticamente Expuesta”- hoy la búsqueda de personajes interpuestos, frontones, testaferros, colaboradores sin trazas de corrupción o simplemente “mecenas” es lo importante. Copio un texto oficial con las descripciones: En la regulación financiera, “persona políticamente expuesta” (PEP) es un término que describe a alguien a quien se le ha confiado una función pública prominente. Un PPE generalmente presenta un mayor riesgo de participación potencial en el soborno y la corrupción en virtud de su posición y la influencia que pueden tener. Los términos persona políticamente expuesta y figura política extranjera de alto rango se usan a menudo indistintamente, particularmente en foros internacionales. Funcionario extranjero es un término para las personas consideradas como personas del gobierno bajo la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero o FCPA y aunque las definiciones son similares a la PEP, hay bastantes diferencias y no debe usarse indistintamente. El término PEP se utiliza típicamente referente a los clientes en la industria de servicios financieros, mientras que “funcionario extranjero” se refiere a los riesgos de las relaciones de terceros en todas las industrias. La OFAC señalaba antes a los personajes o funcionarios ligados a gobiernos tal y como pasó con los venezolanos que incluyeron en las famosas listas que tanto escozor produjeron al jefe de todos esos funcionarios públicos, civiles y militares, como fue Hugo Chávez Frías antes y es hoy Nicolás Maduro Moros. Los señalamientos y detenciones comenzaron con los contratistas de Citgo, Mercal, PDVAL y una veintena de entes gubernamentales cuyas transacciones, negocios, adquisición de propiedades, bienes raíces, yates, aviones y un sin fin de negocios súper llamativos (siempre de forma ostentosa) captaron la atención tanto de las autoridades como de los informantes en búsqueda de un porcentaje de los bienes a expropiar. Los últimos cuatro años han sido muchos los caza fortunas y chantajistas que han querido adelantarse con algunos personajes que llenan el perfil pero que hasta ahora habían pasado desapercibidos. Lo cierto es que el microscopio del Departamento del Tesoro se ha focalizado no solo en narcotráfico sino en la corrupción oficial en negocios petroleros (caso de los detenidos Rincón Fernández & Shiera Bastidas en Houston), de alimentos y compras o lavado de activos (caso de los Díaz en Miami) por solo citar dos que fueron noticia en la prensa estadounidense. Hoy hay abiertas más de medio centenar de investigaciones del Departamento del Tesoro, la OFAC, el FBI, la ATF (oficina de Armas, Tabaco y Explosivos donde hay detenidos en el pasado por tráfico de esos elementos entre Venezuela, Puerto Rico, Colombia, Europa y África). El caso de El Aissami abrió la compuerta noticiosa con la seguridad de que ahora van por mas personajes ligados a PDVSA y sus directivos, así como por otros que pasaron la primera prueba en los bancos de Andorra y Madrid y ahora deben certificar otros fondos colocados en paraísos fiscales. La confesión de directivos de Odebrecht ante la Fiscalía de Nueva York permitió descubrir otros actos de corrupción -de los mismos funcionarios gubernamentales involucrados en esa trama de corrupción aquí y en otros países- en cuentas relacionadas con varios otros negocios sospechosos. Esta semana la lupa ha recaído en militares que fueron “uña en el rabo” contra todo el que no fuera chavista bajo sus órdenes y que en diferentes “cantos” desde Walid Makled hasta Isea o de García Plaza hasta Aniasi, han servido para dibujar el nuevo mapa de la OFAC. Las redes sociales donde los más descarados han registrado sus riquezas -desde los más altos cargos de la administración pública y familiares- son apenas indicios. Pero el poder no funciona así. ¿Quién es el edecán, cuál el ministro, cuál el compañero revolucionario maltratado que conserva copias de punto de cuentas presidenciales, contratos amañados, evaluaciones falsas, transferencias, estudios técnicos a los cuales solo se le cambió la caratula dos y más veces? ¿Quiénes serán y cuándo saldrán a la luz pública? Algunas pruebas afuera ya. Muchos han invertido fortunas y siguen comprando propiedades en el país ante el miedo por ser “PEP”. Tan solo en los Ranchos de Chana un exgobernador andino adquirió la más cara casa vendida -hasta ahora- en tres millones verdes. Un alcalde rojito se quitó la careta y formalizó la compra en $ de la casa que le “prestaban” desde hace diez años. Otros construyen aceleradamente pues tienen el guiso de la cabilla y el cemento. Civiles y uniformados asociados en el asalto al Tesoro Nacional con el visto bueno o la ceguera de la Contraloría, Miraflores, el llamado poder (in)Moral y los asesores españoles y cubanos. Los montos son tan elevados que a algunos no les ha importado que en países todavía comunistas les quiten hasta la mitad de sus depósitos para blanqueárselos. Banqueros locales y de EE.UU. ya están cooperando, angustiados, con la OFAC. Sacrificarán a algunos empleados medios ¿otrora de confianza? Amanecerá…
LA OFAC:
La muy temida “Office of Foreign Assets Control” tomó una decisión hace unos meses -variando así su posición tradicional- respecto a la supervisión y seguimiento de los capitales extranjeros -lícitos e ilícitos- en territorio estadounidense. Si antes los señalados en sus listas eran lo que llaman “Politically Exposed Person”- en español “Persona Políticamente Expuesta”- hoy la búsqueda de personajes interpuestos, frontones, testaferros, colaboradores sin trazas de corrupción o simplemente “mecenas” es lo importante. Copio un texto oficial con las descripciones: En la regulación financiera, “persona políticamente expuesta” (PEP) es un término que describe a alguien a quien se le ha confiado una función pública prominente. Un PPE generalmente presenta un mayor riesgo de participación potencial en el soborno y la corrupción en virtud de su posición y la influencia que pueden tener. Los términos persona políticamente expuesta y figura política extranjera de alto rango se usan a menudo indistintamente, particularmente en foros internacionales. Funcionario extranjero es un término para las personas consideradas como personas del gobierno bajo la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero o FCPA y aunque las definiciones son similares a la PEP, hay bastantes diferencias y no debe usarse indistintamente. El término PEP se utiliza típicamente referente a los clientes en la industria de servicios financieros, mientras que “funcionario extranjero” se refiere a los riesgos de las relaciones de terceros en todas las industrias. La OFAC señalaba antes a los personajes o funcionarios ligados a gobiernos tal y como pasó con los venezolanos que incluyeron en las famosas listas que tanto escozor produjeron al jefe de todos esos funcionarios públicos, civiles y militares, como fue Hugo Chávez Frías antes y es hoy Nicolás Maduro Moros. Los señalamientos y detenciones comenzaron con los contratistas de Citgo, Mercal, PDVAL y una veintena de entes gubernamentales cuyas transacciones, negocios, adquisición de propiedades, bienes raíces, yates, aviones y un sin fin de negocios súper llamativos (siempre de forma ostentosa) captaron la atención tanto de las autoridades como de los informantes en búsqueda de un porcentaje de los bienes a expropiar. Los últimos cuatro años han sido muchos los caza fortunas y chantajistas que han querido adelantarse con algunos personajes que llenan el perfil pero que hasta ahora habían pasado desapercibidos. Lo cierto es que el microscopio del Departamento del Tesoro se ha focalizado no solo en narcotráfico sino en la corrupción oficial en negocios petroleros (caso de los detenidos Rincón Fernández & Shiera Bastidas en Houston), de alimentos y compras o lavado de activos (caso de los Díaz en Miami) por solo citar dos que fueron noticia en la prensa estadounidense. Hoy hay abiertas más de medio centenar de investigaciones del Departamento del Tesoro, la OFAC, el FBI, la ATF (oficina de Armas, Tabaco y Explosivos donde hay detenidos en el pasado por tráfico de esos elementos entre Venezuela, Puerto Rico, Colombia, Europa y África). El caso de El Aissami abrió la compuerta noticiosa con la seguridad de que ahora van por mas personajes ligados a PDVSA y sus directivos, así como por otros que pasaron la primera prueba en los bancos de Andorra y Madrid y ahora deben certificar otros fondos colocados en paraísos fiscales. La confesión de directivos de Odebrecht ante la Fiscalía de Nueva York permitió descubrir otros actos de corrupción -de los mismos funcionarios gubernamentales involucrados en esa trama de corrupción aquí y en otros países- en cuentas relacionadas con varios otros negocios sospechosos. Esta semana la lupa ha recaído en militares que fueron “uña en el rabo” contra todo el que no fuera chavista bajo sus órdenes y que en diferentes “cantos” desde Walid Makled hasta Isea o de García Plaza hasta Aniasi, han servido para dibujar el nuevo mapa de la OFAC. Las redes sociales donde los más descarados han registrado sus riquezas -desde los más altos cargos de la administración pública y familiares- son apenas indicios. Pero el poder no funciona así. ¿Quién es el edecán, cuál el ministro, cuál el compañero revolucionario maltratado que conserva copias de punto de cuentas presidenciales, contratos amañados, evaluaciones falsas, transferencias, estudios técnicos a los cuales solo se le cambió la caratula dos y más veces? ¿Quiénes serán y cuándo saldrán a la luz pública? Algunas pruebas afuera ya. Muchos han invertido fortunas y siguen comprando propiedades en el país ante el miedo por ser “PEP”. Tan solo en los Ranchos de Chana un exgobernador andino adquirió la más cara casa vendida -hasta ahora- en tres millones verdes. Un alcalde rojito se quitó la careta y formalizó la compra en $ de la casa que le “prestaban” desde hace diez años. Otros construyen aceleradamente pues tienen el guiso de la cabilla y el cemento. Civiles y uniformados asociados en el asalto al Tesoro Nacional con el visto bueno o la ceguera de la Contraloría, Miraflores, el llamado poder (in)Moral y los asesores españoles y cubanos. Los montos son tan elevados que a algunos no les ha importado que en países todavía comunistas les quiten hasta la mitad de sus depósitos para blanqueárselos. Banqueros locales y de EE.UU. ya están cooperando, angustiados, con la OFAC. Sacrificarán a algunos empleados medios ¿otrora de confianza? Amanecerá…
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