El título de esta crónica es realmente pretencioso, como decía mi abuela, cuando eramos muchachos y tratábamos de aparentar que sabíamos algo de un tema y de verdad nada sabíamos...Con esta salvedad, es posible tratar de dar respuesta a las interrogantes planteadas...
Qué somos?, un bojote de gente que ha venido a este país principalmente a buscar una mejor fortuna o a escapar de las pésimas condiciones de vida en nuestros respectivos países, o como ahora se dice, a lograr una mejor calidad de vida bajo los principios y/o características que tradicionalmente han formado parte de la vida política y social en los Estados Unidos de América. Estos principios y características incluyen, entre otros, respeto a la ley y al derecho ajeno, disfrute de un ambiente de seguridad, más oportunidades de trabajo, educación para nuestros hijos, buenos servicios públicos o privados, posibilidades de incrementar nuestros ahorros en previsión de la inevitable vejez, todo ello en un ambiente de democracia y libertad. Si a lo anterior se lo matiza con la obtención de varios ceros en tu cuenta bancaria y le agregas otras ventajas que vienen acompañadas y sería prolijo enumerar, se conoce como el "sueño americano".
Pero más importante sería tratar de dar respuesta a la segunda interrogante, esto es, qué aportan los latinoamericanos a la sociedad americana?. En primer término, salvo los contados casos de inmigrantes que vienen en plan de delinquir, los latinoamericanos aportamos mano de obra necesaria para alimentar la producción y los servicios en este país, bien en el sector agrícola o industrial, o bien en los centros urbanos. Esta mano de obra no siempre es bien remunerada, sobre todo cuando los patronos se aprovechan de quienes no tienen una situación legalizada en el país, como puede suceder en los centros de cultivo y recolección agrícola. Otras labores incluyen las que se prestan en las fábricas de ropa o en los centros comerciales, o las de jardinería o las atinentes a la prestación de servicios de limpieza o de atención en restaurantes, como es común aquí en el área de Washington, o en menor escala las que se relacionan con el área profesional mediante la obtención de la correspondiente reválida universitaria, o aún sin ésta, cuando los servicios se prestan a organismos internacionales de los cuales nuestros países forman parte, como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo.
Además del anterior aporte más mensurable en el área económica, hay otros aportes de orden cualitativo que los latinoamericanos realizan a este país. Menciono a los efectos de esta crónica los siguientes:
(i) El concepto de familia ampliada, esto es, el nucleo de la familia que vive junta en una misma vivienda generalmente no se limita a padres e hijos, sino que se extiende a otros miembros de la ascendencia (abuelos) o descendencia (nietos) y en algunos caso a los colaterales (hermanos, tíos o sobrinos). Esta forma de concebir la familia no es muy común en personas de otras procedencias y no ha dejado de producir problemas a los latinoamericanos, por la puesta en vigencia de leyes locales que limitan el número de personas que pueden habitar una vivienda. En ocasiones se acusa injustamente a algunas familias numerosas de transformar sus viviendas en una especie de pensión para dar albergue a extraños, cuando en la realidad se trata de una sola familia.
(ii) El valor de la superación personal. Este valor es esencial como motivador de la actividad empresarial y la creación de oportunidades beneficiosas para la comunidad. El grupo latinoamericano reúne para lograrlo, grandes dosis de resistencia frente a la adversidad y perseverancia para lograr sus metas de superación personal. La presencia cada vez mayor de latinoamericanos de segunda generación en lo adelante, en puestos de responsabilidad gerencial pública y privada, demuestra que el empeño de las familias inmigrantes en brindar buena educación a sus hijos ha dado buenos frutos. Obviamente, al lado de estos buenos ejemplos, todavía subsiste un alto índice de deserción escolar de muchos que no alcanzan a concluir el bachillerato y mucho menos entrar a la universidad, pero se espera que este problema sea superado con el tiempo.
(iii) La idea del mestizaje. Para el latinoamericano, el mestizaje constituye generalmente la regla, aunque en nuestra región todavía subsisten altos índices de discriminación racial. Aún con esta rémora, la gente que viene a este país usualmente viene abierto a una interacción franca y amplia con las personas de los demás grupos étnicos que aquí viven. Cada vez son más frecuentes los matrimonios entre latinoamericanos con gentes de otras regiones del orbe, lo cual repercute favoreblemente en un clima saludable de permeabilidad social necesario para reducir tensiones entre grupos étnicos de diversa procedencia.
Lo dejo hasta aquí por hoy y continuaré en otra crónica, saludos, Jotabe
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