MARCOS R. CARRILLO P. | EL UNIVERSAL
viernes 1 de julio de 2011 02:48 PM
Lo único relevante de todo este asunto de la enfermedad presidencial es que es otra prueba de la conducta contraria uno de los más elementales principios de la democracia: la transparencia. El Gobierno maneja todo como secreto de Estado, tal y como se hace en Cuba, en Corea del Norte o Bielorrusia. La privacidad individual, aun la de las personas públicas, es un derecho y debe respetarse, pero eso no implica la carencia absoluta de certeza e información sobre lo que sucede en cuanto a la salud del primer Mandatario, pues en este caso es un problema institucional que conlleva implicaciones políticas y constitucionales de importancia.
Lo mismo ha sucedido durante años con cosas aún más graves para la nación: no se dan cifras oficiales de muertes o crímenes; a estas alturas no se sabe realmente cuánta gente falleció en El Rodeo; no hay cifras oficiales de enfermedades y epidemias; no se sabe cuántos barriles de petróleo exporta Pdvsa, ni qué tan decadente está la industria; peor aún, no se informa del destino del dinero que va a parar a todos esos fondos tipo Fondem, que significan cerca del 60% del presupuesto nacional y que están exentos de todo control y rendición de cuentas.
El resto de las instituciones contribuye con la situación de inaceptable e inconstitucional opacidad. La AN se niega a investigar la verdad del caso del narcotraficante Makled o a discutir la crisis eléctrica. La Contraloría no solo está acéfala, sino que en la decadente época del finado Russian se utilizó como elemento de persecución de opositores en lugar de medio de control del Gobierno. Peor aún, las solicitudes de las ONG Espacio Público y Provea exigiendo se permita ejercer el derecho a la información y se exija apertura en instancias públicas, han sido desestimadas por el TSJ las ha desestimado. De modo que todos los poderes conspiran contra la transparencia en el manejo de la cosa pública.
Poco importa si el hombre está en un tratamiento psiquiátrico, en coma o haciéndose una lipoescultura (aunque en este caso se estaría usando el dinero de nuestros impuestos para un capricho estético, lo que es peculado). Lo importante es que la forma en que han tratado el asunto demuestra el infinito desprecio por la responsabilidad de gobernar de cara al ciudadano.
Democracia es transparencia y este gobierno todo lo maneja en la oscuridad. Ese es todo el problema con la enfermedad presidencial.
Lo mismo ha sucedido durante años con cosas aún más graves para la nación: no se dan cifras oficiales de muertes o crímenes; a estas alturas no se sabe realmente cuánta gente falleció en El Rodeo; no hay cifras oficiales de enfermedades y epidemias; no se sabe cuántos barriles de petróleo exporta Pdvsa, ni qué tan decadente está la industria; peor aún, no se informa del destino del dinero que va a parar a todos esos fondos tipo Fondem, que significan cerca del 60% del presupuesto nacional y que están exentos de todo control y rendición de cuentas.
El resto de las instituciones contribuye con la situación de inaceptable e inconstitucional opacidad. La AN se niega a investigar la verdad del caso del narcotraficante Makled o a discutir la crisis eléctrica. La Contraloría no solo está acéfala, sino que en la decadente época del finado Russian se utilizó como elemento de persecución de opositores en lugar de medio de control del Gobierno. Peor aún, las solicitudes de las ONG Espacio Público y Provea exigiendo se permita ejercer el derecho a la información y se exija apertura en instancias públicas, han sido desestimadas por el TSJ las ha desestimado. De modo que todos los poderes conspiran contra la transparencia en el manejo de la cosa pública.
Poco importa si el hombre está en un tratamiento psiquiátrico, en coma o haciéndose una lipoescultura (aunque en este caso se estaría usando el dinero de nuestros impuestos para un capricho estético, lo que es peculado). Lo importante es que la forma en que han tratado el asunto demuestra el infinito desprecio por la responsabilidad de gobernar de cara al ciudadano.
Democracia es transparencia y este gobierno todo lo maneja en la oscuridad. Ese es todo el problema con la enfermedad presidencial.
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