ÁNGEL GARCÍA BANCHS | EL UNIVERSAL
lunes 1 de agosto de 2011 04:49 PM
Todo aquel que colocó una orden de compra del bono GLB-2031 ha hecho muy bien, pues las emisiones permiten mantener a flote en Venezuela lo poco que queda del capitalismo privado, mientras se tiene acceso a divisas baratas de forma totalmente legal. Pero, ¿qué significará el GLB-2031 para nuestros hijos? Sencillo, significará pagar unos 13.741,12 millones de dólares en un período de unos 20 años exactos. De dicho monto, 9.541,12 millones de dólares corresponderán a los intereses y 4.200 millones al capital, que ni siquiera en su totalidad en moneda extranjera podrán obtener los venezolanos, pues los mercados solicitarán un descuento para absorber el papel (entregar las divisas); así, para poder acceder hoy a, digamos, unos 3.400 millones de dólares pagaremos 13.741,12 millones entre 2012 y 2031.
Pero, ¿por qué se endeuda tanto el gobierno en divisas? Para comprar tiempo y postergar, más no evitar, la devaluación.
11,95% será el cupón que pague la República a los tenedores del bono; es decir, a quien, en vez de pasar su dinero a depósitos seguros que pagan el 1% o 2%, tenga el coraje para mantener el título: si algo es cierto es que a mayor riesgo, mayor rendimiento; así que, detrás del cupón de 11,95% se debe esconder, o así al menos lo consideran los mercados, un alto riesgo.
Ese cupón lo que nos dice es algo muy sencillo: el tipo de cambio actual en Venezuela, simplemente, no es sostenible por mucho tiempo más. El 11,95% implicará pagar unos 502 millones de dólares al año en intereses desde 2012 a 2029; 336,27 millones en 2030; y 170,65 en 2031, toda vez que el capital se amortizará con 3 pagos durante 2029-2031 (1.386 millones de dólares en 2029 y 2030, y 1.428 millones de dólares en 2031). Igualmente, el cupón nos dice que el gobierno nacional está dispuesto a pagar muchísimo (los 502 millones de dólares al año iniciales en intereses) para correr la arruga y postergar los ajustes para después de las elecciones (el bono procura objetivos, ante todo, políticos).
Les garantizo que, atribuirán el éxito en la colocación del bono a la confianza en el gobierno nacional; pero, en honor a la verdad, deberá atribuirse a la confianza en el dólar y la desconfianza en el bolívar; es decir, a la confianza en el gobierno que emite el dólar, y la desconfianza en el gobierno que emite el bolívar. Es que, sin el control de cambio, que hace de las emisiones de la República y Pdvsa la forma legal de acceder al dólar, pocos comprarían bonos venezolanos. Más aún, el control de cambios explica por qué los venezolanos están dispuestos a pagar 100% por un papel que vale afuera, por ejemplo, 81-82%.
En fin, si hubiese confianza en el gobierno, éste emitiría papeles en bolívares, no dólares. Pero, repito, no puede haber confianza en la moneda de un país, cuando la confianza en el gobierno que la emite no existe.
Pero, ¿por qué se endeuda tanto el gobierno en divisas? Para comprar tiempo y postergar, más no evitar, la devaluación.
11,95% será el cupón que pague la República a los tenedores del bono; es decir, a quien, en vez de pasar su dinero a depósitos seguros que pagan el 1% o 2%, tenga el coraje para mantener el título: si algo es cierto es que a mayor riesgo, mayor rendimiento; así que, detrás del cupón de 11,95% se debe esconder, o así al menos lo consideran los mercados, un alto riesgo.
Ese cupón lo que nos dice es algo muy sencillo: el tipo de cambio actual en Venezuela, simplemente, no es sostenible por mucho tiempo más. El 11,95% implicará pagar unos 502 millones de dólares al año en intereses desde 2012 a 2029; 336,27 millones en 2030; y 170,65 en 2031, toda vez que el capital se amortizará con 3 pagos durante 2029-2031 (1.386 millones de dólares en 2029 y 2030, y 1.428 millones de dólares en 2031). Igualmente, el cupón nos dice que el gobierno nacional está dispuesto a pagar muchísimo (los 502 millones de dólares al año iniciales en intereses) para correr la arruga y postergar los ajustes para después de las elecciones (el bono procura objetivos, ante todo, políticos).
Les garantizo que, atribuirán el éxito en la colocación del bono a la confianza en el gobierno nacional; pero, en honor a la verdad, deberá atribuirse a la confianza en el dólar y la desconfianza en el bolívar; es decir, a la confianza en el gobierno que emite el dólar, y la desconfianza en el gobierno que emite el bolívar. Es que, sin el control de cambio, que hace de las emisiones de la República y Pdvsa la forma legal de acceder al dólar, pocos comprarían bonos venezolanos. Más aún, el control de cambios explica por qué los venezolanos están dispuestos a pagar 100% por un papel que vale afuera, por ejemplo, 81-82%.
En fin, si hubiese confianza en el gobierno, éste emitiría papeles en bolívares, no dólares. Pero, repito, no puede haber confianza en la moneda de un país, cuando la confianza en el gobierno que la emite no existe.
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