La porción operativa no aumenta y solo cubre dos meses de importaciones
VÍCTOR SALMERÓN | EL UNIVERSAL
domingo 21 de agosto de 2011 12:00 AM
Venezuela tiene la mayor proporción de reservas internacionales colocadas en oro de América Latina pero en realidad durante los últimos cinco años y medio el Banco Central, prácticamente, no ha comprado nuevos lingotes, sólo que en medio de la crisis global el precio del mineral se ha disparado.
Desde octubre de 1999 para valorar el oro, el Banco Central recurre al precio de mercado y establece un promedio semestral. Así, entre 2005 y el primer semestre de este año gracias a que los inversionistas se refugian en las barras doradas, el valor se triplicó aumentando desde 492,27 dólares la onza hasta 1.520 dólares la onza.
En este período, los lingotes de oro que forman parte de las reservas internacionales, que básicamente son los recursos en divisas que tiene el país para respaldar al bolívar, pagar importaciones y deuda externa, sólo crecen 2,5% para ubicarse en 365,8 toneladas.
No obstante, gracias al salto del precio, las barras de oro se contabilizan por más dólares y así, pasan de representar 19% del total de las reservas internacionales en 2005 a tener un peso de 63% en este momento.
Venezuela duplica a Ecuador, el país de América Latina que más se le acerca en cuanto a la proporción que tienen las barras doradas en el monto de las reservas internacionales, de acuerdo con datos del World Gold Council (Consejo Mundial del Oro) y una caída en el precio de los lingotes, tendría consecuencias importantes.
Un análisis de Merrill Lynch, fechado el 18 de agosto, explica que si el precio del oro hubiese permanecido en el nivel alcanzado al cierre de 2008, las reservas internacionales de Venezuela se ubicarían en 19 mil 400 millones de dólares, equivalentes a seis meses de importaciones, y no en 28 mil 800 millones, que cubren 8,9 meses de importaciones.
Por ahora las señales de recesión en Estados Unidos y Europa indica a los inversionistas que caerán las acciones de las empresas y por tanto se refugian masivamente en el oro, especulando con la posibilidad de que las barras continúen desafiando la ley de la gravedad.
Pero si ocurre el estallido de la burbuja y el precio del oro retrocede hasta mil dólares la onza, las reservas internacionales de Venezuela caerían en 10 mil 700 millones de dólares, indica Merrill Lynch.
Poco líquido
Aparte de las barras de oro, las reservas internacionales tienen una porción operativa o líquida, compuesta por efectivo o bonos que pueden venderse rápidamente.
A pesar de que el precio del petróleo, principal fuente de divisas del país bate récord, esta porción líquida de las reservas se ubica en tan solo 6 mil 285 millones de dólares, es decir, dos meses de importaciones.
La causa de la sequía es que Pdvsa sólo le inyecta a las reservas internacionales una mínima parte de los dólares que obtiene por la venta de petróleo y destina al Fonden, un fondo que maneja el Ejecutivo para adelantar planes de inversión, el grueso de las divisas.
Además, a fin de año el Gobierno establece el "nivel óptimo de las reservas" y los dólares que se encuentran sobre esta cifra, también son enviados al Fonden.
La consecuencia es que las reservas líquidas, que constituyen los dólares que tiene el Banco Central para que las empresas que reciben autorización en Cadivi puedan importar, no crecen y el sector privado sufre escasez de divisas.
La redistribución
Esta semana el Presidente de la República, Hugo Chávez, ordenó el traslado a Venezuela de las 211 toneladas de oro que el país tiene en el exterior, principalmente en el Banco de Inglaterra, argumentando la necesidad de proteger los activos de la República ante la crisis que atraviesan Estados Unidos y Europa.
La transferencia debería ocurrir durante los próximos dos meses y la consecuencia inmediata es que será más difícil convertir el oro en efectivo en caso de ser necesario.
Analistas explican que el oro colocado en entidades financieras de Europa fácilmente puede ser utilizado como garantía para obtener préstamos o, si es el caso, venderlo rápidamente en el mercado internacional para alimentar al Fonden.
Operadores de deuda indican que ante las dudas que existen sobre la transparencia de las cuentas públicas, una vez el oro ingrese a las bóvedas del Banco Central será mucho más difícil de negociar.
Al mismo tiempo el Gobierno contempla mover a bancos de Brasil, China y Rusia las reservas líquidas, que principalmente están colocadas en entidades financieras de Europa.
Además se dispone a no utilizar al dólar como moneda para las transacciones de la República ante el peligro que observa en que el banco central de Estados Unidos pueda "congelar recursos en dólares".
Desde octubre de 1999 para valorar el oro, el Banco Central recurre al precio de mercado y establece un promedio semestral. Así, entre 2005 y el primer semestre de este año gracias a que los inversionistas se refugian en las barras doradas, el valor se triplicó aumentando desde 492,27 dólares la onza hasta 1.520 dólares la onza.
En este período, los lingotes de oro que forman parte de las reservas internacionales, que básicamente son los recursos en divisas que tiene el país para respaldar al bolívar, pagar importaciones y deuda externa, sólo crecen 2,5% para ubicarse en 365,8 toneladas.
No obstante, gracias al salto del precio, las barras de oro se contabilizan por más dólares y así, pasan de representar 19% del total de las reservas internacionales en 2005 a tener un peso de 63% en este momento.
Venezuela duplica a Ecuador, el país de América Latina que más se le acerca en cuanto a la proporción que tienen las barras doradas en el monto de las reservas internacionales, de acuerdo con datos del World Gold Council (Consejo Mundial del Oro) y una caída en el precio de los lingotes, tendría consecuencias importantes.
Un análisis de Merrill Lynch, fechado el 18 de agosto, explica que si el precio del oro hubiese permanecido en el nivel alcanzado al cierre de 2008, las reservas internacionales de Venezuela se ubicarían en 19 mil 400 millones de dólares, equivalentes a seis meses de importaciones, y no en 28 mil 800 millones, que cubren 8,9 meses de importaciones.
Por ahora las señales de recesión en Estados Unidos y Europa indica a los inversionistas que caerán las acciones de las empresas y por tanto se refugian masivamente en el oro, especulando con la posibilidad de que las barras continúen desafiando la ley de la gravedad.
Pero si ocurre el estallido de la burbuja y el precio del oro retrocede hasta mil dólares la onza, las reservas internacionales de Venezuela caerían en 10 mil 700 millones de dólares, indica Merrill Lynch.
Poco líquido
Aparte de las barras de oro, las reservas internacionales tienen una porción operativa o líquida, compuesta por efectivo o bonos que pueden venderse rápidamente.
A pesar de que el precio del petróleo, principal fuente de divisas del país bate récord, esta porción líquida de las reservas se ubica en tan solo 6 mil 285 millones de dólares, es decir, dos meses de importaciones.
La causa de la sequía es que Pdvsa sólo le inyecta a las reservas internacionales una mínima parte de los dólares que obtiene por la venta de petróleo y destina al Fonden, un fondo que maneja el Ejecutivo para adelantar planes de inversión, el grueso de las divisas.
Además, a fin de año el Gobierno establece el "nivel óptimo de las reservas" y los dólares que se encuentran sobre esta cifra, también son enviados al Fonden.
La consecuencia es que las reservas líquidas, que constituyen los dólares que tiene el Banco Central para que las empresas que reciben autorización en Cadivi puedan importar, no crecen y el sector privado sufre escasez de divisas.
La redistribución
Esta semana el Presidente de la República, Hugo Chávez, ordenó el traslado a Venezuela de las 211 toneladas de oro que el país tiene en el exterior, principalmente en el Banco de Inglaterra, argumentando la necesidad de proteger los activos de la República ante la crisis que atraviesan Estados Unidos y Europa.
La transferencia debería ocurrir durante los próximos dos meses y la consecuencia inmediata es que será más difícil convertir el oro en efectivo en caso de ser necesario.
Analistas explican que el oro colocado en entidades financieras de Europa fácilmente puede ser utilizado como garantía para obtener préstamos o, si es el caso, venderlo rápidamente en el mercado internacional para alimentar al Fonden.
Operadores de deuda indican que ante las dudas que existen sobre la transparencia de las cuentas públicas, una vez el oro ingrese a las bóvedas del Banco Central será mucho más difícil de negociar.
Al mismo tiempo el Gobierno contempla mover a bancos de Brasil, China y Rusia las reservas líquidas, que principalmente están colocadas en entidades financieras de Europa.
Además se dispone a no utilizar al dólar como moneda para las transacciones de la República ante el peligro que observa en que el banco central de Estados Unidos pueda "congelar recursos en dólares".
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