VENECONOMIA
10:14 PM - 29 / Enero / 2013
Venezuela se encuentra en el limbo en lo político y a la deriva en lo económico, con el timón de mando en manos de dirigentes del oficialismo que están trayendo instrucciones desde Cuba, supuestamente de un Hugo Chávez a quien los venezolanos no han visto ni oído en más de siete semanas.
El país aguarda desesperadamente, no sólo definiciones en su gobernabilidad, sino por políticas económicas que permitan salir de la crisis actual. Rumores van y vienen en cuanto a las decisiones que el Gobierno del ausente indefinido tomará en materia cambiaria. Que si la tasa oficial de Bs.4,30:$ se mantendrá sólo para contados bienes prioritarios; que si se elevará la tasa oficial a Bs.5,30:$ y se sacarán de la lista una gran número de productos hasta ahora sujetos a ella, o que se reactivará el mercado permuta, o algo parecido, a través de la Bolsa Pública de Valores Bicentenaria para mantener un tipo de cambio alterno de Bs.9:$, o Bs.12:$.
Pero, nada se confirma y, de los precedentes del Ejecutivo se puede decir que cualquier cosa es posible.
Hasta ahora, lo único cierto son los dos anuncios del Ministro de Energía y Minería (y presidente de PDVSA) Rafael Ramirez, que en realidad son más bulla que la cabuya que tienen.
1) Una reforma a la Ley de Contribución Especial de Precios Extraordinarios y Exorbitantes del Mercado Internacional de Hidrocarburos (conocida como “Impuesto a la Ganancia Súbita”) con la cual se ajustan las tasas para reducir en $3,2 millardos anuales el flujo de divisas de PDVSA al Fonden. Aunque con esto PDVSA podría atender algunas necesidades de caja en el corto plazo, la medida es absolutamente insuficiente para resolver los problemas de liquidez.
2) La conformación de la Corporación Venezolana de Minería (CVM) como filial de PDVSA Industrial que formará empresas mixtas 60%-40% con socios extranjeros (chinos y sudafricanos, por ejemplo) similares a los de la Faja del Orinoco, para proyectos de inversión en la Gran Sabana, destinados a la explotación del oro. Con esto se formaliza y se consolida el control de PDVSA sobre la producción minera, aunque es de esperar que al igual que como sucede en asociaciones conjuntas en la Faja, PDVSA tampoco tendrá con qué pagar su 60% de la inversión requerida. También sería factible que el Gobierno espere que esta estructura le abra nuevas vías para hipotecar al país con préstamos pagaderos con la producción futura de oro.
En resumen, la firma remota que Hugo Chávez envía desde su lecho de enfermo terminal en La Habana, sólo sirve para correr la arruga sin ir a la raíz de los problemas que afectan la economía, tales como la sobrevaluación del bolívar y las barreras a la actividad privada productiva.
Lo más grave de esto es que cada día que se postergan las urgentes decisiones, repercutirá en mayores sufrimientos a futuro para los venezolanos.
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