Monday, March 31, 2014

La violada Constitución

En: http://www.eluniversal.com/opinion/140331/la-violada-constitucion

WILLIAM ANSEUME| EL UNIVERSAL
lunes 31 de marzo de 2014 12:00 AM
No pude soportar la tentación de echarle un ojo a nuestra "carta fundamental". Todos decimos a diario que a diario el gobierno la viola. Con el vistazo puedo notar, y muchas veces me preocupa, su reiterado incumplimiento. En otras oportunidades río, porque es insólito lo que allí se expresa y cómo se aplica o se interpreta. Así, comparto con ustedes los comentarios que hoy me suscita este texto que luce mucho más respetuoso de la libertad de lo que el gobiernito de Maduro ha podido y podrá alcanzar respecto a esa materia en el escaso tiempo que ya le queda.

Violar, según el DRAE es: "Infringir o quebrantar una ley, un tratado, un precepto, una promesa, etc.". Pues, no hay nada más quebrantado que nuestra Constitución.

El preámbulo indica que la nuestra es una "patria libre y soberana". La penetración cubana es conocida y vivida por todos. La soberanía con el caso Guyana, por ejemplo, está muy en entredicho con respecto al territorio en reclamación y las aguas territoriales.

Una de las afectaciones mayores a nuestro acuerdo tiene que ver con lo que en ese mismo aparte se señala como un "Estado democrático y social de Derecho y de Justicia". Ni somos ya democráticos ni el derecho prevalece sin manipulación grosera por parte de quienes dirigen el Estado, por lo tanto no hay justicia y un país injusto, cualquier injusticia, produce rabia, reacción inmediata de descontento, furia y este rebelarse indetenible que hoy vivimos en nuestra colectividad.

El título I se refiere a los Principios Fundamentales. Y allí se encuentra explícita la mención a la "preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político". Ya hemos visto, hace años, el incumplimiento de esto con Simonovis y otros presos "ajusticiados", ahora se ha violentado más hondamente con la muerte de protestantes, con las torturas, las persecuciones y este tormentoso momento psicológico que atravesamos hoy los venezolanos, todos. Y en cuanto al pluralismo político ni hablemos. Se ha querido aludir en estos años a un "partido único" a un "pensamiento único" y en nuestro país vivimos de continuo, desde el poder, esta segregación absurda de todo aquel que piense de distinto modo, anulándolo, apartándolo, incluso matándolo o callándolo de cualquier forma por expresar ideas alternas a las esgrimidas por el gobierno nacional.

El título III de nuestra Constitución es mucho más irrespetado aún, dice en una de sus partes que "El Estado garantizará a toda persona... el goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente de los derechos humanos". Cuando vemos a nuestros estudiantes o cualquiera otro de los manifestantes agredidos de la manera en que lo han hecho, golpeados, apresados, cuando escuchamos las narraciones de los abusos físicos y psicológicos a los que son sometidos; cuando constatamos que desconocen la ley apresando políticos, destituyendo alcaldes o diputados sin fundamento legal alguno, confinándolos a carcelitas inhóspitas, que es torturarlos, sabemos que aquí se incumplen con fiereza inconcebible estos fundamentos constitucionales. Esto desluce cual la época dorada del gomecismo.

Por suerte, por legalidad y para amenaza permanente de los funcionarios militares y/o policiales que estos actos acometen: las" violaciones graves los derechos humanos y los crímenes de guerra son imprescriptibles". Ay Maduro, ay funcionarejos, los esperan tribunales, prisión cómoda, váyanse preparando.

Por último, quiero referirme a un señalamiento de vital importancia que aparece en nuestra Constitución: "El derecho a la vida es inviolable" ¿Cómo se cumple eso? ¿Cómo se hace cumplir eso? En un país desastroso en cifras anuales de muertos, en un país que convoca a la muerte desde el lenguaje del gobierno, en un país que ha formado grupos paramilitares permanentemente, desde aquellos llamados anteriormente "Círculos bolivarianos" hasta los grupos mortales que ahora asumen otras denominaciones, creados para la ilegalidad y para perpetrar la muerte, amparados desde el poder, financiados desde allí, respaldados por las fuerzas armadas, fundados para matar al pueblo que se rebele, no se atiende el derecho ni la legalidad; más torcido país en la aplicación de las leyes imposible.

Como ciudadano venezolano exijo de manera irrenunciable que se cumpla la Constitución que aprobó el pueblo venezolano. Seguiré sobre estos aspectos fundamentales de nuestra legalidad y las palabras que nos dimos para llegar a acuerdos de convivencia en la próxima entrega, el lunes venidero.

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