PAOLO MONTANARI TIGRI| EL UNIVERSAL
jueves 27 de marzo de 2014 12:00 AM
Frente a ese vergonzoso conformismo de tanta gente que todavía apoya inexplicablemente a este régimen autoritario, frente a ese laxismo antipatriótico de tantas personas que, parte por interés, parte porque, al igual que el avestruz, han enterrado pasivamente la cabeza en la arena de la indiferencia y de la apatía, en fin frente a ese desastre económico, social y sobre todo moral que está viviendo esta Venezuela "socialista", llama poderosamente la atención la presencia protagónica de esa infinidad de jóvenes estudiantes y trabajadores que, a pesar de la evidente incitación de este gobierno al enfrentamiento, protestan democráticamente contra los abusos que se cometen.
Conozco a personas que, para tratar de justificar su comportamiento a favor de este gobierno, alegan que "siempre han sido socialistas" demostrando con eso que, o desconocen lo que es un verdadero "socialismo democrático" o no saben lo que está sucediendo en este país. El ciudadano Maduro en repetidas oportunidades ha tratado de llamar a esos estudiantes al diálogo pero... ¡llamar al diálogo con los tanques en la calle es como negociar con un revólver en la cabeza! Sin embargo esos jóvenes, animados por incondicionados valores de justicia, de libertad y de honradez ciudadana, característica sumamente rara en esta Venezuela... "revolucionaria", demostrando ser los fieros e indómitos descendientes de ese "bravo pueblo que el yugo lanzó", son los únicos capaces de rescatar a ese país de esa peligrosa indiferencia en la cual ha caído y venciendo la natural y comprensible timidez de su edad, se han heroicamente subido al escenario de la vida política para interpretar el papel de protagonistas, arriesgando su propia vida, sin pensar ni en el dinero ni el poder sino solamente en Venezuela.
Durante esos quince años millones de personas han tristemente condicionado su forma de actuar por un puñado de bolívares, pero esa juventud de hoy no está en venta, es una auténtica potencia y así como se asombra con entusiasmo y con emoción por las cosas buenas, del mismo modo se indigna y reacciona con determinación frente a los abusos y se opone con coraje y con rebeldía a las injusticias, pero con una rebeldía que no es desacato de la ley sino que es una lucha por la verdad, sin compromisos ni transacciones dudosas. Es por eso que quiero hacer un llamado al gobierno de este país para que no reprima tan brutalmente a esos jóvenes, porque están ejerciendo un derecho estatuido por la Constitución, porque están cumpliendo con un deber moral. No los siga defraudando, porque ellos son nuestro futuro, ellos son la "verdadera potencia", ellos representan el más grande recurso de este país frente al cual el petróleo y todas las riquezas del mundo son bienes irrisorios. ¡Sobre su conciencia está la enorme responsabilidad de defender, de preservar y de valorizar a ese capital inmenso!
Desde Italia
Conozco a personas que, para tratar de justificar su comportamiento a favor de este gobierno, alegan que "siempre han sido socialistas" demostrando con eso que, o desconocen lo que es un verdadero "socialismo democrático" o no saben lo que está sucediendo en este país. El ciudadano Maduro en repetidas oportunidades ha tratado de llamar a esos estudiantes al diálogo pero... ¡llamar al diálogo con los tanques en la calle es como negociar con un revólver en la cabeza! Sin embargo esos jóvenes, animados por incondicionados valores de justicia, de libertad y de honradez ciudadana, característica sumamente rara en esta Venezuela... "revolucionaria", demostrando ser los fieros e indómitos descendientes de ese "bravo pueblo que el yugo lanzó", son los únicos capaces de rescatar a ese país de esa peligrosa indiferencia en la cual ha caído y venciendo la natural y comprensible timidez de su edad, se han heroicamente subido al escenario de la vida política para interpretar el papel de protagonistas, arriesgando su propia vida, sin pensar ni en el dinero ni el poder sino solamente en Venezuela.
Durante esos quince años millones de personas han tristemente condicionado su forma de actuar por un puñado de bolívares, pero esa juventud de hoy no está en venta, es una auténtica potencia y así como se asombra con entusiasmo y con emoción por las cosas buenas, del mismo modo se indigna y reacciona con determinación frente a los abusos y se opone con coraje y con rebeldía a las injusticias, pero con una rebeldía que no es desacato de la ley sino que es una lucha por la verdad, sin compromisos ni transacciones dudosas. Es por eso que quiero hacer un llamado al gobierno de este país para que no reprima tan brutalmente a esos jóvenes, porque están ejerciendo un derecho estatuido por la Constitución, porque están cumpliendo con un deber moral. No los siga defraudando, porque ellos son nuestro futuro, ellos son la "verdadera potencia", ellos representan el más grande recurso de este país frente al cual el petróleo y todas las riquezas del mundo son bienes irrisorios. ¡Sobre su conciencia está la enorme responsabilidad de defender, de preservar y de valorizar a ese capital inmenso!
Desde Italia
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