Alex Valenilla
Maduro,
Cabello y Ramírez, -“la troika”-, fracasaron. Se anotan una gigantesca derrota
política, social y económica. La gran mayoría de sus seguidores, hoy ven como
se hacen pobres a diario, debido al avance de la crisis económica socialista,
que azota a Venezuela.
LA TROIKA DERROTADA |
Tal
como se previó, “la troika” acabó con el chavismo y este movimiento se
construyó con “petrodólares”, no con ideología.
Mientras
Venezuela está a la deriva.
“La
troika” está asustada, entraron en la fase de miedo. Ha sido un proceso, propio
de una crisis. En ese proceso se pasó de la fase de la codicia al engaño. Esta
gente ha mentido hasta el cansancio. Luego de ya no poder engañar, pasan a la
fase de negación.
Niegan
que el país se haya vuelto un desastre, se lo niegan a diario, no pueden
creerlo, están desconcertados, al tener conciencia del “nuevo paradigma” que
han creado en la colectividad.
La
aplicación de las “captahuellas” en los mercados y los operativos contra el
contrabando, les ha creado una ilusión, temporal, “el regreso a la normalidad”.
Pero al ver que lo que han puesto es un pañito de agua caliente, y luego de
haber transitado por lo descrito anteriormente, viene la fase de miedo, pánico.
Así
es en los mercados de especulación, cuando se llega a la realidad, y se produce
el quiebre de las curvas de precios y los valores caen estrepitosamente, llega
el pánico, es la etapa previa a la capitulación.
Ahora
están paralizados de miedo, no aplican las medidas económicas, porque
significan un ajuste de tipo neoliberal, que primero fulminaría a estos ante
sus seguidores desde el punto de vista político e ideológico y arrasaría la
economía de todos los venezolanos, sometiendo al pueblo a la peor
hiperinflación jamás vista.
Encerrados
en ese callejón, por ahora han decidido mantener el control de cambios, no
ajustar precios y no apoyar la producción nacional. Eso es seguir navegando al
colapso y paralización total. Estirar la agonía y ese estado está a la vuelta
de la esquina. No supieron gestionar la crisis, ni el componente recesivo ni el
inflacionario. Igual no tenían escapatoria.
El
barco encalló, el pánico que ahora los está arropando, los hará tomar cada día
medidas desesperadas, hasta que al comenzar a hacer aguas por todos lados,
llegue la capitulación, saltarán por la borda irremediablemente, queda poco
tiempo. Sálvese el que pueda.
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