Gustavo Coronel
Pedir
la renuncia de un incompetente, pedir una transición política en el
país, pedir un cambio de régimen, no es un golpe, no sea usted estúpido,
Sr. Maduro.
Según
la constitución vigente ello es un imperativo ciudadano, en vista de
que: (1) el régimen actual es represivo; (2), el régimen actual es
incompetente; (3) el régimen actual es corrupto; (4), el régimen actual
está dominado por el militarismo narcófilo; (5), el régimen actual se
rige, no por la constitución, sino por un documento anti-constitucional,
uno de cuyos objetivos declarados es “garantizar la permanencia en el
poder y la consolidación de la revolución”. En vista de esas
“cualidades” que caracterizan al régimen y que lo han hecho claramente
ilegítimo, resulta un deber ciudadano tratar de restaurar el estado de
derecho y la democracia en el país. La constitución no demanda que ello
sea hecho únicamente por la vía electoral, sobre todo si esta vía está
contaminada de abuso, de ventajismo y fraude. Para ser exactos, la
constitución le pide expresamente a la Fuerza Armada que intervenga un
régimen que la viola, a fin de restituir su vigencia. No le pide a la
Fuerza Armada que trafique con drogas, no le pide que sea el principal
agente del contrabando de extracción, no le pide que desfile disfrazada y
cargada de medallas simiricuire, ganadas en un torneo de bolas
criollas, no le pide que declare su adhesión incondicional a un hombre, a
un proyecto político o a un documento violatorio de la constitución
como es el Plan de la Patria. Les pide que cumplan con su deber. Y si no
lo hacen, se hacen cómplices del régimen forajido. En la realidad, hoy
son parte consustancial de ese régimen, lo cual exige que sus
integrantes no contaminados actúen para rescatar al país de las manos
llenas de dinero ajeno y hasta de sangre inocente de los militares
corruptos.
Solo
a una dictadura se le ocurre que quienes aboguen por un cambio político
sean golpistas. Peor aún, solo a un régimen forajido y salvaje se le
ocurre catalogar de golpistas a los miembros de la oposición por hablar
en su contra y publicar documentos pidiendo una transición. Yo los llamo
estúpidos pero debiera llamarlos malvados. En realidad, le calzan ambos
términos.
Que
tendrán que hacer estos salvajes para ser catalogados como tales por
los países miembros de los organismos regionales? Ya han robado,
expropiado, asaltado, atropellado, aprisionado, torturado, asesinado,
despilfarrado nuestros bienes. Que más tendrán que hacer para que un
Samper deje de alabarlos? Para que un Santos rompa relaciones? Para que
una Roussef sea digna de su presidencia y los repudie? Que una Bachelet
hable por la Chile democrática y amante de la libertad? En qué idioma
habrá que hablarles a estos invertebrados de la política latinoamericana
para que desempeñen su papel correcto?
Hasta
los mejores, como el secretario general de la ONU, piden “un diálogo”
en Venezuela. Todavía hay gente en Venezuela que se dice democrática y
pide un diálogo con los salvajes. No se dan cuenta de que no puede
existir tal diálogo entre una víctima con el cuchillo al cuello y un
asaltante encapuchado sediento de sangre y de codicia. Lo que desea el
asaltante, en su sadismo, es que la víctima se arrodille y le pida por
su vida y se contente con ser su esclavo. La ONU, el Papa, Insulza,
deberían dejar de pedir diálogo y exigir el restablecimiento de la
democracia, la justicia y el respeto por la vida en Venezuela.
Y,
uno se pregunta, cuantas toneladas de excremento tendrá que recibir el
país de manos de los salvajes? El país está en quiebra, se hipotecan
los últimos activos como CITGO, los bárbaros nos endeudan obscenamente,
se roban lo poco que queda, explotan las instalaciones petroleras, nada
se mueve, nada se hace. Y la sociedad venezolana continua paralizada,
viendo como la matan a pellizcos.
En
Venezuela hay que irse a la calle masivamente, hay que protestar en la
calle, hay que irse a la huelga, hay que pedir a los organismos
regionales, a la ONU, a la Unión Europea, a los líderes democráticos del
mundo que repudien al régimen de Nicolás Maduro, hay que pedirle a la
Fuerza Armada no prostituida que restaure en Venezuela el estado de
derecho. Nada de eso es golpe. Golpe fue lo que dio el traidor en
Febrero de 1992. Eso sí fue golpe y, paradójicamente, el régimen que
acogota hoy al país lo ha convertido en día de fiesta nacional.
Hasta cuando soportamos este abuso y callamos ante esta mafia de ladrones e incompetentes que ha usurpado el poder?
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