Fernando Mires
Para ponernos de acuerdo: el concepto dictadura tiene una connotación precisa. Es un concepto en primer lugar jurídico y en segundo lugar político.
Desde el punto de vista jurídico, dictaduras son todos los gobiernos que de modo no excepcional sino permanente desconocen la división de poderes, de modo que el Legislativo y el Judicial son integrados al Ejecutivo. La dictadura es, antes que nada, una forma jurídica de gobierno.
Desde el punto de vista político, la dictadura implica la puesta en forma de su condición jurídica, vale decir, es la dictadura en ejercicio. Dicho ejercicio, al no ser puesto en forma de modo político, sólo puede serlo de modo policial y militar, a través de una represión no ocasional sino sistemática y permanente. La oposición, al no encontrar canales institucionales, será obligada a convertirse endisidencia y en casos más agudos (supresión definitiva de las elecciones) en resistencia.
El concepto dictadura no puede ser usado como metáfora ni como analogía. Para poner un ejemplo: la ideología marxista-leninista definía como dictaduras a todas las democracias. La democracia sólo era una cobertura para ocultar una dominación de clase. Suponiendo que eso hubiera sido cierto, los marxistas-leninistas confundían dos conceptos: el de dominación social y el de dictadura. Pero el concepto de dictadura no es social.
Tampoco una dictadura puede ser definida por su grado de violencia o maldad. No es necesario que existan campos de concentración, ni torturas ni asesinatos para hablar de dictadura. El concepto de dictadura no es moral.
Una de las confusiones más grandes reside en la creencia de que toda dictadura, para serlo, debe ser total. Por eso debe ser dicho de modo muy preciso: si bien todo régimen totalitario es una dictadura, no toda dictadura es totalitaria.
Entendemos por dictadura total o totalitarismo la apropiación definitiva de la sociedad (incluyendo espacios privados y culturales) por el Estado. Dictaduras totalitarias fueron la nazi, la comunista durante Mao y Stalin, las sudasiáticas del siglo XX , Corea del Norte hoy, la teocrática iraní durante Khomeini, la de Cuba durante Fidel Castro, y otras.
Ahora, lo que sí es evidente es que en cada dictadura se esconde un proyecto totalitario. La de Franco en Europa y la de Pinochet en Chile, por ejemplo, intentaron convertirse en totalitarias pero fracasaron. El Estado integral franquista y el Estado gremial portaliano no pudieron ser impuestos debido a la incapacidad o renuncia de esas dictaduras para apropiarse de todos los espacios económicos, sociales y culturales. Ambas, en sus tramos finales, al no poder ser totalitarias sólo fueron parciales. Aunque reiteramos: la condición de dictadura parcial no tiene nada que ver con el grado de crueldad puesto en práctica.
La dictadura totalitaria, digámoslo así, es una dictadura perfecta. En ese sentido, la gran mayoría de las dictaduras de nuestro tiempo han sido imperfectas, algo que no impide calificarlas como dictaduras. Para seguir con ejemplos: la dictadura cubana, gracias a sus contactos con “el imperio”, ha evolucionado desde la perfección totalitaria a la imperfección dictatorial. Por supuesto, mientras más imperfecta sea una dictadura más cerca estará de su fin.
¿Cuándo termina una dictadura? Desde el punto de vista jurídico, con la instauración de la división de los tres poderes del Estado. Desde el político, con la subordinación al Estado de Derecho de los poderes de hecho. Me refiero principalmente a los policiales y a los militares.
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