Madrid.- El ministro español de Asuntos
Exteriores, José Manuel García-Margallo, aseguró este martes en Madrid que
Venezuela "tiene un largo camino por recorrer en materia de derechos humanos,
como han hecho públicos numerosos pronunciamientos de las Naciones
Unidas".
Las declaraciones son la respuesta del canciller a las críticas del presidente venezolano Nicolás Maduro a una controvertida ley de seguridad y orden público aprobada por el gobierno conservador de Mariano Rajoy, a quien calificó de "sicario del pueblo".
"¿Qué dirían si yo saco la ley del sicario Rajoy y la convierto en ley en Venezuela: Dirían dictadura, el fin del mundo, me llamarían de todo", indicó Maduro el domingo, provocando la enésima crisis diplomática entre ambos países.
El ministerio de Asuntos Exteriores español convocó ayer al embajador de Venezuela en Madrid por segunda vez en tres meses, la primera de ellas en abril después de unas declaraciones de Maduro llamando "racista" a Rajoy que también causaron la llamada a consultas al embajador español en Caracas, subrayó AFP.
Esta llamada se produjo "por unas expresiones concretamente injuriosas e inaceptables en las relaciones internacionales, en ningún momento se debe a las críticas a una ley interna. Estamos dispuestos a aceptar cualquier observación venga de donde venga que nos permita mejorar", insistió el canciller.
"Y lo mismo creemos que tiene que hacer Venezuela", añadió, recordando las críticas a ese país realizadas por organizaciones como el Comité contra la tortura, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos o la Comisión Iberoamericana de Derechos Humanos.
"Espero que no se tomen como una injerencia, es un recordatorio de lo que han dicho esos organismos internacionales que Venezuela haría bien en adoptar", agregó.
Las siempre difíciles relaciones entre Madrid y Caracas se tensaron en los últimos meses por el apoyo de los dos grandes partidos españoles, conservadores y socialistas, a varios miembros de la oposición venezolana encarcelados o bajo arresto domiciliario.
La semana pasada, varios senadores españoles viajaron a Caracas para intentar mediar en la crisis política en una visita que Maduro calificó de "irritante" y "vomitiva".
Un mes atrás, el expresidente del gobierno español Felipe González (1982-1996), se trasladó también a Caracas para participar como asesor en la defensa de los opositores Leopoldo López y Antonio Ledezma, alcalde de Caracas, aunque finalmente sólo pudo reunirse con este último, bajo arresto domiciliario.
Las declaraciones son la respuesta del canciller a las críticas del presidente venezolano Nicolás Maduro a una controvertida ley de seguridad y orden público aprobada por el gobierno conservador de Mariano Rajoy, a quien calificó de "sicario del pueblo".
"¿Qué dirían si yo saco la ley del sicario Rajoy y la convierto en ley en Venezuela: Dirían dictadura, el fin del mundo, me llamarían de todo", indicó Maduro el domingo, provocando la enésima crisis diplomática entre ambos países.
El ministerio de Asuntos Exteriores español convocó ayer al embajador de Venezuela en Madrid por segunda vez en tres meses, la primera de ellas en abril después de unas declaraciones de Maduro llamando "racista" a Rajoy que también causaron la llamada a consultas al embajador español en Caracas, subrayó AFP.
Esta llamada se produjo "por unas expresiones concretamente injuriosas e inaceptables en las relaciones internacionales, en ningún momento se debe a las críticas a una ley interna. Estamos dispuestos a aceptar cualquier observación venga de donde venga que nos permita mejorar", insistió el canciller.
"Y lo mismo creemos que tiene que hacer Venezuela", añadió, recordando las críticas a ese país realizadas por organizaciones como el Comité contra la tortura, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos o la Comisión Iberoamericana de Derechos Humanos.
"Espero que no se tomen como una injerencia, es un recordatorio de lo que han dicho esos organismos internacionales que Venezuela haría bien en adoptar", agregó.
Las siempre difíciles relaciones entre Madrid y Caracas se tensaron en los últimos meses por el apoyo de los dos grandes partidos españoles, conservadores y socialistas, a varios miembros de la oposición venezolana encarcelados o bajo arresto domiciliario.
La semana pasada, varios senadores españoles viajaron a Caracas para intentar mediar en la crisis política en una visita que Maduro calificó de "irritante" y "vomitiva".
Un mes atrás, el expresidente del gobierno español Felipe González (1982-1996), se trasladó también a Caracas para participar como asesor en la defensa de los opositores Leopoldo López y Antonio Ledezma, alcalde de Caracas, aunque finalmente sólo pudo reunirse con este último, bajo arresto domiciliario.
Vía El Universal
Que pasa Margarita
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