Estados Unidos y Cuba anuncian la
apertura de sus respectivas embajadas el próximo 20 de julio después de 54 años
El
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció este miércoles la apertura
de una embajada completa en La Habana 54 años después de que las tensiones de
la Guerra Fría desembocaran en la ruptura de relaciones diplomáticas entre los
dos países. Este mes de julio, "el secretario de Estado, John Kerry,
viajará a La Habana para volver a izar con orgullo nuestra bandera" en lo
que hoy es una oficina de sección de intereses. La fecha, 20 de julio, fue
confirmada en un intercambio de cartas diplomáticas entregadas a primera hora
de la mañana de este día histórico que marca el avance definitivo de la
apertura con Cuba, negociada en secreto durante 18 meses y anunciada por Obama
el pasado 17 de diciembre.
El
anuncio solemne de Obama tuvo varias referencias que ayudan a ver los
acontecimientos con la perspectiva de medio siglo y a comprender la dimensión
histórica de esta decisión. "En enero de 1961, el año en que y nací,
cuando el presidente Eisenhower anunció el fin de nuestras relaciones con Cuba,
dijo: 'Es mi esperanza y convicción que en un futuro no muy lejano sera posible
que nuestra histórica amistad se vuelva a reflejar en relaciones normales de
todo tipo", dijo Obama. "Creo que ese momento ha llegado. Y que nos
espera un mejor futuro".
La fecha
del 20 de julio es la fijada para el restablecimiento formal de relaciones
diplomáticas. Eso no significa que ese día se produzca la imagen de Kerry en La
Habana, el primer secretario de Estado de EE UU en pisar la isla desde 1945.
Fuentes del Departamento de Estado aclaraban el miércoles que la apertura de
embajadas será a partir de esa fecha. Por razones de protocolo, los más
probable es que las ceremonias no serán simultáneas, ni el mismo día.
La carta
del presidente había sido entregada a primera hora del miércoles por el jefe de
la Sección de Intereses de EE UU, Jeffrey DeLaurentis, al ministro interino
cubano de Exteriores, Marcelino Medina. Fue la cancillería cubana la que ha
revelado poco después en un comunicado la fecha fijada. El gesto ha sido correspondido
por el jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, José Ramón
Cabañas Rodríguez, quien a su vez ha entregado una carta de Castro a Obama, con
similar mensaje, al número dos del Departamento de Estado, Anthony Blinken.
La
entrega de las cartas presidenciales, ahora documentos para los historiadores,
era el primer paso burocrático hacia la formalización del restablecimiento de
relaciones diplomáticas interrumpidas desde 1961. Publicadas por la Casa
Blanca, ambas reproducen prácticamente el mismo texto protocolario. El
miércoles se sucedían los comunicados de todo tipo de organizaciones y centros
de estudios latinoamericanos aplaudiendo la decisión de los dos países. Las
sedes diplomáticas ocuparán las actuales instalaciones que sirven como oficina
de intereses y representación diplomática oficiosa de ambos. El dominio
republicano en el Congreso, sin embargo, hará muy difícil que se pueda
confirmar al embajador estadounidense para Cuba, por lo que es probable que continúe
el equipos actual.
La
apertura de embajadas avanza en la política de hechos consumados de Obama en
política exterior a pesar de las fuertes críticas de la oposición republicana,
al igual que en la negociación con Irán. El anuncio, sin embargo, no estuvo
exento de matices. Estados Unidos sigue esperando que la isla sea una país
democrático y que el régimen comunista respete los derechos humanos. “Por
supuesto, nadie espera que Cuba cambie de la noche a la mañana”, dijo Obama.
“Pero creo que la implicación americana, a través de nuestra embajada y
nuestros negocios, es la mejor manera de avanzar en nuestros intereses y apoyar
al democracia y los derechos humanos”.
Obama
reiteró sus argumentos desde diciembre para este enorme cambio en medio siglo
de política exterior con Cuba. El embargo no ha funcionado, ha servido para
apuntalar al régimen y además se ha convertido en un elemento de
distanciamiento y tensión permanente de EE UU con toda América Latina.
Los
mayores peros los puso la parte cubana, que por boca de su canciller, Bruno
Rodríguez, afirmó que la relación nunca será normal hasta que se levante el
"bloqueo económico", EE UU devuelva el territorio de Guantánamo y se
comprometa a dejar de hacer proselitismo considerado subversivo por el régimen
a través emisiones de radio y televisión. Los pasos de la Casa Blanca están
limitados por la mayoría republicana en las dos cámaras del Congreso, que hace
impensable en estos momentos que se puedan revertir las leyes que conforman el
embargo comercial a la isla. Obama reiteró ayer su petición al Congreso de que
deshaga el embargo. “Pido al Congreso que escuche al pueblo cubano y al pueblo
americano”.
El
anuncio, que se esperaba desde hace semanas, confirma la voluntad de
continuar el proceso de
normalización que iniciaron Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, el 17 de
diciembre.
El
histórico paso ha sido posible tras cuatro rondas de
negociaciones de alto nivel tanto en La Habana como en Washington. Además, Obama y Castro
protagonizaron durante la Cumbre de las
Américas en Panamá en abril un histórico encuentro, el primer cara a cara
formal entre un presidente de EE UU y uno cubano en más de medio siglo.
La decisión de Obama de iniciar
conversaciones discretas con La Habana, hace dos años, llegó después de años de
lento cambio político entre la influyente comunidad cubanoamericana de Florida,
un estado clave para ganar las elecciones presidenciales. Las nuevas generaciones
de cubanoamerianos no participan del rechazo visceral a cualquier participación
con el régimen que es norma general en la generación que tuvo que salir
exiliada por el comunismo. Un estudio de la Universidad de Florida el año
pasado reveló que un 68% de los cubanos de Miami veían favorablemente el
restablecimiento de relaciones.
Vía El País. España
Que pasa Margarita
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