José Guerra
La prestigiosa encuestadora Datanálisis en su más reciente medición que terminó a finales de julio, revela cifras muy importantes sobre la situación venezolana y los probables resultados de las elecciones parlamentarias. Según el 87,0% de los entrevistados, la situación del país es mala mientras que solamente un 12,0% la considera buena. Ello refleja un deterioro respecto a la medición de mayo cuando el 84,0% valoró como negativa la situación nacional.
La gestión de Nicolás Maduro recibe un 24,3% de aprobación mientras que quienes rechazan su gestión totalizan 70,4%, cifra esta superior al 68,8% que en mayo de 2015 estimaba que Maduro estaba haciendo un mal gobierno. Los problemas del país están dominados por los temas económicos y por la ya sempiterna inseguridad. Llama la atención que los problemas económicos concentran el 45,3% de la preocupación de los venezolanos en tanto que la inseguridad comprende el 17,7%. Tal vez lo más resaltante de este asunto es para el 59,3% de los venezolanos el culpable de la actual crisis es Maduro y el gobierno, un 2,9% cree que son los empresarios y apenas 2,5% considera que el la oposición es la responsable de la crisis.
Cuando la encuesta entra al terreno propiamente electoral, al indagar sobre las preferencias electorales, se encuentra que los candidatos de Unidad Democrática obtendrán 42,2% de los votos y los del PSUV apenas el 19,2% de los votos. Ello conforma una ventaja de 23 puntos porcentuales, la mayor que se conozca en mucho tiempo. De esta manera, la Unidad Democrática mejoró su intención de voto respecto a mayo cuando obtuvo 40,1% y el PSUV bajó al obtener en ese mes 21,3%. Es digno de atención que cuando se indaga a los llamados Ni-Ni, es decir los que no están en los dos polos, un 19,2% de ellos se inclina por el PSUV, 42,2% lo hace por la Unidad Democrática y el 11,8% por los independientes.
Son estos números los que explican el comportamiento agresivo del gobierno y del CNE, al inhabilitar candidatos, al recomponer los circuitos electorales y al desatar una persecución contra dirigentes democráticos. También está muy activo el gobierno y sus agentes de la desinformación en promover la abstención cuando sacan la cuenta que una persona que se abstenga de votar es un voto que se tácitamente se suma al gobierno. Ello se refleja en el hecho de que la estimación de participación del oficialismo es 70,0% y la de los declarados opositores es de 60,0%.
Por ello es que desde el gobierno se le da tanta cuerda a quienes pregonan la abstención, porque el gobierno sabe que al no tener los votos procura inhibir a quienes ahora están contra el gobierno.
La Unidad Democrática ha sido clara en plantear una agenda positiva que vaya al encuentro del país, de aquellos que una vez creyeron en Chávez y hoy al ver el desastre de Maduro están mirando para el lado de las fuerzas democráticas.
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