THAYS
PEÑALVER
El asunto
es muy simple. Cuando dijimos ¡a marchar!, marché. Cuando dijimos ¡a pararse!
Me paré. ¡A Protestar! Protesté. ¡a apoyar! Apoyé, ¡A consultar! Acudí, ¡A
revocar! revoqué. Hoy es votar, pues yo grito ¡votaré!. De eso se trata el
asunto de la democracia y de eso se trata la oposición democrática. Nuestros
derechos constitucionales a la participación política hay que tenerlos
clarísimos y por eso hay que apoyar cuanta manifestación pacífica salga a la
calle, apoyar las asambleas de ciudadanos que son constitucionalmente
vinculantes igual que las consultas populares, los referendos abrogatorios -que
espero algún día algún líder opositor se le prenda el bombillo-, la revocatoria
del mandato, los cabildos abiertos y cuanto derecho constitucional a oponerse a
la barbarie se nos presente en el camino y llegada cada hora, puntualmente
recurrir a la elección de cargos populares.
Hay que
cuidarse de los que gritan desaforadamente que ¡Dictadura no sale con marchas y
banderitas!. Ni con ¡Paros cívicos! Y mas aun, de quienes gritan que ¡Dictadura
no sale con votos! con un dejo de superioridad, porque insinuar que salen a
golpes es en extremo peligroso, no porque vayan a dar un golpe, sino porque en
realidad cumplen dos servicios al régimen. El primero, el mas claro, confirman
al planeta entero lo que señala el gobierno recurrentemente sobre la “oposición
golpista” y lo mas peligroso de todo, porque llevan a la inacción total, es
decir a no marchar, protestar, consultar, abrogar, apoyar, revocar ni votar. Si
existiera una campaña impecablemente diseñada por el G2 cubano (sigo insistiendo
que aquí la maldad no es importada) esta seria la de ¡Dictadura no sale con
votos!.
La gente
que dice eso, siempre lo hace con una pose de ‘superioridad moral’ hasta que
Usted le pregunte a lo Stalin ¿Mira y cuantas divisiones tienes tu? Porque los
chavistas tenían a toda la infantería, aviación y armada y no pudieron
concretarlo en su momento. Si Usted les suelta eso, a partir de allí la
superioridad moral desaparece en esos ojos de quien no conoce ni a un cocinero
de cuartel o comienzan a fantasear descaradamente con que si “todos” salimos a
la calle o “todos” aplicamos el 350, pues allí si que es verdad que se complica
el asunto. Hijo- termino yo casi siempre explicándoles- si “todos” votamos
contra Maduro, “todos” sacamos a Maduro sin tanta fantasía bélica de película,
pero en Venezuela no existe tal cosa como que “todos” vamos a hacer algo.
Ese
pensamiento a lo único que conduce, es al agradecimiento eterno de Maduro y a
la inacción absoluta. Quédese en su casa porque “dictadura no sale con marchas”
no vote o sálvelo porque “Dictadura no sale con votos”, no proteste porque si
no somos “todos” Dictadura no sale con protestas”, cállese la boca “porque
dictadura no sale escribiendo, ni hablando”, salgase del Twitter porque
“Dictadura no sale con Twitter” ni vaya a las reuniones y concentraciones
“porque dictadura no sale con esas idioteces”. Por lo tanto el resultado obvio,
es que lo único que Usted debe hacer es sentarse en su casa, callado la boca y
sin reunirse, sin escribir ni en twitter, esperando la hora en la que “todos”
estemos de acuerdo y que “fieles a nuestra tradición republicana” y bla, bla
bla salgamos a asaltar las bastillas. En fin esperar a que la dictadura salga
con ‘cuentos fantásticos’. De allí que si tuviera que apostar ¿que campaña fue
diseñada por el G2?, mi voto estaría empatado entre la de ¡Dictadura no sale
con votos! Y ¡Con tu voto se legitima la dictadura!.
Dicho
esto, si a ver vamos, revisando los mas de 100 ejemplos de dictadores,
tendríamos que explicar que la mayoría de ellos, desde Gómez, pasando por
Stalin, Mao, Ho Chi Min, hasta Fidel murieron plácidamente en su cama (o están
muriendo) ya de ancianos luego de pasar décadas en el poder. La segunda buena
parte fueron asesinados, derrocados y exiliados por otro dictador bastante peor
a ellos, una exigua minoría fueron derrocados por gobiernos extranjeros y la
verdad es que muchos salieron por elecciones, porque la única verdad es que
los dictadores no hacen elecciones y cuando las hacen, las pierden.
Porque cuando a la dictadura de Nicaragua le supervisaron las elecciones, ganó
Violeta de Chamorro, Pinochet en el 88 cuando se vio obligado a hacer
elecciones las perdió de calle y nuestro Pérez Jiménez salió primero por votos
cuando su Frente Electoral Independiente (FEI) apenas alcanzó el 21,13% y
cuando eso ocurrió, su ejercito se le volteo y salió del poder: “conforme a los
deseos de las Fuerzas Armadas de la Nación”.
El
problema siempre fue negar al chavismo como una fuerza, negar que ese aparato
de 2 millones “extras” de empleados y sus cónyuges (4 millones) no iban a votar
por el chavismo porque nosotros somos mas chéveres, negar que el millón de
personas en los listados de gratuidades iba a votar en contra de sus ilusiones
y negar que el barril a 150 dólares y la repartición de la piñata no tuvo
impacto en un electorado con 6to grado de primaria y no pocos formados e
intelectuales. Hoy, cuando el barril promedia los 47 dólares, Venezuela esta
técnicamente quebrada, no hay plata para los regalos y la inflación se lo
devoró todo, cuando Raúl Castro negocio a las espaldas su “Yankees come home” y
el G-2 negocia con la CIA todo lo que sabe de Venezuela, cuando todas las encuestas
dan el triunfo de la oposición, quedarse en su casa en Diciembre no es otra
cosa que quitarse la careta y apoyar al defenestrado régimen.
Vía El Nacional
Que pasa Margarita
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