Enrique Meléndez / especial Noticiero Digital / 25 sep 2015.- El director de Econométrica, Henkel García, se mostró pesimista en el corto plazo en lo que se refiere a la situación económica; pero optimista para el mediano y largo plazo, tan pronto se imponga un gobierno de transición salido de un acuerdo nacional, y que considera inevitable.
El analista financiero comenzó su ponencia, durante el foro Coyuntura 2015 organizado por Econométrica, asegurando que en el corto plazo, los directores de Econométrica se declaraban pesimistas; como lo hicieron hace dos años cuando entonces plantearon que una crisis de la magnitud, que hoy vivimos, era posible y que hoy, lamentablemente, nos toca vivir.
Admitió, no obstante, que eso abre las puertas a una Venezuela distinta en el mediano plazo, y que eso era la materia que pensaba abordar en su exposición y cuyo título era: “A crecer todos”, referido al tema del crecimiento inclusivo – un tema de estudio que poco a poco ha cobrado fuerza.
“El crecimiento inclusivo maneja principios muy similares a los necesarios para ser un país competitivo, pero tiene que ver también con un crecimiento que sea sostenible, que sea armonioso”.
Se remitió al Indice de Competitividad Global, que guarda relación con el de crecimiento inclusivo, que se construye sobre tres grandes pilares: “necesidades básicas”, “potenciadores de eficiencia” y “factores de innovación y desarrollo”.
Indicó que las necesidades básicas comprendían todo lo que era instituciones, infraestructura, entorno macroeconómico, salud y educación primaria; los potenciadores de eficiencia comprends sof¡isticadas; ya que son impulsadas por factores de l mercadoeconían todo lo que era la educación superior, eficiencia del mercado de bienes, eficiencia del mercado laboral; formación tecnológica, desarrollo del mercado financiero y tamaño del mercado, y en cuanto a los “factores de innovación” dijo que éstos ya privaban para economías más sofisticadas; ya que eran economías impulsadas por factores de innovación y desarrollo.
“Obviamente, nosotros no estamos allí; ya que somos una economía que está en la parte del estatus uno, el de las necesidades básicas, en tránsito hacia una economía que va a crecer por potenciadores de eficiencia”.
En una de las láminas, García mostró la ubicación de Venezuela en el Indice de Competitividad Global, y donde se observaba que, en los renglones de las necesidades básicas, ocupábamos los últimos puestos; e igual sucedía en lo que se refiere a los renglones de los potenciadores de eficiencia.
“También en los factores de innovación –añadió García- estamos en los últimos lugares porque también somos una economía que no se caracteriza por eso (…) Venezuela tiene una gran deficiencia en buena parte de sus pilares. Sólo se destaca por dos cosas: tamaño del mercado y educación y salud; cosa esta última que la podemos cuestionar, pero que aún se puede considerar como algo decente. Hay mucha gente preparada en Venezuela”.
Admitió que el otro gran atractivo de Venezuela era el tamaño de su mercado; que nosotros éramos un país con un mercado bastante atractivo, y que por eso muchas transnacionales se quedaban, a pesar de la crisis, porque veían el potencial por desarrollar.
En ese sentido, dijo que las políticas económicas y sociales han dejado enormes carencias, y que lo urgente e importante es estabilizar lo macroeconómico; alcanzar un arreglo institucional; lograr mejoras en el mercado de bienes y el mercado laboral; pues hasta ahora nada se ha hecho y, por el contrario, toda esta situación se ha deteriorado.
“Estas medidas en el mediano y largo plazo se logran a través de un gran pacto nacional; no sólo en lo mínimo necesario sino también en las modificaciones más profundas”.
Al retomar el tema del crecimiento inclusivo indicó que no sólo algunas instituciones se han interesado por este tema sino también reconocidos economistas como Ricardo Hausmann, exministro de Carlos Andrés Pérez y profesor de Harvard, e indicó que el crecimiento inclusivo tiene dos áreas; una de las cuales es el ritmo del crecimiento económico pues es claro que para abatir la pobreza necesitamos un ritmo de crecimiento elevado. Aquí hizo notar que con el gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez quedó claro que no es con la distribución de la renta como se abate la pobreza, sino con crecimiento económico.
“Pero no sólo con crecimiento económico sino con las características de ese crecimiento. Eso es algo que considera esta teoría del crecimiento inclusivo y toma elementos como la equidad, igualdad de oportunidades y protección en las transiciones”.
En este contexto ubicó a Venezuela, y demostró que nuestra economía está orientada a privilegiar a un grupo: “Aquí solamente un grupo puede acceder a ciertos recursos”. Como ejemplo mencionó que para muchas personas no le era ácil el acceso a los dólares oficiales.
Dijo además que en la etapa de la “protección en las transiciones”, algo a tomar en cuenta por cuanto venía un proceso de transición no solamente política sino económica, había que pensar en los sectores más vulnerables.
“En el crecimiento inclusivo –puntualizó García- todo individuo contribuye a… y se beneficia del crecimiento económico. Mi idea central es que lo que nos debe quitar el sueño es cómo lograr que cada venezolano sea un factor productivo; que cada venezolano contribuya al crecimiento económico y se beneficie de ese crecimiento”.
Consideró otros dos aspectos: la productividad; que en Venezuela hemos dejado de lado por décadas; y la generación de empleos; haciendo la salvedad de que se trata de empleos productivos y no de distribución del ingreso; pues en Econométrica se maneja la tesis de que en los programas como las Misiones se coloca al individuo en la esfera del consumo y no en la esfera de la producción.
Calificó eso como “un gran pecado” porque el gobierno hizo eso para crear una relación clientelar; de dependencia del individuo frente al gobierno; porque – agregó -, si el interés del gobierno es crear un individuo libre; que genere riqueza; entonces la política ha debido encausarse por la generación de empleo productivo.
“Eso no lo tenemos en Venezuela. En la literatura económica se considera el crecimiento del empleo. Eso ya lo hemos visto; generar nuevos puestos de trabajo y no cualquier puesto de trabajo: el trabajador informal no está ocupando un puesto de calidad”.
Para García un bachaquero no es nada de eso, lo mismo que una persona que vive de vender dólares; ya que considera que esos eran trabajos que no generan bienestar; de modo que no tiene que ver solamente con el crecimiento del empleo sino también con incrementar el nivel de productividad del venezolano.
Afirmó que no hay manera de recuperar el salario real del venezolano si no se aumenta la productividad, y que todo lo demás era pura politiquería: los aumentos nominales, que no vienen con un aumento de la productividad no tienen sentido, y contribuyen a la inflación y la escasez.
Trajo a colación el hecho de que el gobierno ha aumentado el salario mínimo 30 veces, y que ese no es el camino sino aumentar la productividad; uno de los puntos que trata la teoría del crecimiento inclusivo, y a lo cual le agregó la diversificación de las exportaciones; que calificó también como un requisito indispensable.
“Las economías que han logrado un crecimiento inclusivo son aquellas que han tenido una diversificación en sus exportaciones; mejoras en educación e infraestructura, estabilidad macroeconómica”.
Citó a Hausmann, a propósito de que el crecimiento de los países son diferentes, y que eso se extiende inclusive a regiones y municipios dentro de un mismo país. Lo que llevó a decir que esto descartaba que los problemas de crecimiento se solucionaban con políticas macroeconómicas nada más y que había otras razones. Allí resaltó la importancia de las redes de producción que requieren una alta inversión, altos costos fijos. E particular se refirió a las redes de agua potable, redes de aguas servidas, desechos sólidos, energía eléctrica, transporte urbano, educación, bienes, hospitales, seguridades, financiamiento.
“A medida que sea fácil para cada individuo acceder a esas redes, entonces los niveles de productividad y de crecimiento va a ser más inclusivo, y esto es fácil verlo en la Venezuela de hoy”.
García mencionó el caso de los cortes de luz o de Internet que ocurren en Venezuela y mencionó que buena parte del financiamiento de esa reconstrucción de redes será financiada por el Estado.
Hizo ver que de nada sirve tener a una persona muy formada pero para poder ir de una ciudad a la otra toma siete horas. “Es decir –expresó García-, hay una interdependencia de estas redes donde la falla de una de ellas hace caer la productividad a niveles dramáticos. Entonces, un buen plan de políticas públicas debe incluir el financiamiento al acceso de esas redes”.
Seguidamente mencionó que a Venezuela le han ingresado en los últimos 16 años más de un billón de dólares; y que, en lugar de invertirlos en esto de las redes, lo que se hizo fue asignar demasiados recursos a medidas redistributivas, paliativas, que compensan los síntomas de exclusión, pero no eliminan las causas; de modo que lo que ha habido son medidas paliativas y no curativas.
Calificó de mala los resultados de esa política de redistribución de la renta petrolera; mostrando a través de cifras cómo había caído el nivel del PIB per cápita del venezolano al punto de que el que tenemos para el día de hoy es muy similar al que teníamos en 1998.
Al analizar los niveles de crecimiento que hemos tenido, indicó que los mismos no eran consecuencia de un crecimiento inclusivo sino el resultado de ingresos de importantes montos de exportación petrolera más endeudamiento, y trajo a colación el hecho de que “aquí se pasó en la deuda externa de 25 mil millones de dólares a 106 mil millones de dólares”.
Manejó asimismo el tema del poder adquisitivo del salario mínimo, que ha tenido una caída del 40%, con respecto al salario mínimo de 2014, y al respecto dijo que lo que le parecía más dramático era que se había ubicado 25% por debajo del poder de compra que teníamos para 1998; y que era lo que demostraba que Venezuela no había crecido de manera inclusiva cuando lo que ha habido, a su juicio, es una ilusión para ganar popularidad.
Tocó el tema del secuestro al que sometió la actual clase gobernante a las instituciones del país, a partir de esa política de corte populista. Y ponderó lo que hubiera podido ser la creación de activos y la independencia que se ganara si cada venezolano pudiera invertir en el área petrolera, que hoy no se le permite y por esta vía mostró lo absurdo del hecho de que el inversionista de una empresa rusa, por ejemplo, sí puede invertir en Venezuela en la exploración y explotación del petróleo pero no los venezolanos.
“Impuestos y transferencias fiscales: una carga impositiva injusta y progresiva. Muchos de los subsidios que tiene hoy en día Venezuela son regresivos”.
De inmediato mostró en una lámina la puntuación que ostentan los países en lo que a crecimiento inclusivo se refiere, tomado de un informe del Foro Económico Mundial, en cada una de las áreas en que se desenvuelve la actividad humana.
“En educación, Venezuela tiene una puntuación relativamente alta en cuanto al acceso a la educación; pero muy baja en cuanto a la calidad: ocupamos el puesto 23 de 26 evaluados. A nivel de empleo no estamos tan mal, ocupamos el puesto 16 de 22. En creación de activos, ahí sí rodamos: ocupamos el puesto 25 de 25; intermediación financiera ocupamos el puesto 25 de 26; corrupción y rentas 26 de 26; servicios básicos 23 de 26, y transferencias fiscales también 23 de 26”.
En otras de las láminas, tomada del mismo informe, relativa al crecimiento económico, mostró que nuestro país era el del peor desempeño dentro de su grupo; que, por lo demás, se trataba de un grupo que se caracterizaba por tener ingresos altos pero poco rendimiento económico.
Calificó de triste la realidad que viven los venezolanos, tomando en cuenta que hay gente que ha abandonado el ejercicio de su profesión u oficio para dedicarse al bachaqueo – un claro síntoma de que Venezuela no se encamina por la senda del crecimiento inclusivo.
Incluso, cayó en un plano ético e hizo énfasis en el poco valor que tiene un bachaquero; “que lo que hace es arbitrar entre un precio y otro”.
A juicio de García, el populismo siempre utilizará la redistribución del ingreso como vía para mantenerse en el gobierno, y que siempre pensará en el corto plazo; teniendo presente que es fácil vender esa idea porque se trata de un sesgo que arrastramos; de modo que la tarea que tienen por delante las nuevas generaciones de venezolanos, a quienes les corresponda rescatar al país y en las que el propio García se incluyó, es pensar en el largo y mediano plazo.
“Si ahora nos queremos plantear una nueva Venezuela, tenemos que hacerlo bien; de una manera armoniosa; de cómo podemos crecer de manera sostenida a largo plazo”.
Para concluir, García consideró que es inevitable un gobierno de transición salido de un acuerdo nacional; donde se plantee un horizonte de largo plazo; que esa es la responsabilidad de los venezolanos de hoy en día, que no se le pueden dejar a nadie, y que lo peor que nos puede pasar es caer en la desesperanza.
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