MARIO
SZICHMAN/ Nueva York/ Especial para TalCual
De
acuerdo a la encuestadora Latinobarómetro, desde Tijuana a Tierra del fuego,
los habitantes de la región están hartos de la corrupción y de la incompetencia
de sus autoridades, y han perdido fe en sus instituciones cívicas, en los
partidos políticos, en sus fuerzas armadas, en la justicia y en el parlamento
América Latina se ha distinguido siempre
por dos tipos de industrias extractivas, aquellas que extraen del subsuelo
petróleo, hierro, cobre, bauxita, y piedras y metales preciosos, y la industria
de extracción que practican sus autoridades en las bóvedas de sus bancos
centrales.
En épocas de prosperidad, los
buenos precios que obtienen las materias primas permiten atemperar o disimular
el saqueo al erario público y los ladrones y atorrantes pasan por estadistas.
Cuando viene la época de las vacas flacas, es imposible aplacar la indignación
popular. Hay que echarle a alguien la culpa por el alza en el costo de la vida,
por la mala administración de los fondos, por el pésimo funcionamiento de los
servicios públicos, por la rampante criminalidad. Y es inevitable que la
indignación enfile directamente hacia los previos estadistas, que recuperan
mágicamente su condición de malvivientes.
La encuestadora Latinobarómetro
informó en su survey anual, que abarca 17 países de América Latina, acerca de
la furia de muchos gobernados por sus gobernantes. Tal vez el caso más grave es
el de Brasil, donde la presidenta Dilma Rousseff cuenta con una
aprobación del 7% en las encuestas.
Como recordarán los lectores,
Rousseff fue reelecta el 26 de octubre de 2014 derrotando por estrecho margen a
Aécio Neves. En esa ocasión, la actual mandataria brasileña necesitó un 51,6
por ciento de los sufragios para ganarle a Neves. ¿Cómo es posible que en menos
de un año haya perdido un 45% del apoyo de la ciudadanía? ¿Cuán ciego podía
estar el pueblo brasileño para reelegirla en el 2014? ¿Cuán perspicaz es ahora
para repudiarla de esa manera? Es una pregunta interesante, porque ese tipo de
colapso en la popularidad generalmente precede a estallidos sociales, o a
juicios políticos.
En el caso de Rousseff, la cosa
se complica por el escándalo del ente petrolero estatal Petrobrás, el más
grande en la historia del país, y porque Brasil, según indicó The Wall Street
Journal, enfrenta “la peor contracción económica en 25 años”. Muchos están
pidiendo la renuncia de Rousseff, así como su procesamiento.
Según la misma encuesta, la
presidenta de Chile, Michelle Bachelet, cuenta con 24% del respaldo de los
electores. Y aun así, está mucho mejor que el presidente de Perú, Ollanta
Humala, cuyo rating de aprobación es de un 13%.
Con respecto al presidente de
Venezuela Nicolás Maduro, alrededor de 25% de sus compatriotas aprueba
su gestión. Latinobarómetro dijo que en los dos años desde que asumió el
cargo, Maduro bajó un 30% en la preferencia popular. Las principales quejas de
los venezolanos son la escasez de alimentos y de otros productos básicos.
En doce de los 17
países en que se realizó la encuesta, el crimen y la acción de bandas armadas
es evaluado como el problema más importante.
El presidente de México, Enrique
Peña Nieto, ha ido perdiendo progresivamente su popularidad. No solo
Latinobarómetro sino The Pew Research Center señalan la creciente irritación de
los mexicanos con su liderazgo. En el 2014, un 51 por ciento de los
entrevistados expresaron una opinión favorable del primer magistrado.
En la actualidad, apenas
un 44 por ciento manifestaron similar opinión. Las cifras de Pew
dijeron que la aprobación del líder del PRI cayó en todas las áreas.
Un 34 por ciento de los
encuestados dijo que la economía está en buenas condiciones, una declinación
del seis por ciento en relación al año pasado. Y por supuesto, no ha cesado el
clamor por la desaparición y probable asesinato de 43 estudiantes.
En Ecuador, el presidente Rafael
Correa enfrenta desde hace semanas continuas protestas callejeras, las peores
desde que asumió el poder en el 2007.
El “boom” de las materias primas
durante la primera década de este siglo favoreció a gobiernos derechistas e
izquierdistas. El promedio de aprobación de los jefes de estado fue de un 60
por ciento, señaló Latinobarómetro.
Tanto el conservador Álvaro
Uribe, en Colombia, como Hugo Chávez Frías, en Venezuela, e Inacio Lula da
Silva, en Brasil, fueron ídolos del pueblo. Ahora, el ranking de aprobación de
los mandatarios de la región no supera en promedio el 47 por ciento.
La Comisión para América Latina y
el Caribe dependiente de las Naciones Unidas pronosticó para este año un
crecimiento regional de apenas 0,5 por ciento. Entre el 2003 y el 2008, el
promedio de expansión en América Latina fue de un robusto 4,6 por ciento.
Marta Lagos, directora de Latinobarómetro, predijo que esta segunda década del siglo será para América Latina, “La década negra de la corrupción, los escándalos, el bajo crecimiento, y la falta de representación”.
Marta Lagos, directora de Latinobarómetro, predijo que esta segunda década del siglo será para América Latina, “La década negra de la corrupción, los escándalos, el bajo crecimiento, y la falta de representación”.
La encuesta dice que los habitantes
de la región están hartos de la corrupción y de la incompetencia de sus
autoridades, y han perdido fe en sus instituciones cívicas, en los partidos
políticos, en sus fuerzas armadas, en la justicia y en el parlamento.
Como en las sociedades tribales,
los grupos que despiertan más confianza son la familia y los vecinos. Y la
única institución que sigue contando con bastante respaldo es la
iglesia. Y al parecer, el grito de batalla que empieza a resonar en toda
América Latina es “Moderación o muerte”. Quienes se autocalifican de
“centristas” han pasado del 42 por ciento en el 2008, al 33 por ciento en la
actualidad. Y los “izquierdistas” y “derechistas” han empezado a ganar terreno.
El problema es que los
“derechistas” pasan a engrosar con enorme rapidez las filas de los partidarios
de una solución militar. Y que los “izquierdistas” no suelen quedarse de brazos
cruzados.
La consultoría Capital Economics
resumió la situación con esta frase: “los inversionistas deben acostumbrarse a
la idea de que los riesgos políticos han regresado a América Latina”.
¡Qué suerte que sigue existiendo
la encuestadora Hinterlaces para hacernos creer que seguimos viviendo, como el
doctor Pangloss, en el mejor de los mundos posibles!
Vía Tal Cual
Que pasa Margarita
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