Dámaso Jiménez
Maduro repite una y otra vez en cada aparición pública, casi que como lema de campaña, que ganará las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre “como sea”.
Lo dice como una orden de quien cree que el único papel de un líder es mandar, unas veces para adelante otras hacia atrás según su conveniencia: Mandar sobre los precios del petróleo, sobre el mercado, por encima de la militancia abandonada en las largas colas de los supermercados, sobre el CNE, el TSJ, la milicia, los colectivos, la FANB.
Seguro alguien cercano le debe haber interrumpido esa “dolce vita” de exclusividades que se tira como revolucionario para soplarle, que fuera de esa burbuja en la que habita la cosa se ve bastante fea.
Bueno, en la boliburguesía siempre hay tiempo para el discreto encanto del cinismo que antepone la picardía, el abuso y la costosa maquinaria, al hambre, las colas y la miseria que padecemos.
– “Más feas las he visto y se han casado”, dice en tono de burla, con la profundidad de una caratula de estadista que desconoce que siempre las cosas pueden ponerse peor.
A 38 días para el 6D las encuestas continúan subrayando las tendencias negativas del gobierno de Maduro y desatando cada vez más nerviosismo sobre el poderío de las instituciones chavistas que se saben derrotadas por votos, lo que los obliga a anunciar abiertamente su disposición a arrebatar los resultados “como sea”, “a cómo de lugar” y “cueste lo que cueste” para preservar la mayoría en el Parlamento Nacional.
Así el gobierno no escatima esfuerzos por demostrar que su única opción es arrebatando “a lo Jalisco” y para ello parecen contar no solo con el abuso de las instituciones y su poder de amedrentamiento con los colectivos y grupos armados que le deben obediencia, sino también con ese sector de la FANB, específicamente el alto mando militar, que se encuentra “casado” con las riquezas y el poder que les ha permitido obtener del proyecto revolucionario.
La oposición asiste por primera vez a una medición con amplio margen a pesar de los ventajismos cada vez más pervertidos del PSUV, en los que incluso podrían apelar a un intento de fraude de gran magnitud, como ya lo han anunciado incluso en cadena nacional, tras el cual queda claro que podría desencadenarse un fuerte caos y un conflicto mayor entre venezolanos.
Un informe emanado por “ORBIS consultores” señala que la esperanza de la Unidad gira en la posibilidad de que los resultados de las elecciones fomenten una desarticulación de la actual pirámide de mando militar que prácticamente maneja todos los hilos del poder en el país, lo que quiere decir que la expectativa de la MUD, capitalizada en la contundencia de su votación, no solo podría derrotar las maquinarias del ventajismo oficialista, sino neutralizar cualquier pretensión de desacato militar.
Estamos hablando de un cuerpo armado donde abunda la ideologización, que ha sido manejado por el castrismo y que considera el socialismo como único camino posible y al capitalismo y la libertad de pensamiento como enemigo insoslayable.
Henry Ramos Allup ha reaccionado describiendo lo que podría suceder el día 6 de enero al instalarse la nueva Asamblea Nacional, si el enclave militar que suele operar en el Palacio Federal Legislativo se insubordinara frente a las nuevas autoridades, atendiendo a las órdenes del alto mando castrense, lo que podría dibujar una confrontación entre bandos militares que termine de la peor manera: una guerra civil.
Los venezolanos vivimos tiempos de incertidumbre y los factores de la Unidad saben que de desatarse la violencia, los mecanismos de la política corren el peligro de quedar sojuzgados a los de las armas y la represión.
Este viernes en su habitual espacio de opinión, el periodista Miguel Salazar aseguró que en el seno de la FANB se plantea no permitir que la oposición llegue a controlar la Asamblea Nacional. “Quienes sostienen la idea la razonan alegando que se trata de una cuestión de Seguridad de Estado”, escribió.
Nos preguntamos si se trata de una cuestión de sobrevivencia de un “Estado Chavista” que al estilo del “Estado de Isis” pretende imponerse a fuerza de guerras, violaciones, secuestros y muertes como hace este grupo radical en Siria e Irak.
Escribe Salazar que el sector oficialista considera “amenazante” el discurso de la mayoría de los líderes de la MUD, por lo que el “Estado Chavista” ha prendido las alarmas en el sector castrense.
¿Acaso se trata de un golpe de Estado anunciado? ¿Está consciente la FANB de su lugar en el futuro del país?
No queda duda que el gobierno de Maduro es un gobierno militar que nunca permitirá una vida de civilidad plena y progreso en Venezuela. Se hace necesario después del 6D desmilitarizar las instituciones y devolver el país a sus ciudadanos.
@damasojimenez
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