Luis José Semprum
Hoy se cumple un nuevo aniversario del 23 de enero de 1958, cuando las Fuerzas Armadas salieron en apoyo del pueblo venezolano para derrocar la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez.
En comparación con el régimen de Maduro, Pérez Jiménez fue un verdadero patriota, porque defendió el interés nacional y desarrolló el país en todos sus aspectos; aunque fue un violador de derechos humanos.
A los 59 años del 23 de enero, los militares tienen muchos más motivos para intervenir que en aquel entonces. Seguidamente enumeramos algunos:
Primero: Maduro es un títere de Cuba, y le ha entregado a los hermanos Castro no solamente nuestros recursos, sino también el control total del país.
Segundo: Maduro y El Aissami son ilegítimos, porque uno es colombiano y el otro es sirio.
Tercero: Maduro está usurpando el cargo de Presidente de la República, porque fue destituido por la Asamblea Nacional el pasado 9 de enero.
Cuarto: Éste es un régimen de delincuentes, que ha saqueado nuestro país, y está vinculado al narcotráfico, como lo demuestra el caso de los sobrinos de Cilia Flores.
Quinto: Maduro y sus secuaces han sumido a Venezuela en una crisis humanitaria de proporciones gigantescas, caracterizada por la escasez, la hiper inflación, la inseguridad desbordada y el colapso de los servicios públicos.
Sexto: El Régimen comete crímenes de lesa humanidad. Asesina, persigue, secuestra, encarcela y tortura a la disidencia, de la manera más cruel y descarada.
Séptima: El gobierno de Maduro destruye la economía nacional, acaba con el aparato productivo, pulveriza nuestra moneda y desmantela a Pdvsa. La consecuencia es un pueblo hambriento, empobrecido y desesperado.
Por todas estas razones, y por muchas otras que no enumeramos aquí, urge que los militares patriotas, que todavía quedan dentro de las Fuerzas Armadas, repitan la gesta heroica del 23 de enero. Tienen que salir en apoyo del pueblo venezolano, para acabar con la dictadura y restablecer la democracia.
@LuisSemprumH
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