Saturday, March 25, 2017

Aaron Swartz y las imperfecciones de la democracia, por Eddy Reyes Torres

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  Eddy Reyes Torres
Vista como ideal humano, la democracia es perfecta. Sin embargo, su expresión práctica, al igual que toda creación del hombre, no está exenta de defectos. Eso lo tuvo en cuenta Winston Churchill con un mordaz comentario: “La democracia es el peor de todos los sistemas políticos, con excepción de todos los demás”.
La corta vida de Aaron Swartz puso de manifiesto que incluso Estados Unidos, con una de las democracias más emblemáticas y avanzadas del mundo, no deja de presentar de cuando en cuando su lado tenebroso y más oscuro.
Swartz nació en Chicago, el 8 de noviembre de 1986.Su genialidad la puso en evidencia a los 3 años, al aprender a leer por su cuenta. Para esa época empezó a operar el ordenador que le regalaron sus padres y, como era de esperarse, muy pronto comenzó la labor de programador.
Se anticipó a Wikipedia con la creación, a los 12 años de edad, una página que llamó InfoBase en la que las personas podían escribir sobre los temas que conocieran y permitía, a su vez, que otros usuarios pudieran ingresar y corregir lo que consideraran erróneo.
A la edad de 13 años, Aaron se incorporó al grupo que creó RSS, en el que trabajó en aquella parte de la herramienta que permitía obtener extractos de textos de otras web y en múltiples blogs, en los que diferentes personas abordaban un mismo tema. De modo que si se quería leer esos textos, se procedía a extraer su contenido en forma de RSS, esto es, una síntesis de todo lo que se había publicado por separado. De esa manera se podía elaborar una recopilación de noticias de otras páginas.
Swartz nunca se sintió cómodo en la escuela ni en los institutos de enseñanza a los que asistió. Pensaba que era perder el tiempo. Leía intensamente sobre todo lo que quería aprender, sin necesidad de un maestro o profesor que lo guiara. Esa actitud, precisamente, hizo que se obsesionara por los derechos de autor. Vio un choque ineludible entre el mundo de Internet que él contribuía a desarrollar y los referidos derechos de autor. Es por ello que se vincula a CreativeCommons (una nueva forma de definir, de manera más restringida, los derechos de autor en Internet), ayudándolos a redactar las licencias que debían ser sencillas.
Tim Berners-Lee lo conoció y apreció de inmediato que no solo escribía códigos sino que le gustaba ayudar a la gente. En esencia era el tipo de personas que quería arreglar el mundo. Es de resaltar que Berners-Lee fue el inventor de la World Wide Web, y la cedió de forma gratuita para que todo el mundo tuviera acceso a ella, evitando así la creación de múltiples sistemas.
En 2004, Swartz ingresa a la Universidad de Stanford, en un programa para estudiantes altamente calificados que al final de sus carreras conducirían las empresas más importantes del país. Sin embargo, deja el prestigioso centro de estudios después de un año para incorporarse al proyecto Reddit, dirigido a los amantes de la informática. Se trata de una página web en la que sus usuarios hablan fundamentalmente de tecnología, pero también de noticias, política y temas espinosos. El crecimiento de dicha página fue tan rápido que sus tres creadores, incluido Aaron, recibieron una oferta de compra por más de un millón de dólares, que aceptaron. En ese momento apenas tenía 19 años de edad.
Inmediatamente después, el joven programador se vuelca por completo al tema del acceso a la información pública. Trabaja entonces en el desarrollo de la página Open Library. Es así cómo comienza a plantearse la necesidad de que todos puedan buscar y leer los libros que se han publicado, lo que implica tener acceso ilimitado al conocimiento humano. Para su pesar, en la vida real, las cosas no funcionan de ese modo.
Muy pronto cae cuenta que si un ciudadano estadounidense desea leer una específica decisión judicial de un determinado tribunal de Estados Unidos, tiene que acceder a ella a través de algunos de los sistemas existentes y, para eso, debe necesariamente realizar un pago con su tarjeta de crédito a la empresa propietaria del sistema. Por ese motivo, Aaron dio todo su apoyo a otro colega amigo que trataba de hacer público la información controlada por uno de esos sistemas (Pacer). Trabajando con tesón, logró acceder y procedió a descargar un volumen importante de data (20 millones de páginas de texto) que luego puso a disposición de la gente. Una vez que se ejecutó la acción, procedió a informarla al The New York Times.
A partir de ese momento comenzó a preocuparse por las instituciones que publican revistas con artículos académicos que, por lo general, han sido financiados con fondos públicos. Descubre que las universidades más importantes del país pagan comisiones a instituciones como Jstor, una de las tantas que operan en el ramo, para acceder a publicaciones académicas. Una de estas universidades es el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), cuyos estudiantes tienen acceso libre a Jstor. Swartz se aprovecha de esa circunstancia y procede a acceder al tesoro informativo para descargar el mayor número de artículos que le fuera posible.
Cuando ha avanzado bastante en la sustracción del preciado material, el MIT logra descubrirlo y la policía procede a detenerlo. Inmediatamente después entró en acción el Servicio Secreto de Estados Unidos al cual, luego de los ataques del 11 de septiembre, se le asigna investigar los delitos electrónicos con impactos económicos significativos y estafas relacionadas con las nuevas tecnologías.
Es entonces sometido a un proceso judicial en el que, sin conocer las acusaciones del gobierno ni las pruebas que tienen contra él, le plantean declararse culpable por un delito grave –que obviamente no había cometido– y recibir una sanción menor, o ir a un costoso litigio con muchas probabilidades de perderlo. Sin dudarlo, Aaron decide rechazar el trato porque en ningún momento se aprovechó económicamente del material que obtuvo.
En el ínterin, y como fiel partidario del derecho de expresarse libremente, Swartz es consultado por conductores de programas noticiosos sobre temas de Internet. Mas su procesión la lleva por dentro; según sus abogados podía ser condenado a 35 años de cárcel y al pago de un millón de dólares de multa.
Así, acosado por la presión, el 11 de enero de 2013, con tan solo 26 años de edad, el genial programador de la computación y estrella rutilante del sector informático, tomó su última decisión: ahorcarse en su modesto apartamento de Brooklyng, en la ciudad de Nueva York. De esa manera ponía fin a su lucha por democratizar la información a través de Internet.
Con justa razón muchos piensan que, en cierta forma, el gobierno de su país lo mató. Lo cierto es que a partir de ese trágico momento su mensaje para la humanidad se transformó en un grito de aliento a favor de las luchas por las causas nobles. Eso lo reivindicará para siempre.

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