“El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”
Antonio Gramsci
Todo cambia, pero nada está realmente perdido, decía supuestamente Ovidio. En Venezuela llevamos casi dos décadas hablando de cambio, un cambio permanente que, a su vez, no parece concretarse en una modificación concreta del actual status quo de las cosas, sino en un empeoramiento constante de los males que arreábamos desde un pasado muy lejano. El cambio del actual estado de las cosas a uno mejor que buscan los venezolanos es una idea difusa y diversa, donde no parece haber un consenso común de cómo se materializaría.
Algunos quieren cambios en un sentido y otros en uno totalmente distinto. Todos pensamos que del caos en que vivimos se debe emerger un orden real, es decir, un orden voluntario, democrático, en libertad, aunque no muy claro en cómo se concretará dicha libertad. El autoritarismo que vivimos actualmente alimenta la insatisfacción, madre del desorden, padre de la represión. Las sociedades autoritarias, como la que se vive actualmente en Venezuela, son como el patinaje sobre hielo: intrincadas, de una precisión cuestionable y, sobre todo, precarias. Dentro de la frágil corteza de la civilización, se agita el caos... y existen lugares donde el hielo es delgado a traición.
En el libro que en este momento presentamos, Pensar la transición, se han recolectado catorce entrevistas de intelectuales de la sociedad venezolana, para hablar y analizar la coyuntura actual que vive la crisis política venezolana (iniciada en 1999 con el ascenso de Hugo Chávez al poder) a raíz de los resultados de las elecciones del 6 de diciembre del 2015. Como lo señala cierta literatura en el campo de la sociología política, los intelectuales no escapan de la misma situación que vive el resto de los pobladores de nuestra nación, estando a la expectativa sobre qué esperarse del nuevo régimen político que pareciera que inminentemente reemplazará a la revolución bolivariana en el corto plazo. Dado esto, con un tono cauto, tocan el tema de qué problemas de la sociedad deben ser resueltos luego de desplazar la actual élite política que gobierna a Venezuela. Y como pasa con todos los venezolanos, las visiones de los intelectuales coinciden en algunas cosas y divergen en otras con relación a la transición que se erige, implacablemente, sobre el país.
La iniciativa editorial de la presente creación parte de la premisa de que el 6 de diciembre del 2015 marcó el inicio de un decisivo viraje en el rumbo de la sociedad venezolana: ese día se formuló una clara e inequívoca petición de cambio por parte de la mayoría de los venezolanos. A partir de esa fecha, a lo largo del año 2016, la demanda se ha incrementado en cantidad, calidad y frecuencia. Preguntar sobre lo qué puede ocurrir o no, podría parecer excesivamente pretencioso, ya que la historia política del siglo XX venezolano ha estado lleno de situaciones extremas que escapan del análisis más exhaustivo de las mentes más lúcidas del momento. Pero ha ocurrido, muchas veces, que, en ficciones, poemas y ensayos, los autores han entrevisto lo que más adelante ocurriría de forma casi profética. En mentes cultivadas existe lo que algunos llaman una intuición, una disposición a ver más allá de los parámetros analíticos normales, que permiten extraer conclusiones a pesar de la incertidumbre. En el presente libro, no quedarán decepcionados quienes se pregunten por la capacidad de los escritores de anticiparse a los inciertos acontecimientos que definirán el provenir de nuestro país.
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Pensar la transición
Nelson Rivera
ABediciones -Universidad Católica Andrés Bello (UCAB)
Venezuela, 2016
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