Maritza Aponte, madre de Manuel Sosa, joven asesinado de un disparo de bala en Lara, denunció, entre lágrimas, que GNB tiene órdenes de disparar a mansalva
“Que vengan por mí, se los agradecería. Porque ya me quitaron la vida. No tengo cómo ir a mi casa porque no está mi hijo. ¿Cómo hago para devolverle el espíritu a mi casa si mi hijo no está?”, dijo entre lágrimas Maritza Aponte, madre de Manuel Sosa, joven asesinado por un impacto de bala en el tórax durante una manifestación en el estado Lara.
“¿Quiénes son los que disparan a mansalva? ¿Quiénes son los que tienen ahora la policía y la GNB?, ¿no es Reyes Reyes?”, afirmó al responzabilizar al director de Corpolara, Luis Reyes Reyes, militar retirado y dirigente del PSUV.
Aponte indicó que su hijo se encontraba el miércoles en una protesta en el sector Valle Hondo, municipio Palavecino, donde fueron víctimas de varias horas de represión por parte de la Guardia Nacional Bolivariana. Explicó en un video difundido por las redes sociales que Sosa, de 33 años de edad, corrió varios metros y en la entrada de la calle de la urbanización cayó. “No me dejen morir, porque tengo un hijo”, esas fueron las palabras del joven al ser auxiliado. Fue recluido en un centro asistencial y luego de una intervención quirúrgica, murió.
Ese día, calles de 14 zonas del área metropolitana de la entidad amanecieron cerradas con barricadas. En esas protestas la GNB actuó de manera violenta, derrumbaron portones en Valle Hondo y Los Cardones e ingresaron a un colegio donde lanzaron lacrimógenas a adolescentes que protestaban contra la constituyente.
El Ministerio Público comisionó a un fiscal en la entidad para investigar la muerte de Sosa. El M/G Antonio Benavides Torres, comandante de la Guardia Nacional Bolivariana, puso a la orden de la justicia militar al comandante que manejó la tanqueta en Valle Hondo, para someterlo al Consejo de Investigación.
Alfredo Ramos, alcalde de Barquisimeto, lamentó el asesinato y denunció que grupos armados actuaron en custodia de la GNB y que a raíz de la intervención de la Policía de Lara se intensificó la represión en la localidad. En varias zonas los colectivos amedrentaron a los habitantes, incluso, de acuerdo con lo que denuncian los vecinos, intentaron robar en las casas.
Ese día la represión en Lara causó 6 heridos y 12 detenidos, entre ellos dos estudiantes de bachillerato, uno fue detenido en las afueras del colegio Pablo VI, y horas después de la detención le dictaron orden de arresto domiciliario. El otro fue detenido dentro del Instituto Montessori, donde estudia.
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