Jorge Rodríguez vive de euforia en euforia, quizás, se puede intuir, con algunos bajones tras las cámaras. Presidente de la Asamblea Nacional del régimen -hay otra de la oposición que estira su fecha de caducidad- y número dos, o tres o quizás cuatro, aún detrás de su hermana Delcy, la vice, en el escalafón oficialista, a JR habría que también aceptarlo como el psiquiatra de las fuerzas que incansablemente combaten a Maduro, por las clases doctorales que dicta cuando se acerca el micrófono a su boca. Con tan buenos pacientes que pudiera tener del lado revolucionario, él ha preferido encargarse de sus contrarios. Puede que, secretamente, piense que los primeros son insalvables por irreductibles....
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