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Saludos,
Edmundo se fue al exilio para poder seguir luchando “hasta el final”.
Cualquier duda al respecto, si es que la había, ha quedado despejada después de sus recientes declaraciones públicas.
Cualquier insinuación de que había negociado un acuerdo “chucuto” y que se iba al exilio maniatado, amordazado o con prohibición de hablar y decir verdades, ha quedado sepultada, junto a todo rumor malsano.
Si el objetivo de Jorge Rodríguez era ese, pues ha tenido otro espectacular fracaso. Uno más para su larga lista.
Edmundo es el presidente electo por los venezolanos, y así debe ser reconocido y proclamado por todos, comenzando por él mismo.
¡Muy bien por Edmundo!
Mesita
Jorge "el normalizador” Rodríguez resucitó su “mesita”.
Los votos obtenidos por todos los asistentes a la primera reunión, sumados y multiplicados por diez, no le llegan por los tobillos a Edmundo.
Los alacranes, que tanto dinero de todos los venezolanos cuestan a Maduro, no sirvieron para mermar votos al dupla EGU/MCM, ni para dividir a la oposición.
Todo lo contrario, sirvieron para depurar, amalgamar y fortalecer a la oposición, que se agigantó política y electoralmente.
Ante la seguidilla de errores que sigue cometiendo el régimen, uno no puede sino preguntarse: si los alacranes no les sirvieron entonces, ¿por qué creen que les servirán ahora?
A mayor cantidad de fotos y eventos públicos del régimen junto a sus alacranes, mayor el rechazo y el deseo de cambio de los venezolanos.
¿Es que no se dan cuenta?
¿Acaso no es evidente?
Los alacranes son, en realidad, otra estrategia fallida de Jorge Rodríguez.
Angustia
Amigos, Maduro desató una cruel y sádica persecución contra jóvenes adolescentes, menores de edad, que protestaron su fraude electoral.
Pero desde aquí sentimos gran angustia por no encontrar palabras suficientes para condenar tan aborrecible proceder, brindar consuelo a sus padres, y pedir ayuda de la comunidad internacional.
Esos chamos están sufriendo cárcel y torturas físicas y psicológicas mientras nosotros escribimos, y ustedes leen, estas líneas.
Pareciera que sólo nos queda ponernos en manos de Dios, que no es poca cosa, claro.
Que el Todopoderoso nos ayude a erradicar la raíz de ese problema, que es la raíz de todos los problemas.
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