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Saludos,
El Chantaje Final
El régimen ya no intenta convencer a nadie de que goza de legitimidad —ese autobús lo perdieron hace rato— sino de que su caída traería el caos.
Aturdidos con el nobel, tratan de infundir miedo y ofrecernos generosamente la paz de los sepulcros. Para ello, han reforzado una ofensiva propagandística que busca instalar esa idea dentro y fuera del país: la de que si Maduro cae, Venezuela se convertirá en otro Vietnam, en otra Afganistán, en otra Gaza.
La amenaza de caos, que tiene numerosos portavoces, está dirigida no solo a los venezolanos, sino a los electores estadounidenses y a la comunidad internacional en general.
Ahora bien, en Venezuela no hay bandos en conflicto sino una inmensa mayoría que sabe quien es ilegítimo y quien miente.
En Venezuela no hay fundamentalistas religiosos sino una banda de ladrones que solo son valientes ante estudiantes desarmados.
No hay decenas de tribus que se odian, sino un pueblo unido por el hartazgo.
Es, pues, el de Maduro, un poder sostenido por el miedo, el dinero sucio y la propaganda y como último recurso tratan de convencernos de que sin ellos en el poder habrá una guerra interminable. Pero en verdad no hay condiciones objetivas para ello.
Lo saben ellos, lo sabe el país y lo empieza a entender el mundo.
Edición elaborada por el Consejo Editorial de Laceiba.
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