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Saludos,
Edición elaborada por el Consejo Editorial de Laceiba.
La esperanza blanca
Maduro no haya de qué palo ahorcarse.
Tras el showcito de las cartas, ahora manda a uno de sus voceros a anticipar un supuesto ataque a la embajada de Estados Unidos en Caracas que ellos, no faltaba más, estarán muy dispuestos a evitarlo.
Un favorcito a Trump, pues.
Recordemos que antes le ofreció ayudarlo a atrapar a los cabecillas del Tren de Aragua (aunque había jurado que el TDA era pura ciencia-ficción) y, como una prueba de amor, le lanzó unos bombazos a los camaradas del ELN y FARC en la frontera (bichitos también negados por “la gerencia”).
Maduro, tan “generoso”, busca de todas las formas posibles que la Casa Blanca acceda a negociar con él y le baje la presión, aunque aparente que tiene todo bajo control.
El detalle es que Trump le aguó la fiesta a Miraflores, al levantar el teléfono y ordenarle al embajador Grenell clausurar todo contacto con Maduro, quien estaba encampañado con el funcionario como si fuera su única esperanza blanca.
Veremos qué noticias vienen desde el Vaticano o Catar porque, para pesar de Maduro, ya Trump parece estar desocupándose de Gaza…
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