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Antonio Sánchez García
No habló de elecciones: habló de lucha. No habló de exclusiones: habló de total y absoluta inclusión. No habló contra ningún venezolano de bien: habló de viejos y nuevos partidos. Y eso es lo que quiere la decencia venezolana, que vibra y bulle por todos los rincones de Venezuela. Una unidad verdadera en la que toda la Venezuela de la dignidad se ponga en pie y luche por su futuro. En barrios, escaleras, callejones, avenidas y pueblos de Venezuela de un extremo al otro bulle el mismo anhelo: ansias por salir a luchar por la defensa de la Patria, que es salir en defensa de la madre, del padre, de los hermanos, de los hijos de Venezuela. Ansias por luchar por esta Segunda Independencia.
Luchar para vengar tanta humillación, tanto escarnio, tanto abuso, tanto latrocinio. Tanta traición a la Patria. Luchar para que se restablezca la verdad y sepamos cuándo murió el responsable de esta catástrofe. Si fue este martes pasado, hace un mes o el 30 de diciembre del año pasado, cuando según muchos entendidos muriera cerebralmente.
Luchar para saberlo todo: quiénes son los ladrones que debieran ir al banquillo por mancillar la hermosa tradición de nuestras Fuerzas Armadas. Luchar por desnudar los crímenes cometidos por las juezas y jueces de esta vergonzosa e indigna justicia del horror. Luchar por conocer los caudales billonarios en dólares de los ladrones del PSUV, de la familia, del entorno, de sus ex guardaespaldas y hoy potentados, diputados y funcionarios.
Luchar por adecentar nuestros pueblos y ciudades, por exterminar el raterismo, el malandraje, el hamponato, los miles y miles de asesinos que han enlutado a decenas y decenas de miles de honorables hogares venezolanos. Luchar por dignificar a nuestro pueblo.
Luchar por volver a llevar con orgullo el gentilicio. Por recordar y guardar en nuestros corazones a los que se fueron porque luchaban por el nombre, el orgullo y la prestancia de Venezuela.
Luchar por sacar hasta el último invasor de nuestra Patria, como lo hiciéramos en el pasado y volver a hacer de Venezuela una tierra de hombres libres. Luchar por progresar, por producir, por aprovechar hasta el último centavo que nos dé el petróleo invirtiéndolo en escuelas, en hospitales, en viviendas dignas y decentes para todo aquel que haya nacido en esta tierra y sea propietario de una parte de nuestras riquezas, que nos pertenecen a todos.
Luchar por no seguir corrompiendo a otros gobiernos y otros países y hacernos respetar en el concierto de las Naciones libres como se nos respetara en el pasado. No por tener petróleo, sino por ser justos y generosos.
Bravo, tres veces bravo por Capriles. No se trata tan solo de ganar una elecciones – que debemos EXIGIR se cumplan con absoluta transparencia e igualdad de condiciones o que se atengan a las consecuencias –: se trata de ganar el derecho a ser venezolanos. Bravo Henrique: en esta lucha, si es una lucha por la vida y la honra de nuestra Patria, cuentas con nosotros.
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