ALEJANDRO ANGULO FONTIVEROS| EL UNIVERSAL
jueves 19 de septiembre de 2013 12:00 AM
Diego Bustillos Beiner, persona prestantísima y abogado tan serio cuan talentoso, sintió desde joven gran curiosidad por la fisonomía de quien fue alba de apoteosis libertadora en América y le alzó fuego votivo con una escultura de cera que mandó hacer a Stuart Williamson, "uno de los mejores escultores retratistas" y culminó en 2013 un minucioso trabajo iniciado en 2006, recién publicado en www.elrostrodebolivar.com.
Ese gran esfuerzo del mencionado jurista, cuyo erudito trabajo dedica con profusión valiosos aportes al noble fin, difiere por completo del presentado ha poco por el Gobierno al través de una potísima tesis científica a la cual, según la dialéctica hegeliana, se podría oponer una antítesis para lograr la superior síntesis. Creo harto difícil el poder refutar aquel muy completo estudio; pero el no debatir sería anticientífico: en la ciencia, desde el siglo XVII y la duda metódica ("Dudo de todo menos de que estoy dudando... "Pienso, luego existo") postulada en el "Discurso del Método" por Descartes, todo está sujeto a revisión y no hay verdades inmutables.
Me complazco en reconocer los méritos de este nuevo trabajo; pero consigno mi discrepancia en tres aspectos: 1) Bustillos asevera que la mandíbula del cráneo usado "como base de la reconstrucción facial del Libertador está incorrectamente colocada" y que ello le fue confirmado por "el cirujano maxilo-facial Dr. Jorge Ravelo": el título que atribuye a éste implica una especialidad médica (propia de los galenos) y tan así es que por el cuello cursa la femoral. Si Bustillos lo calificó así, el dentista Ravelo debe haber hecho tal especialización; más cultivada por los médicos stricto sensu pero no exclusiva de éstos pues a veces se habla de "médicos bucales" o de "médicos veterinarios" puesto que también ejercen la Medicina; pero un solo experto es inconveniente (incluso en Derecho no se admite) porque nadie es infalible y hasta pudiera estar parcializado (no me refiero al susodicho odontólogo) por ser p.ej. un fanático político o religioso (se llegó a hablar de brujería y "babalaos"), por lo cual lo ideal es el designar a tres. 2) No entiendo por qué Bustillos, en su "selección de retratos", no incluyó el de Gil de Castro, el cual según el propio genio es "un retrato mío hecho en Lima con la más grande exactitud y semejanza"...
Y no entiendo el porqué hacer presidir los descriptores del Libertador por su manifiesto enemigo, al cual echó del ejército por inconfiable: Ducoudray Holstein, quien para Uribe White "es el más miserable de los detractores del Libertador" y al decir de Blanco Fombona "probó su odio escribiendo un libelo que hizo traducir a varias lenguas y por quien es imposible no sentir gran desprecio"...
Ese gran esfuerzo del mencionado jurista, cuyo erudito trabajo dedica con profusión valiosos aportes al noble fin, difiere por completo del presentado ha poco por el Gobierno al través de una potísima tesis científica a la cual, según la dialéctica hegeliana, se podría oponer una antítesis para lograr la superior síntesis. Creo harto difícil el poder refutar aquel muy completo estudio; pero el no debatir sería anticientífico: en la ciencia, desde el siglo XVII y la duda metódica ("Dudo de todo menos de que estoy dudando... "Pienso, luego existo") postulada en el "Discurso del Método" por Descartes, todo está sujeto a revisión y no hay verdades inmutables.
Me complazco en reconocer los méritos de este nuevo trabajo; pero consigno mi discrepancia en tres aspectos: 1) Bustillos asevera que la mandíbula del cráneo usado "como base de la reconstrucción facial del Libertador está incorrectamente colocada" y que ello le fue confirmado por "el cirujano maxilo-facial Dr. Jorge Ravelo": el título que atribuye a éste implica una especialidad médica (propia de los galenos) y tan así es que por el cuello cursa la femoral. Si Bustillos lo calificó así, el dentista Ravelo debe haber hecho tal especialización; más cultivada por los médicos stricto sensu pero no exclusiva de éstos pues a veces se habla de "médicos bucales" o de "médicos veterinarios" puesto que también ejercen la Medicina; pero un solo experto es inconveniente (incluso en Derecho no se admite) porque nadie es infalible y hasta pudiera estar parcializado (no me refiero al susodicho odontólogo) por ser p.ej. un fanático político o religioso (se llegó a hablar de brujería y "babalaos"), por lo cual lo ideal es el designar a tres. 2) No entiendo por qué Bustillos, en su "selección de retratos", no incluyó el de Gil de Castro, el cual según el propio genio es "un retrato mío hecho en Lima con la más grande exactitud y semejanza"...
Y no entiendo el porqué hacer presidir los descriptores del Libertador por su manifiesto enemigo, al cual echó del ejército por inconfiable: Ducoudray Holstein, quien para Uribe White "es el más miserable de los detractores del Libertador" y al decir de Blanco Fombona "probó su odio escribiendo un libelo que hizo traducir a varias lenguas y por quien es imposible no sentir gran desprecio"...
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