Wednesday, October 1, 2014

Venezuela: un pueblo feliz

En: http://www.eluniversal.com/opinion/141001/venezuela-un-pueblo-feliz

ELIDES J. ROJAS L. |  EL UNIVERSAL
miércoles 1 de octubre de 2014  12:00 AM

Un pueblo feliz que compra lo necesario. Esa es Venezuela, según los últimos conceptos emitidos por la vocería oficialista. La afirmación implica tres cosas: los venezolanos están felices, los venezolanos compran, los venezolanos compran lo necesario. Todo eso conforma una visión de éxito, suponemos que en socialismo, pues hace 16 años que los venezolanos no oyen sino eso, aunque en la realidad sigan metidos en el mismo desorden, aunque agravado, en que se ha convertido Venezuela desde hace ya bastantes años.

El eslogan del funcionario que habla de venezolanos felices y comprando lo necesario implica, además, que la felicidad es un asunto que se alcanza de la manera más fácil: acercándose hasta el mercado y comprando lo necesario. Todo lo demás, a Dios gracias, no cuenta. Si en el concepto del funcionario del gobierno no entra el resto del marco en que se desenvuelve la vida de los venezolanos, pues tal vez el autor de la cuña tenga razón. Pero veamos, cuál es ese marco que habrá que desechar para darle la razón plena al viceministro de la Soberanía Alimentaria, Yván Gil.

Primero. Usted es feliz porque compra lo que necesita, cuando lo necesita y cuando le da la real gana de hacerlo. Así es en Managua, en Buenos Aires o en Quito, para solo nombrar algunos de los países del rebaño feliz. Allá hay de todo. Busquen en las páginas digitales de los diarios de esos países y verán que no hay debate sobre desabastecimiento o escasez. Así que esta condición para ser muy feliz solo se da en Venezuela.

Segundo. Revise las informaciones de la prensa de Uruguay, Brasil o Paraguay y verá que son pueblos sumamente infelices. No tienen cosas que en Venezuela hay para todos. No tienen una inflación enloquecida y conocen las cifras de los precios con toda puntualidad cada mes. No tienen problemas con el tipo de cambio, falta de divisas y menos de mercados negros incontrolables. Pobre gente. Por si fuera poco, esos pueblos caminan sin problemas a cualquier hora por las calles de sus ciudades sin temor a que llegue algún criminal y los mande directo a otra galaxia simplemente por quitarle el celular. Pobre gente, realmente. No saben lo infelices que son.

Tercero. Échele un a miradita a la prensa de Bolivia, Costa Rica o Guatemala y observe cuánta infelicidad hay entre esa gente que desde que se levanta hasta que se acuesta no hacen ni siquiera una cola para comprar la leche o el jabón. Pobre gente. No saben dónde están parados. Se ve que les hace falta una buena dosis de Socialismo del Siglo XXI para que comiencen a disfrutar lo que es realmente un pueblo feliz. Mientras tanto no son más que un pueblo normal. Más infeliz que feliz. Por ahí más o menos.

Cuarto. Miren los avisos en la prensa de Chile o de Colombia. Carros por bojote. Edificios por bojote. Apartamentos por bojote. Ofertas de viajes a montón. Nada de Cadivi o Cencoex. Pobre gente. Estos sí es verdad que están lejos de ser un pueblo feliz, del tipo que compra lo necesario.

Felices de verdad, verdad, solo en Venezuela.

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