EN: http://konzapata.com/2015/09/el-cuento-electoral-de-maduro-y-santos-se-desarrolla-en-la-frontera-y-el-lunes-se-muda-a-quito/
Por Angel Medina Devis @angelmedinad.
Será el próximo 21 de septiembre la fecha que se estableció para que se
produzca la reunión entre los presidentes Nicolás Maduro y Juan Manuel Santos. El anuncio lo realizó Rafael Correa
en su carácter de presidente protempore de la CELAC. Para los ojos del mundo, pero especialmente para nuestra
región, pareciera que este encuentro significa el fin de la discusión pública y abierta que se tiene desde hace
semanas entre los gobiernos Venezuela y Colombia y que como por arte de magia, este encuentro podrá permitir
encontrar camino para acomodar las relaciones diplomáticas y volver a una apertura de la frontera, y ponerle el sello
de final feliz a toda la diatriba de lo sucedido.
Eso, al menos, es lo que está previsto, es lo que el juego tradicional de la diplomacia esperaría y sobre todo, sería lo
más conveniente para ambos gobiernos. Lo cierto es que seguramente, luego de esa reunión, se tendrán miles de
nuevas respuestas y posiciones para cada bando, que tratarán de explicar a sus nacionales, por qué ganó o tuvo la
razón cada gobierno.
Lo triste es que toda esta gran historia de desencuentro, no nace como producto de hechos concretos y reales que
determinan el choque de posiciones encontradas. No es ni siquiera el producto de un evento especialmente relevante
que obliga a fijar posiciones firmes, porque al final, es cuento reconocido que el contrabando es un delito enquistado
en lo más alto de las cúpulas del poder, que llevan años largos en esta actividad y que complacientemente poco se ha
hecho para controlar esta situación.
Que sin duda la destrucción del valor de nuestra moneda ha permeado grandes posibilidades para la creación de este
nuevo mercado, que, al final, es la consecuencia y no la causa de la crisis económica.
Que todo este “gran problema” responde en buena medida a la creación perfecta de una excusa para provocar
tensión, un cuento que permita dirigir la atención hacia un nuevo tema que por grandeza y brillantez de los
gobernantes, es descubierto como el cataclismo universal, que debora sin medir, las bases más profundas de la
república. En fin, es un enorme cuento que se puso a andar.
Lo terrible es que el cuento salió demasiado costoso para nuestros pueblos. Todo el impacto económico que tienen
estas medidas de estado de excepción han dado golpe certero en nuestra maltrecha economía. Apareció la figura del
desplazado por el socialismo. Antes eran colombianos que venían a Venezuela por el conflicto armado, ahora son
colombianos que se expulsan del país por el conflicto y desvío de los revolucionarios.
Estamos viendo en blanco y negro, la peor cara del fascismo, de la xenofobia y violación de derechos humanos,
donde familias han sido separadas y otras tantas marcadas por este grandilocuente cuento.
Lo irónico, es que cada uno de los gobiernos en disputa, saca sus cuentas y busca réditos políticos. Ninguno es
inocente, uno por incitar un conflicto inexistente, otro por aprovecharse de la situación y ganar puntos.
Ambos con sus retóricas nacionalistas buscan apoyos directos en sus compatriotas, generan una nueva agenda de
discusión pública y provocan reacciones encontradas y polarizantes que los ayudan a reencauzar a sus simpatizantes.
Ambos están en época electoral, no tienen todos los puntos a su favor, tienen al frente una oposición política que ha
tomado fuerza, que comienza a ser escuchada por la gente y que están en abierta campaña para lograr triunfos
electorales, pero además, los dos gobiernos, tienen serios problemas para concretar sus promesas de la Venezuela
Potencia y la Paz en Colombia.
Lo innegable, es que se vieron las costuras y se evidenció, al menos de este lado, que el poder es capaz de construir
cualquier conflicto a cualquier costo. Solo resta saber si el próximo 21 Maduro y Santos volverán a ser los nuevos
mejores amigos.
Solo faltaría saber si esta historia termina aquí y qué pasará con Guyana y cuál será el próximo libretto.
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