Wednesday, December 2, 2015

García Banchs: El 6D determinará solamente el cómo y el cuándo de la reforma que viene

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Enrique Meléndez / especial Noticiero Digital / 2 dic 2015.- El economista Angel García Banch hizo ver que la economía venezolana vive una situación caótica pero que, finalmente, privará la racionalidad política y económica y habrá una reforma. El cómo y el cuándo lo determinará – eso sí – los resultados del 6 de diciembre.
Así lo dijo durante su intervención en el foro de coyuntura de Econométrica, de cuya firma es uno de los directores.
Tituló su conferencia del Caos a la Reforma, explicando lo que es un proceso caótico y porque la economía acabaría con éste. “Un proceso caótico es un proceso en el cual las condiciones iniciales determinan los resultados finales. Es un proceso determinístico para el que las condiciones iniciales, por ejemplo lo que ocurra el 6D, juega un rol fundamental en la explicación de los resultados finales”.
Dijo que lo que vamos a ver es que la economía acabará con el caos en lugar del caos seguir acabando con la economía, que es lo que ha venido ocurriendo hasta ahora. A su modo de ver, el 6D determinará es el cuándo y el cómo, no el qué; es decir, el “timing” de esa reforma: si va a ocurrir en el primer, el segundo o en el tercer trimestre y, por tanto, lo que termine ocurriendo con el Producto Interno Bruto (PIB), la inflación, los salarios, la tasa de cambio. El 6D no va a determinar si ocurre o no la reforma. La reforma es un dato en el sistema.
“La tesis es de la independencia de la reforma con respecto a lo que ocurra el 6D. Es decir, la ocurrencia de la reforma es independiente de lo que pase ese día. Lo que sí va a ser fundamental el 6D es en la determinación del cuándo y cómo, y quién hace esa reforma; es decir, en qué momento específico de 2016; y esto último es relevante para lo que pase con la economía”.
Consideró que lo ideal sería que esto ocurra en el marco de una mayoría calificada para la oposición, de forma tal que le haga presión política al Ejecutivo, para que lleve a cabo esa reforma en los mejores términos. Hizo la salvedad de que él no estaba hablando de probabilidades, sino de posibilidades; es decir, planteando cuáles era los eventos que eran posibles, y que uno de ellos sería el que haya elecciones el 6D, como otro el que no haya elecciones.
“En el caso en que sí haya elecciones, existen tres posibilidades: la oposición tiene la mayoría calificada; la oposición tiene la mayoría simple o se produce lo que, abiertamente, sería considerado por las mayorías como un fraude, si a la oposición se le adjudica la minoría. Mientras que, si no hubiese elecciones, se requeriría de una conmoción para posponer los comicios”.
Partiendo de que haya elecciones y que la oposición obtenga mayoría calificada o mayoría simple, García Banchs planteó que se produciría un proceso de recomposición política. Es decir, las bases del PSUV se estremecerían; de modo que se iría a una discusión a lo interno de dicho partido.
“Es decir, si se gana la mayoría calificada o la mayoría simple, el conflicto que se va a dar dentro del PSUV sería por recomposición política: algunas cabezas tendrían que caer. Eso es un dato, y eso va a generar una pugna interna dentro del chavismo”.
Planteó que esa situación podría conducir a un ajuste con o sin negociación. Una posibilidad sería un ajuste deseable o sostenible, aprobado a más tardar en el primer trimestre de 2016, con una unificación del tipo de cambio, es decir, un solo tipo de cambio para todo el mundo; acudiendo, además, al FMI; con un cambio en el perfil de deuda, y un cambio en el gabinete y directiva del BCV, por supuesto con todo lo que ello significaría desde el punto de vista político.
No descartó que de la mayoría calificada o simple se llegase a otra posibilidad, un ajuste chucuto: una devaluación incompleta; un posible default; un solo tipo de cambio oficial, pero con un mercado ilegal de divisas, y que vista así no sería una reforma; de modo que eso daría lugar a tener que aprobar más adelante la verdadera reforma, cuando ese ajuste demuestre ser insuficiente, pero ya con un trimestre de rezago, y un trimestre más, si se toma en cuenta las condiciones en las que se encontraría la economía venezolana, significaría muchísimo en términos de penurias.
“En ese caso, estaríamos hablando de procesos de escasez mucho más severos que los que conocemos hoy en día; de procesos de inflación mucho más pronunciados”.
Planteó asimismo otra posibilidad: que un ajuste chucuto conduzca, peor aún, a un proceso de conflicto aún más alargado, en cuyo caso la reforma no se ejecutaría ni en el primer ni en el segundo trimestre, sino en el tercero o cuarto trimestre del año; en ese caso, a su juicio, sería caer en condiciones muy precarias, como Angola: gente sin comida en su casa.
Barajó la opción de que a la oposición se le adjudique la minoría, lo cual, según su punto de vista, desataría un conflicto por percepción de fraude, pues se sabe que el fraude existe – según García Banchs – pero que eso reforzaría el convencimiento de la consumación del mismo, y que eso era lo fundamental, el convencimiento en la gente.
“Esa situación de fraude podría conducir a un escenario en el que se produzca un cambio político acelerado, y un ajuste sostenible en el primer trimestre, con unificación cambiaria, cambios en el perfil de la deuda, cambio de gabinete y directiva del BCV (recalcando nuevamente, con las implicaciones políticas que ello supondría)”.
No negó que con mayoría del PSUV percibida como fraudulenta se intente igualmente un ajuste chucuto, que implique el mismo proceso descrito anteriormente, de tener que aprobar una reforma más integral, quizás, para el tercer o cuarto trimestre, y asomó hasta la posibilidad del intento de instauración de un totalitarismo, pero dejando claro que a ese escenario atribuía probabilidad cercana a cero. Solo en ese escenario improbable, no se haría la reforma, por lo que, en definitiva, para García Banchs la reforma es un dato.
“La idea central es que, con independencia de los resultados del 6D, a partir del 7D el conflicto por el poder real se desata, bien sea conflicto por la recomposición del poder dentro del chavismo o conflicto por percepción de fraude, y por una vía o la otra, más temprano que tarde eso va a presionar para una reforma, que deberá ocurrir en el marco de ese proceso”.
García Banchs se remontó a enero de 2015, y dijo que el enero de 2016 será muy distinto al de este año; cuando entonces se contaba con dos o tres meses de inventario a nivel macro; mientras que ahora eso no existe, sobre todo, porque no se cuenta con los rubros más necesarios, y que, incluso, muchos empresarios están pensando en la posibilidad de bajar las santamarías transitoriamente, dada la incertidumbre que hay, en especial, en materia política y cambiaria.
Al referirse a las expectativas que tiene Econométrica en lo que atañe a lo que se exprese de estos resultados, subrayó que en el primero de los casos, es decir, que la reforma se aprobara en el primer trimestre, se pudiera hablar de una unificación, según el consenso, alrededor de los 150 bolívares por dólar; en el segundo caso, que la reforma se haga en el segundo trimestre se pudiera hablar de una unificación cercana a los 175 bolívares por dólar. “Y ya en este caso habría que acudir al FMI”, agregó García Banchs.
Finalmente, afirmó que si la reforma fuese en el tercer o cuarto trimestre la unificación sería alrededor de 200 bolívares por dólar, también con asistencia del FMI; aunque advirtió que, en todo caso, la unificación estaría muy por debajo del mercado negro de divisas; y al hacer historia en torno al capítulo de lo que han sido los diferentes controles de cambio, como Recadi y Otac, hizo ver que dichos controles se habían levantado en un momento en que en había un mercado libre o legal de divisas, y donde participaban los “grandes peces”, mientras que el actual mercado paralelo es ilegal.
“Por tanto, hay importantes actores que no entran ni del lado de la oferta ni del lado de la demanda. Además, bajo aquellos controles los diferenciales eran de 1,3 veces el tipo de cambio oficial petrolero, o sea de 30%; cuando el diferencial de hoy día es de 140 veces. Por tanto, aquí se va a producir una unificación muy por debajo del mercado negro de divisas”.
En lo que respecta al PIB, destacó que si se hace la reforma en el primer trimestre aparecerían enseguida las materias primas, de modo que ya en el segundo trimestre comenzaría a expandirse la producción con fuerza, y que eso significaría que tendríamos un muy buen segundo, tercer y cuarto trimestre, capaz de compensar el mal inicio de año, conduciendo a una expansión de la economía en términos netos para 2016″.
Pasó considerar lo que sería el escenario en que la reforma se aprueba en el segundo trimestre, signado, en ese sentido, por una pequeña contracción económica; mientras que si la reforma se produce en el tercero o cuarto trimestre, ya estaríamos hablando de una contracción parecida a la de este año o un poco menos.
“En ese caso, sería por primera vez en 60 años, que la economía caería por tercer año consecutivo”.
Sobre el tema del salario mínimo, expresó García Banchs que, de aprobarse la reforma en el I trimestre, se fortalecería, e ilustró la situación diciendo que aprobar una unificación era quitarle el dinero a los mafiosos para pasárselo a los asalariados; en ese caso podría aumentar el poder de compra del salario, en especial, porque a juicio suyo se pudiera dar un salto en la producción, con incidencia en la productividad.
Sintetizó: aparecerían las materias primas, aumentaría la producción y se fortalecería el salario de aprobarse una unificación en el primer trimestre. “Igualmente, si a eso le añadimos que aparecerían oferentes de la nada; gente que estaría dispuesta a invertir, porque el mercado de divisas ya no sería ilegal, entonces tendríamos una oferta nueva de mercancías, que vendrían de muchas partes”.
Incluso, manifestó que en estas condiciones un aumento nominal de salarios no tendría ninguna incidencia sobre el flagelo de la inflación, porque la productividad podría crecer con fuerza, y la competencia aumentar, de modo que eso pudiera contener el impacto inflacionario de dicho aumento.
Mostró en una lámina las proyecciones del salario real, y, a ese respecto, indicó que en este caso el salario mínimo tendría un aumento de poder de compra de 14%, mientras que de ocurrir la reforma en el segundo trimestre más bien se experimentaría una contracción de 5%, y si ocurriese en el tercer o cuarto trimestre la contracción sería de 13% aproximadamente.
“Nosotros estamos esperando un aumento salarial en todos los casos superior al de este año. El de 2015 ha sido de 100%. En el 2016, si la unificación se produce en el primer trimestre, nosotros vemos que las presiones políticas, para el aumento del salario, serían menores que en los otros dos contextos; específicamente, sería de 140% en el primer trimestre, 175% si la reforma fuese en el segundo trimestre y, aproximadamente, de 200% si fuese en el tercer trimestre del año”.
En cuanto a la inflación, García Banchs especificó que si se hace la unificación en el primer trimestre del año, podría contenerse con respecto a lo que va a ser el cierre de este año, 230%, y que, a ese respecto, se ubicaría en 110% si la reforma fuese en el primer trimestre, 190% si la reforma se hace en el segundo trimestre, y no menos del 300% si se hace a finales de año.
En cuanto a las tasas de interés, en el primer escenario se produciría un alza de tasas, que pudiera estar por el orden del 55%, nivel también en el que se ubicaría en el segundo escenario; pero que ya en el tercer y cuarto escenario se verían tasas muy superiores.
“Ahora, las expresiones reales de esas tasas de interés, con respecto a las distintas tasas de inflación, que hemos proyectado implica que aún serían negativas, es decir, en el caso de que la reforma sea en el primer trimestre -26%; en el caso de se haga en el segundo trimestre -47 y en el caso del tercer o cuarto trimestre -58%”.
Mañana, segunda parte…

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