El presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Diego Padrón, señaló que el proceso dediálogo es complejo y largo, conlleva marchas y contramarchas y cambios de opinión. Puntualizó que no se ha iniciado el acercamiento entre el gobierno y la oposición, con el acompañamiento del Vaticano.
Recordó que las reuniones preliminares, efectuadas el 24 de octubre, han sido por separado entre las partes y el delegado del papa, y esa característica no es propia del diálogo. Indicó que se requiere de una agenda, un programa y que cada sector designe a sus voceros ante la mesa.
“El diálogo no puede robar al pueblo el derecho al revocatorio. El diálogo puede coexistir con el referéndum porque es un derecho político. Hay que evitar la sensación de que el diálogo enfriaría la protesta, como tampoco lo hará con la voluntad del pueblo que se ha manifestado desde el 6 de diciembre”, advirtió.
El prelado, también arzobispo de Cumaná, señaló que la situación de conflicto dio pie a la necesidad de undiálogo político en el país, pero que el Vaticano no asume ningún protagonismo, pues esto corresponde a las partes. “La Iglesia siempre ha respetado la autonomía de los pueblos”, subrayó.
Padrón aseguró que cualquier iniciativa de diálogo demanda el reconocimiento del otro, el reconocimiento de la crisis, que cada uno de los sectores esté en disposición de asumir las consecuencias de las partes y a cambiar posiciones, así como a respetar la Constitución. “Undiálogo que no sea para cambiar es inútil”.
El presidente del CEV afirmó que el enviado del papa a Venezuela y nuncio apostólico en Argentina, Emil Paul Tscherrig, tiene su propio programa de acción y decidirá cuando crea ha cumplido su misión en Venezuela.
Experticia. El cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo de Caracas, coincidió con Padrón: “No se puede renunciar al derecho constitucional del revocatorio. Este es un instrumento pacífico y democrático para resolver la crisis política del país y por eso los obispos hemos insistido en la necesidad de que se lleve a cabo”.
Urosa indicó que la decisión sobre el avance del diálogo corresponde al gobierno y a la oposición y la Iglesia no tiene ninguna injerencia.
“El Vaticano tiene mucha experticia en la resolución de conflictos. Confío mucho en los mecanismos que adopte”, dijo el cardenal.
Añadió que las gestiones para el diálogocorresponden directamente al nuncio apostólico Tscherrig. Urosa indicó que el prelado estuvo 48 horas en el país durante su primera visita como enviado de la Santa Sede. Su regreso dependerá de las decisiones que asuman el gobierno y la oposición.
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