Lo llamaron de muchas maneras; no obstante, siempre prevaleció su nombre original: Teodoro. Así se lo impuso la lucha política y, a veces, la vida clandestina que por varios años de su existencia se vio obligado a llevar. Su espíritu de luchador incansable, su valentía, la integridad de su vida, la firmeza de sus convicciones, su dimensión intelectual y el ejemplo que ha dado constituyen la mejor identificación de este eminente compatriota que supo interpretar cabalmente nuestros problemas y nuestras realidades, nuestras carencias y nuestras posibilidades.....
EN: http://www.el-nacional.com/noticias/columnista/teodoro-ejemplo-emular_258752
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