Teodoro Petkoff
En su entrevista dominical con JV Rangel, Chávez se permitió una suerte de reflexión: "¿Era el 4 de febrero o era el 6 de diciembre la puerta para abrir el camino a una revolución? Dudas, grandes dudas, se han venido aclarando y solventando, pero, sin embargo, ahí en el fondo hay núcleos de dudas todavía hoy". Chávez a estas alturas se pregunta fingiendo unas dudas que en verdad no siente, si no habría sido mejor haber triunfado el 4F, en lugar de haber llegado a la presidencia por vía electoral y verse así obligado a aceptar los constreñimientos que, mal que bien, la institucionalidad democrática le crea y que podrían haber sido barridos rápidamente con los decretos "revolucionarios" del 4F. La forma misma de frasear el tema revela que Chávez no tiene duda alguna: para él habría sido preferible haber vencido el 4F. Reivindica, pues, el golpismo como una opción política válida. Es la primera vez que lo dice tan cruda y abiertamente y no puede caber duda alguna de que ese tema ha sido planteado por él mismo ante algunos de sus seguidores. Eso explica la seguidilla de declaraciones golpistas que unos pocos altos oficiales han venido soltando en los días que corren. Es obvio: si el camino electoral llevara a la derrota de Chávez el año próximo, pues la ruta golpista está abierta.
Así, le tocó al hermanísimo Adán, en su súbita reaparición política, la tarea de poner el tema en órbita al sostener públicamente en Barinas que el camino de la lucha armada no puede considerarse cerrado para la revolución. Simulaba también una especie de reflexión "teórica", que no fue nada casual. Adán Chávez no hizo otra cosa que mostrar con qué se come eso de que "ahí en el fondo hay núcleos de dudas todavía", como dijera su hermano ante Rangel pocos días después. La "duda" no es otra cosa que plantearse si lo que fracasó el 4F no podrá ser repetido, pero esta vez desde el poder, dando un golpe de estirpe perezjimenista, contra la voluntad popular electoralmente expresada e, incluso, antes de que esto pudiera ocurrir, si las señales auguran una derrota. Posteriormente fueron los generales Rangel Silva, Figueroa Chacín, y un almirante, así como el propio minpopoDefensa, los encargados de darle una forma mucho menos sofisticada al concepto, al sostener, sin anestesia, la posibilidad de que la FAN desconozca un resultado electoral desfavorable para Chávez el año próximo.
Estamos, pues, ante lo que puede ser calificado como una batalla por el alma de los oficiales de la FAN. Ninguna de estas "reflexiones" golpistas sería necesaria si Chávez estuviera seguro de contar con una FAN semejante a la siria, capaz de masacrar con saña y crueldad pocas veces vista a su propio pueblo. El punto es que la FAN no es el ejército sirio ni la Guardia Republicana iraní, lugares donde no existe, en sus Constituciones, nada parecido a los artículos 328 y 330 de la nuestra, que todo oficial se sabe de memoria. La FAN de Venezuela no está al servicio de persona o parcialidad política alguna. Lo dice la Constitución. La mayoría de sus oficiales lo piensa así o no habría la campaña para lavarles el cerebro.
El país quiere una FAN donde ningún oficial se sienta presionado a hablar como lo han hecho los generales y almirantes golpistas y, por el contrario, se sepa garante de los derechos de su pueblo
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