MIGUEL BAHACHILLE M.| EL UNIVERSAL
lunes 9 de junio de 2014 12:00 AM
La fatídica idea iniciada hace tres quinquenios de segregar el orden institucional existente para suplirlo por una entelequia, ha fenecido. Venezuela se ubica en los últimos puestos de desarrollo social a nivel mundial. Es el corolario de toda autocracia. El pueblo cayó en la trampa de un populista que sedujo a parte de la población con promesas de equidad afianzado en un erario portentosamente abultado. En ese contexto se abrió el camino de una parábola que hoy aplasta al país. Sin embargo nada quebranta a los boliburgueses "bien posicionados" que no pierden el sueño porque el pueblo se zarandee por las calles buscando un paquete de harina.
Basta revisar las cifras publicadas por el "Instituto Cato", fundado en San Francisco, California (1977), no afiliado a grupo político alguno, considerado el quinto centro de análisis más influyente del mundo, para corroborar el naufragio. Venezuela aflora con el mayor índice de miseria entre 90 países. Los datos recopilados por Economist Intelligence Unit y cálculos de Steve Hanke, profesor de economía aplicada de la Universidad Johns Hopkins, se basan en principios económicos tangibles como inflación, endeudamiento, desempleo, PIB per cápita, entre otros. Nuestro país encabeza la lista con el mayor índice de inflación seguida por Irán y Serbia.
El mayor laurel del chavismo fue haber logrado penetrar los estratos más necesitados para denigrar de la libertad personal formulada de manera autónoma tal como "se hiciera en la ominosa Cuarta". Que bajo aquel precepto, los derechos soberanos del pobre eran un mito por carecer de canales de divulgación que lo dignifique. Sobre ese andamiaje al talante cubano, Chávez erigió una fantasía que hoy se descubre empobrecedora y hasta cruel. No se dijo que durante siglos la propiedad individual, aliada al progreso tecnológico, aumentó el estándar de vida y viabilizó el libre albedrío personal.
Hoy se corre la cortina para desnudar la farsa y develar lo predecible: más pobreza, incremento de la corrupción, menos opción personal y mayor riesgo individual. Veamos:
-Diez años de importaciones ficticias con sobrefacturación de 70 mil millones de dólares mientras se incrementa la escasez de insumos indispensables como medicamentos, alimentos, repuestos, entre muchos. ¿Dónde está el control comunal tan elogiado por el prócer?
-Se profundiza la crisis del agua luego de meses de racionamiento. El mejor argumento es que la escasez se debe a la aparición del "niño"; no a la falta de proyección y obras de embalse.
-Un promedio de 13 cadáveres diarios, víctimas de asesinatos, han ingresado a la morgue de Bello Monte en el mes de mayo. El 80% de sus ejecutores son jóvenes con edades entre 17 y 22 años. ¿Qué edad tenían estos homicidas cuando el prócer prometió cambiarse de nombre si durante los dos primeros años de gestión no acababa con la imagen de "los niños de la calle?".
-Entre el 2003 y 2014 se otorgaron setenta y un mil millones de dólares a las Misiones mientras el desempleo sólo en el mes de abril de 2014 aumento casi en un millón de personas y la inflación se aceleró al nivel más elevado de los últimos 18 años. ¿Entonces?
Esas cifras, y otras más, develan el desdén contra el pueblo que prometieron enaltecer. Pero los países no se esfuman. La mayoría seguirá exigiendo, con protestas que tanto enervan al régimen, cambios que revaliden la opción individual como factor de desarrollo. Hasta en China la propiedad particular en todas sus esferas es algo normal. El estilo de vida del chino hoy refleja tanto en sus detalles más banales como en sus convicciones y prácticas más sentidas una filosofía similar a la estructura de libre economía de mercado.
La soberanía nacional está más débil que hace 15 años. No cuenta con apoyo popular como rumean los revolucionarios que insisten con majaderías y anacronismos que ya no tiene cabida en Latinoamérica y buena parte del mundo. El régimen ha resuelto sustituir el dialogo por una estructura represiva como si así pudiese ocultar los profusos trances del país. La MUD no es el problema sino parte de la solución. La rabia está en el pueblo que deambula sufriendo por la incapacidad y corrupción de un gobierno que llegó al poder a empujones y no por nitidez de sus instituciones. ¿Insistirá con su ajado marxismo o escuchará el grito casi unísono del pueblo que exige cambio ahora?
Basta revisar las cifras publicadas por el "Instituto Cato", fundado en San Francisco, California (1977), no afiliado a grupo político alguno, considerado el quinto centro de análisis más influyente del mundo, para corroborar el naufragio. Venezuela aflora con el mayor índice de miseria entre 90 países. Los datos recopilados por Economist Intelligence Unit y cálculos de Steve Hanke, profesor de economía aplicada de la Universidad Johns Hopkins, se basan en principios económicos tangibles como inflación, endeudamiento, desempleo, PIB per cápita, entre otros. Nuestro país encabeza la lista con el mayor índice de inflación seguida por Irán y Serbia.
El mayor laurel del chavismo fue haber logrado penetrar los estratos más necesitados para denigrar de la libertad personal formulada de manera autónoma tal como "se hiciera en la ominosa Cuarta". Que bajo aquel precepto, los derechos soberanos del pobre eran un mito por carecer de canales de divulgación que lo dignifique. Sobre ese andamiaje al talante cubano, Chávez erigió una fantasía que hoy se descubre empobrecedora y hasta cruel. No se dijo que durante siglos la propiedad individual, aliada al progreso tecnológico, aumentó el estándar de vida y viabilizó el libre albedrío personal.
Hoy se corre la cortina para desnudar la farsa y develar lo predecible: más pobreza, incremento de la corrupción, menos opción personal y mayor riesgo individual. Veamos:
-Diez años de importaciones ficticias con sobrefacturación de 70 mil millones de dólares mientras se incrementa la escasez de insumos indispensables como medicamentos, alimentos, repuestos, entre muchos. ¿Dónde está el control comunal tan elogiado por el prócer?
-Se profundiza la crisis del agua luego de meses de racionamiento. El mejor argumento es que la escasez se debe a la aparición del "niño"; no a la falta de proyección y obras de embalse.
-Un promedio de 13 cadáveres diarios, víctimas de asesinatos, han ingresado a la morgue de Bello Monte en el mes de mayo. El 80% de sus ejecutores son jóvenes con edades entre 17 y 22 años. ¿Qué edad tenían estos homicidas cuando el prócer prometió cambiarse de nombre si durante los dos primeros años de gestión no acababa con la imagen de "los niños de la calle?".
-Entre el 2003 y 2014 se otorgaron setenta y un mil millones de dólares a las Misiones mientras el desempleo sólo en el mes de abril de 2014 aumento casi en un millón de personas y la inflación se aceleró al nivel más elevado de los últimos 18 años. ¿Entonces?
Esas cifras, y otras más, develan el desdén contra el pueblo que prometieron enaltecer. Pero los países no se esfuman. La mayoría seguirá exigiendo, con protestas que tanto enervan al régimen, cambios que revaliden la opción individual como factor de desarrollo. Hasta en China la propiedad particular en todas sus esferas es algo normal. El estilo de vida del chino hoy refleja tanto en sus detalles más banales como en sus convicciones y prácticas más sentidas una filosofía similar a la estructura de libre economía de mercado.
La soberanía nacional está más débil que hace 15 años. No cuenta con apoyo popular como rumean los revolucionarios que insisten con majaderías y anacronismos que ya no tiene cabida en Latinoamérica y buena parte del mundo. El régimen ha resuelto sustituir el dialogo por una estructura represiva como si así pudiese ocultar los profusos trances del país. La MUD no es el problema sino parte de la solución. La rabia está en el pueblo que deambula sufriendo por la incapacidad y corrupción de un gobierno que llegó al poder a empujones y no por nitidez de sus instituciones. ¿Insistirá con su ajado marxismo o escuchará el grito casi unísono del pueblo que exige cambio ahora?
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