Por
David Placer @dplacer ( Madrid).-
Moisés Naím atiende la entrevista bajo
la modalidad de dictado. Siguiendo el estilo del fundador del partido
URD, Jóvito Villalba, responde a las preguntas pronunciando hasta los
signos de puntuación. “En la economía, coma, como en la física, coma,
hay leyes que uno no puede denunciar ideológicamente, punto”. Redacto la
entrevista en un salón de la XXV asamblea plenaria CEAL que reúne a más
de 200 empresarios latinoamericanos esta semana en Madrid. Naím estira
el cuello, lee la transcripción de sus propias respuestas y quiere
corregir. “Pon una coma aquí. Esta palabra se repite”. No es de
extrañar: está acostumbrado a entrevistar, editar, y mandar.
Reputado
economista, fue ministro de Fomento de Carlos Andrés Pérez en la fase
de ajuste económico que precedió el sacudón del 27 de febrero de 1.989 y
también fue director de la influyente Foreign Policy. Actualmente es analista internacional del diario El País y dirige el programa de televisión de asuntos internacionales Efecto Naím, antes transmitido por Globovisión y ahora por la colombiana NTN24.
-¿Ha entrado Venezuela en default?
–Tal
como Ricardo Hausmann y Miguel Ángel Santos escribieron, el gobierno ya
dejó de pagar y ha escogido a los importadores y suplidores de bienes y
servicios que nutren al pueblo de Venezuela, pero ha seguido pagando a
Wall Street. Por ahora el gobierno parece tener los colchones necesarios
para correr la arruga pero el default es
una decisión del gobierno de Venezuela, que es un gobierno que ha
demostrado ser opaco e impredecible en su toma de decisiones.
-¿Es una medida contraindicada?
-Toda medida aislada de otras políticas públicas va a ser contraindicada.
-¿Cuáles son las reformas económicas que debería tomar el gobierno?
–Hay
ciertos equilibrios macroeconómicos que no dependen de la visión del
gobierno. En la economía, al igual que la física, hay leyes que uno no
puede denunciar ideológicamente. Como la ley de la gravedad. Es una ley
física que ninguna ideología ni ningún gobierno puede evitar. Si
imprimes dinero a las tasas a las que lo estás imprimiendo, tomas
iniciativas que espantan a la inversión, adoptas políticas públicas
devastadoras para la productividad, tienes políticas inflacionarias y
subsidios que empobrecen a los pobres. El resto del paquete económico
del chavismo prolongará los resultados que ya estamos viendo:
desabastecimiento, la inflación más alta del mundo y la distorsión
cambiara más alta del mundo. Y esto no se debe a la guerra económica, al
saboteo de la derecha oligárquica ni a las opiniones de economistas
distinguidos como Hausmann y Santos. Se debe a que el gobierno está
tratando de evitar las leyes básicas de la economía. El resultado está a
la vista de los venezolanos, que sufren las consecuencias a diario pero
parece no estar a la vista de quienes tienen los dólares y pueden
evitar la destrucción.
–¿Ha llegado la economía venezolana a un punto de no retorno?
–Una
de las sorpresas constantes es que uno supone que es imposible caer más
bajo, que es imposible ser más irresponsable, que es imposible ser más
negligente. Pero somos sorprendidos con decisiones y situaciones que
muestran que Venezuela sigue cayendo, que la irresponsabilidad y la
negligencia siguen siendo patrones recurrentes del gobierno.
–¿Se deben tomar medidas drásticas como las que ejecutó el gobierno de Carlos Andrés Pérez en el que usted participó en 1.989?
–Una
de las mentiras y mitos más repetidos es la pregunta que tú me haces.
No es cierto que en el gobierno de 1.989 se tomaran medidas drásticas en
comparación con las que eran necesarias. Allí hubo gradualismo en
varias cosas. Pero hubo la inevitable necesidad de tomar decisiones
porque el país se había quedado sin reservas. No hicimos muchas de las
cosas que exigía el Fondo Monetario Internacional. Los ajustes que se
tomaron en 1.989 fueron un juego de niños en comparación con lo que
vendrá, con los ajustes que se verá obligado a tomar el gobierno de
Venezuela.
–¿No hay otra salida diferente a la de los ajustes, a las medidas de choque?
–La
combinación de ignorancia e irresponsabilidad los va a llevar a que
sigan cayendo en la trampa de creer que con medidas tímidas, aisladas y
en el fondo cobardes se puede solucionar el problema. Creen que
solamente con una devaluación, con diferentes tipos de cambios, con
ciertas medidas fiscales tomadas aisladamente será suficiente. Pero es
una ilusión que lo único que hará es prolongar el sufrimiento de los
venezolanos más pobres.
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