SAMUEL BOCCANEGRA
Casi a diario se encadena para buscar
culpables y rematar con el YO NO FUI. Es el hijo del ahora padre nuestro
dedicado a continuar la obra del mentor. Solo que tiene un gobierno al borde de
la quiebra y con un precio petrolero que no sube hacia los $ 200 sino que baja
de los $100
Casi
a diario se encadena para buscar culpables y rematar con el YO NO FUI. Es el
hijo del ahora padre nuestro dedicado a continuar la obra del mentor. Solo que
tiene un gobierno al borde de la quiebra y con un precio petrolero que no sube
hacia los $ 200 sino que baja de los $100.
Hay
que pagar más de $ 6 mil millones por deuda externa en octubre. Y no hay
divisas, las reservas se agotan y bajan más con los precios del oro en caída
libre. Aumenta el desabastecimiento de alimentos, medicinas, el contrabando,
con militarcitos de bajo rango presos y generales ciegos, mudos y sordos. Los
buhoneros hacen de las suyas sin que aparezca un "superintendente".
Se
congelan las pensiones, millones de viejitos esperan la misión amor mayor a la
que solo le falta la partida de defunción. La pelazón es tal que se lleva por
delante esta misión bandera. Aparecen la epidemia y muerte en los hospitales
donde no hay ni curitas. Crece el malestar y la protesta social incluso dentro
de la maquinaria roja pues la marea socialista reclama y critica con fuerza. Y
el hombre de las cadenas día a día insiste: YO NO FUI.
Es
la guerra económica, la bacteriológica, el imperio, la oposición lacaya,
tranquilos la revolución avanza, somos y seremos una Venezuela potencia. Y las
órdenes son claras. Meter preso al director del hospital de Maracay por
desestabilizador. Repudio nacional a "El Puma" y revocatoria de la
nacionalidad venezolana a María Conchita, la de la noche loca noche de copas,
por traición a la patria. Acusar al académico Hausmann por opinar contra la
revolución económica e incitar al default.
Pero
las cadenas no funcionan, mientras más habla más cae la popularidad del hijo.
Comienza a aparecer el pánico en el poder. YO NO FUI se quiebra y no le queda
otra que arrodillarse en la capilla del Palacio.¡Padre nuestro, ayúdame! Y
aparece el pajarito revoloteando esperanzas y consejos.
La
cosa está fea. Trapos rojos hijo y caramelitos, no lo indultes, pero hay que
liberarlo porque la olla de presión está a punto de estallar. Dale oxígeno
humanista a la revolución, dale casa por cárcel, pero déjalo salir. Y salió
Iván Simonovis en libertad.
Vía Tal Cual
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