Enrique Meléndez / especial Noticiero Digital / 18 jun 2015.- El analista John Magdaleno aseguró en una conferencia que auspició la Fundación Espacio Abierto el pasado sábado, que el chavismo está en riesgo de perder la posición de poder, que ostenta desde hace 16 años, y esto como consecuencia de una severa crisis de eficacia, en lo que atañe a la gestión de mando, que incide sobre la legitimidad del regimen.
Comenzó asegurando que en Venezuela existía una severa crisis de eficacia que se reflejaba en una creciente pérdida de legitimidad del chavismo. Agregó que según algunos autores de teoría política, el derrumbamiento de la eficacia por un largo período puede poner en peligro la estabilidad del régimen y que eso era lo que él pensaba: la pérdida de la eficacia por parte del Ejecutivo conducía a una pérdida total y significativa del chavismo, poniendo en riesgo el sistema político en su conjunto.
-No es sólo la popularidad o el nivel de aprobación de Maduro lo que está en riesgo, sino que también está en riesgo la posición de poder que ostenta el chavismo después de estos 16 años.
A juicio de Magdaleno no toda crisis política se traduce en un cambio político pues hay autores que hacen ver que hay crisis que conducen a un “requilibramiento” del poder, y que ahora lo que está planteado en Venezuela de aquí a unos meses o a unos años es si ocurre tal hecho o, si por el contrario, hay una quiebra o un proceso de transición hacia una democracia.
Dijo que una de las evidencias de que había una pérdida reiterada de eficacia lo constituía el desempeño económico que el año pasado fue de -4%, y que la estimación que tienen algunos analistas es de que para este año será de -6 ó -7 por ciento, es decir, en el cual coinciden asimismo el FMI y diversas firmas consultoras.
Aseguró que la desinversión, uno de los componentes del PIB, es extensiva no solo al sector privado sino al público por la caída de los precios del petróleo que deja sin margen de maniobra al gobierno. Precisó que no es solo la cáida de los precios sino que el gobierno venía arrastrando unos problemas económicos financieros antes, incluso, de la crisis financiera del año 2009.
Magdaleno se remontó al 2005, año en el que, a su juicio, se inicia el desastre económico financiero, cuando “se registra un aumento del gasto público muy significativo, y la consecuencia de esto es un déficit fiscal que se ahonda en el año 2009 con la crisis financiera”.
Sólo que ese déficit, según Magdaleno, no pasaba de 4%, hasta el 2009 cuando caen los precios del petróleo y el déficit se incrementa a 8%; y que a partir de allí será una tendencia ya irreversible el incremento de la brecha fiscal aun cuando se recuperen los precios del petróleo. Para hoy, dijo, se estima que el déficit fiscal se ubique en un 22%.
El déficit ha incidido sobre el nivel de endeudamiento en los últimos cuatro años, y no sólo el Fisco Nacional sino también Pdvsa. Citó unas cifras de la firma Ecoanalítica que estima que la deuda totaliza unos 250 mil millones de dólares, y precisó que allí se incluía la deuda del gobierno central, más la deuda de financiera Pdvsa; ubicando la de esta última en unos 50 mil millones de dólares.
Otro de los factores que, a su juicio, demostraban la pérdida de la eficacia política del gobierno, radicaba en la caída de las reservas internacionales que comenzó en 40 mil millones de dólares y hoy se ubica en 17 mil millones de dólares; el menor nivel de reservas, que se ha tenido desde el año 1997.
Asimismo, se refirió a otro elemento que demostraba la desmejora de la eficacia de nuestra clase gobernante: la exacerbación de la dependencia del rentismo petrolero. Reveló que el 96 por ciento de lo que ingresa en divisas proviene de las exportaciones petroleras; de modo que calculado este ingreso a un precio promedio de unos 50 dólares el barril, sobre la base de la producción petrolera de hoy en día, que se ubica según el conferencista en 1 millón 700 mil b/d, da unos 32 mil millones de dólares; cuando en el 2012 el ingreso por exportación petrolera se ubicó en unos 95 mil millones de dólares.
“Estamos hablando –puntualizó- de una pérdida de casi 50 mil millones de dólares de ingresos petroleros, y tenga usted en cuenta el impacto que eso puede llegar a tener; siendo una de sus consecuencias la que tiene que ver con el fenómeno de la escasez. El gobierno estaba resolviendo el problema del consumo nacional por la vía de las importaciones. Ahora cuando tiene menos dólares disponibles, no puede abastecer el mercado, como lo venía haciendo por la vía de las importaciones. No tiene suficientes dólares”.
Advirtió que la reserva de dólares el gobierno la está dejando para una fecha cercana a las elecciones con el fin de dar la impresión en la opinión pública de que hay una recuperación económica y del abastecimiento, lo que dentro de la lógica del gobierno le ayude a recuperar la baja popularidad que ostenta en las encuestas de opinión pública.
Sobre la escasez, indicó que en la última cifra oficial que se tuvo, el año pasado, la misma se situaba en un 27%, y que en forma extraoficial se maneja que la misma se ha duplicado, influyendo además los desincentivos que el gobierno ha generado sobre el sector privado de la economía, que ha ocasionado un quiebre del aparato productivo.
“Otro tanto –dijo luego- se puede decir del problema de la inflación. Ya el año pasado se registra empatado a la tercera tasa, y el año pasado ya de hecho se convirtiró la cuarta tasa de inflación más elevada desde el año 1958; habiendo sido la más alta la del año 1996 de 103%, a consecuencia de la aplicación de la Agenda Venezuela; la segunda había sido en el año 1989 de 81%, también a consecuencia de la aplicación de un ajuste macroeconómico; la tercera había sido en el año 1994 de 70%, con motivo de la crisis financiera; ya en el 2013 con más de 50% se habíaa empatado a la tercera tasa, y el año pasado ya de hecho se convirtir acercado a la tercera tasa, y el año pasado con más de 78% ya de hecho se convirtió en la cuarta tasa más elevada”.
Así Magdaleno llegó a la conclusión de que, si los factores que engendraron altísimas tasas de inflación durante dos últimos dos años no han sido resueltos: emisiones de dinero inorgánico y la escasez que también presiona los precios al alza, las altas tasas de inflación continuarán no sólo este año sino el que viene.
Por otra parte, señaló que desde el año 2008 la cifras oficiales vienen reportando un deterioro del salario de los trabajadores y que la consecuencia ha sido un aumento de la pobreza, y que ya de hecho se venía observando desde el año 2013 por hogares en 21% a 27% y por personas de 25% a 32%; cifras reconocidas incluso por el Instituto Nacional de Estadísticas, y que, según su estimación, desde el 2014 ya la pobreza por persona ha aumentado a 40%.
Comentó de un estudio que acaba de dar a conocer la Universidad Católica en el que se habla de un índice de pobreza del 54%; lo cual era algo próximo a lo que existía en Venezuela, cuando el presidente Chávez llega al poder. “El deterioro –expuso- es evidente; hay una caída socioeconómica rápida, contundente, irrefutable. Hay una pérdida del poder adquisitivo y hay un deterioro de las condiciones de vida”.
Hizo ver, basado en los sondeos de algunas encuestas, que el desabastecimiento y la inseguridad son los temas que más preocupan hoy a la ciudadanía, y que, en cuanto a los señalamientos que hace la gente de quiénes son los responsables de esta situación, un 46% responsabiliza al presidente Nicolás Maduro, algo que consideró que nunca se había registrado 15 años antes, y que un 10% adicional responsabiliza también al gobierno. “Esto habla de un fenómeno que no se había registrado hasta el año pasado”.
Subrayó que también el 95% de las personas tienen problemas con su salario, que no les alcanza lo que da una idea de la magnitud de la crisis económica.
“Otra variable clave es la aprobación de Maduro; quien arranca con más de 51% de aprobación, después de su elección; se produce una pérdida temprana de 10% ya en septiembre de 2013. Tuvo una recuperación con el “dakazo” de 10%; pero que mantuvo por muy poco período, ya que la aprobación llegó a localizarse para diciembre del año pasado en 23%, frente a 74% de desaprobación. Eso habla de las tres cuartas partes de la población desaprobando la gestión de Maduro”.
Eso lo llevó a concluir- cerrando el ctema con el que comenzó la conferencia – de una pérdida severa de eficacia política por parte del gobierno, a la que se une una caída muy significativa de la identidad chavista; pues si para octubre de 2012 el 44% de los encuestados se definían como chavistas, en diciembre del año pasado esa cifra había bajado a 22%, una reducción a la mitad del chavismo, y que lo mismo sucedía con la identificación partidista, o sea, que los simpatizantes del Psuv también habían bajado en una forma drástica.
En lo que atañe a la intención de voto, informó que la brecha es de 20% a favor de la oposición, y que eso se ha mantenido hasta el mes de marzo; agregó que esta era una cifra presente en todas las encuestas, incluyendo Hinterlaces que habla de una brecha de 17% mientras otras que hablan de 24% a favor de la oposición. “Es decir, todos los estudios están indicando con mucha claridad que, por lo menos, hasta la fecha la primera probabilidad de triunfo la tiene la oposición de cara a las parlamentarias”, infirió Magdaleno.
Aseveró que luego de mucho tiempo, exixte una oportunidad real para la oposición de obtener una mayoría.
Esquematizó en 6 puntos las crisis que encara hoy en día el chavismo: 1) una crisis de modelo económico socialista; 2) una crisis de imagen del gobierno; 3) una crisis de liderazgo del presidente Maduro; 4) una crisis de identidad chavista; 5) una crisis de identidad partidista; 6) una crisis de gobernabilidad. De esta última dijo que estaba en puertas.
En esta parte trató de un modo irónico a aquellos que dicen que con semejante cuadro económico y político no va a pasar nada; que no deriva en mayores convulsiones polmicos. “Estoy en profundo desacuerdo –remató-; porque estos números hablan de señales muy distintas, y si se va a la literatura o si se va a la experiencia previa al Caracazo, se pueden observar episodios de convulsión social”.
En ese sentido, se paseó por las tasas de inflación previas al episodio del “Caracazo”, y así dijo que las mismas se ubicaban en el entorno del 40%; producto de desajustes económicos.
Informó que el Observatorio Venezolano de la Conflictividad Social viene registrando desde el comienzo del año un incremento significativo de las protestas por escasez de alimentos, productos de higiene y medicinas; que sólo en el mes de enero de 2015 se registraron 19 saqueos y 13 conatos de saqueos en el país, y que, de acuerdo a investigaciones que él había llevado a cabo pudo comprobar que, en efecto, sí se habían producido estos hechos en ciudades como Maracaibo, Cumaná, Maturín, y lo que lo llevó a reiterar que sí hay unos síntomas muy concretos de malestar social; pero, al mismo tiempo, de desafío a las autoridades debido a la gravedad del problema de la escasez.
“El chavismo, en realidad, no es el resultado de un proceso práctico político macerado en las luchas sociales; sino que es más bien un movimiento heterogéneo que se construye a través de una elección presidencial, y esa condición de partida, geométrica del chavismo hace que en su seno coexistan diversas corrientes, tendencias, facciones, que tienen visiones muy distintas acerca de la realidad, y de ahí vienen las tres grandes líneas de las división del chavismo: militaristas versus civilistas; pragmáticos o moderados versus radicales o ideológicos; procubanos versus pronacionalistas”.
Dijo que él veía tres desenlaces. “Una transición hacia la democracia pudiera estar facilitada, desde luego, con una conquista electoral en las parlamentarias; eventualmente, por la convocatoria a una Constituyente; aunque tengo especial recelo por este instrumento partiendo de que genera mucha cohesión en el chavismo, y ahí estaría amenazada toda la institucionalidad”.
Agregó que más bien se inclinaba por un revocatorio que sería lo que sigue, y el cual hasta pudiera generar incentivos en sectores del chavismo, en especial, aquellos que quieren un cambio de gobierno; que en privado plantean que hay que buscarle una salida constitucional al presidente Maduro.
Al referirse a la solicitud de la renuncia, esta opción la descartó partiendo la experiencia que se tuvo con Hugo Chávez a ese respecto: una revolución no renuncia. Igualmente consideró muy poco probable la formación de un gobierno de coalición, como lo asoman algunos; “después –apuntó- de un clima de polarización severo durante 16 años, que haya un gobierno de coalición se torna muy complejo.
No descartó que se produzcan conversaciones entre sectores moderados del chavismo y la oposición, sólo que vio allí una gran fragilidad, tomando en cuenta la inestabilidad que va a seguir viviendo el país en lo sucesivo.
Asimismo asomó la hipótesis de que de parte del chavismo se acentúe la transición hacia lo que definió, basándose en la literatura politológica, como el autoritarismo corporativo o burocrático en el que se produciría una radicalización del gobierno del presidente Maduro en lo económico y en lo político, con una fuerte presencia de la fuerza armada; lo que le dio lugar a la utilización del término chantaje.
“En efecto –aseveró- en la práctica está planteado, es decir, no es fortuito la configuración del alto mando militar, tan pronto fallece el presidente Chávez, y eso latentemente comunica la idea de un creciente poder de actores militares en la toma de decisiones de asuntos públicos, y con lo cual desaparece la regla de oro de la democracia venezolana, desde 1958, según la cual, el poder militar estaba subordinado al poder civil”.
Condenó cualquier intento de intervención militar que se produzca a última hora; algo que también lo trajo a colación como posible escenario ante las circunstancias, y, a ese respecto, dijo que de activarse sería protagonizada por factores del propio chavismo dado el clima de descontento que reina hoy en día en la ciudadanía.
“No puedo descartar la posibilidad –añadió- de que empecemos a transitar un escenario de excepcionalidad, y no me refiero a lo establecido en la Constitución; en la medida en que se puede convocar a un estado de excepción. Me refiero a excepcionalidad en el sentido politológico”. A ese respecto alertó a la audiencia a que no íbamos a llegar en un clima de tranquilidad a estos comicios.
Por último abordó un escenario en el cual se impondría lo que algunos autores conocen como el autoritarismo competitivo, típico del caso venezolano de hoy, que se traduciría en una estabilización (un requilibramiento) por la vía autoritaria, con una moderación eventual y tímida por parte del gobierno.
Concluyó pronosticando que Venezuela transitará por lo menos dos o tres años de inestabilidad política, lo que demanda un esfuerzo muy grande por parte de la oposición ya que, a su juicio, el tamaño del desafío es muy grande.
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