Wednesday, December 7, 2011

Cacerolazo continental

En: http://www.eluniversal.com/opinion/111207/cacerolazo-continental

ANTONIO COVA MADURO |  EL UNIVERSAL
miércoles 7 de diciembre de 2011  12:00 AM
Lo que para los venezolanos es la pesadilla y la injuria cotidiana, para los ilustres visitantes que nos acompañaron este pasado fin de semana ha sido una revelación y un asombro. Por supuesto que la mayoría de ellos, si es que se ven servidos por buenos embajadores, que hagan trabajar como deben -y con el propósito que sus cargos poseen- a su equipo diplomático, conocían la fama del personaje, pero una cosa es saberlo de oídas y por informes confidenciales, y otra vivirlo en carne propia.

Hugo Chávez podría, y de hecho lo hizo con infantil descaro, utilizar la venida de los presidentes del continente para su propio beneficio, que no es otro que sentirse halagado por ser el centro de todo y de todos. Pero al igual que a un niño a quien le celebran su piñata con especial derroche, Chávez interrumpía, aparecía, conversaba -conversaba hasta el cansancio- para que sus invitados notaran que la piñata era de él, de nadie más.

Nada de raro tendría que algunos viniesen impulsados -o picados, podríamos decir- por una particular y hasta morbosa curiosidad: conocer el estado real del enfermo. Que alguien que siempre se creyó un titán inmortal fuese súbitamente atacado por una enfermedad a la que todos consideran mortal, debe provocar en el involucrado conductas singulares. Y quizás lo más importante para los visitantes era observar, con meticulosa atención, lo que esa inesperada enfermedad estaba provocando en su Corte.

Chávez ya no es, en efecto, el Don Regalón de antaño. Los reales escasean y ya no alcanzan para regaladeras cuando el país se te cae a pedazos. Incluso jóvenes venezolanos disgustados tuvieron la osadía, en pancartas muy vistosas y visibles, de solicitarle a los beneficiados -Raúl, Correa, Ortega y Evo- que devolvieran los miles de millones que sin la anuencia del país Chávez les ha regalado. No se impacienten, que el cobro de esas acreencias se acerca raudo.

La curiosidad de la que hablamos debe haber hecho que Raúl Castro fuese muy solicitado directamente o por persona interpuesta. Él es quien, de todos ellos, posee la verdadera información. Él es el único que podría aventurar una respuesta aproximada a cuánto tiempo queda. También es, y eso lo sabemos todos, el único de los presentes que no debe su cargo a elección popular alguna. Fue escogido por un dedo, un dedo enfermo. Todos sabemos que de no haber sido por la grave enfermedad de su hermano mayor, él jamás hubiese accedido a ese cargo. Fidel aspiraba a morir mandando y ahora es un viejito enfermo y fastidioso que ni recibir chismes e intrigas puede ya.

A algunos de los invitados se les notaba el desagrado de ser utilizados sin su consentimiento para propaganda de Chávez. Ese fue el caso de Dilma Rousseff, quien muy posiblemente ni cree ni espera nada de este nuevo invento de una OEA sin gringos ni canadienses, cuando es con ellos con quienes tiene que codearse en las reuniones verdaderamente importantes. A los venezolanos les quedó una pregunta cuya respuesta deberá esperar: ¿qué hará Cristina con el retrato de Kirchner después del 7 de Octubre?

Lo más importante de estos días fue, sin embargo, la reaparición de la vigorosa oposición. Como saben mis lectores, siempre he considerado que la real y vigorosa oposición venezolana está en cada rincón, en cada calle, en cada zaguán, no en los cenáculos de los partidos. Y esta oposición, como en la época de las gloriosas marchas, mostró que está vivita y coleando.

Gracias a las asombrosas tecnologías de este tiempo se convocó a un cacerolazo monumental en Caracas este viernes 2 a las 8 pm. Y la gente respondió. Me hicieron recordar los gloriosos días en que cientos de miles nos movilizábamos para mostrar nuestro rechazo a esta payasada tan dañina que se empeñan en llamar Socialismo del Siglo XXI. Estamos de nuevo en la calle y mandándole al agónico régimen que ya ni los huecos de las carreteras puede prever y menos tapar, un mensaje contundente: saldremos por miles a las calles, para ser mensajeros del cambio por todos los rincones.

Venezuela está harta y quiere volar; salir del estancamiento en que la ha postrado este régimen incapaz. Ha sido muy paciente en esperar que se venzan los plazos, pero no está dispuesta a conceder ni una pizca más de lo que ya ha concedido. Este régimen no tiene remedio y le llegó ya su cuarto de hora y hay cero disposición a tolerarle trampa alguna. Por suerte, de ese lado tampoco hay mucho ánimo que se diga para correr a hundirse con quien a ojos vista se está despidiendo ya.

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