Cumbre y pancartas

En: http://www.lapatilla.com/site/2011/12/03/editorial-el-nacional-cumbre-y-pancartas/

Editorial de El Nacional

El día de ayer pasará a la historia de Venezuela como una jornada durante la cual la mediocridad oficial y el ridículo se dieron la mano, pero también será recordada como la primera vez que, en estos últimos y oscuros años, la población hizo saber con eficiencia y entusiasmo su protesta pública no sólo contra el Gobierno y las cumbres de cartón que, falsamente, son proclamadas como nuevas instancias de unidad latinoamericana y caribeña, sino contra este tipo de fastuosas reuniones que poco aportan a la solución de los graves problemas que sufren nuestros pueblos.
En momentos en que las naciones industrializadas luchan por reducir sus déficits y controlar sus gravísimos problemas de deuda, a unos presidentes latinoamericanos y algunos aprovechadores caribeños se les ocurre reunirse para constituir la Celac, algo que podía esperar, como es lógico, un tiempo y un mejor momento. Nadie condena la iniciativa pero ¿cuál es el apuro? ¿A quién se le acaba el tiempo? ¿A qué Presidente le interesa que esta cita sea urgente y no pueda ser pospuesta más allá del año 2012? Y lo peor, se llegan a concordancias entre nuestras naciones que viajan en las nubes, imposibles de cumplir en vista de la gravedad de la situación económica internacional y de la caída inevitable de los precios de las materias primas, de los productos agropecuarios y del comercio en general respecto al resto de los países del mundo. Se olvida cínicamente que la recesión ha dejado de ser una enfermedad de la economía y se ha convertido, además, en una peligrosa y contagiosa gripe para la política.
Hablamos entonces de un mundo de fantasías cuando América Latina y el Caribe quieren convertirse en una unidad dirigida hacia un solo propósito: el de Fidel Castro, interesado siempre en dividir todo lo que tiene por delante. La ONU, la OEA, la CIDH, la FAO y pare de contar. Lo mismo da.
Si es un pupú de perro, Fidel y su clon criollo igual lo dividen y desde luego quedan finalmente dos pupusitos de perro porque al dividir las cosas no cambian de estado físico o adquieren cualidades nuevas o maravillosas. Siguen siendo lo mismo y, en esencia, siguen oliendo mal aunque Fidel crea que la partecita de él no huele tan mal. Pues se equivoca.
Las pancartas que los venezolanos colocaron ayer en las avenidas y calles de Caracas pidiendo “Fidel Castro: devuelve 22.000 millones de dólares a los venezolanos”; “Evo Morales: devuelve 4.000 millones” y “Rafael Correa: devuelve 3.000 millones”, decían y dicen mucho de lo que los venezolanos honestos piensan del gobierno de Chávez.
Los medios de comunicación reportaron que las pancartas “fueron retiradas por la policía”. No era para menos. Los reclamos de los indignados venezolanos en ningún momento estaban dirigidos a todos los mandatarios visitantes sino al cuarteto de vampiros que le chupan petróleo al presupuesto venezolano y no pagan nunca: Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua.