EL UNIVERSAL
jueves 8 de agosto de 2013 12:17 PM
Nueva York, Estados Unidos.- "Si la mitad de los votantes hispanos salen a votar, yo soy el alcalde de Nueva York", dice convencido Adolfo Carrión Jr., uno de los dos candidatos latinos a dirigir la ciudad más grande de Estados Unidos, que busca al sucesor de Michael Bloomberg.
"El hispano es el gigante dormido. Creo que ha llegado nuestra hora", cuenta Carrión en sus oficinas en Chelsea, en el centro de Manhattan, donde trabaja con su equipo con la mira puesta en el 5 de noviembre, fecha de las elecciones, destacó AFP.
Nacido en Brooklyn (sureste de Nueva York) de padres portorriqueños que emigraron en 1955, este político de 52 años presenta su candidatura por el Partido Independencia y cuenta con una experiencia en gestión pública de más de dos décadas en la ciudad.
"Si los latinos salen a votar, cambian la política de Nueva York. Por eso parte de esta campaña es 'Ésta es tu ciudad, toma control de tu ciudad y tu destino'", afirma.
En una ciudad tradicionalmente demócrata, la primaria de ese partido prevista para septiembre parece una elección anticipada, y allí luchan la favorita y actual presidente del Consejo Municipal Christine Quinn, Bill de Blasio, Bill Thompson y más rezagado ahora el excongresista envuelto en escándalos sexuales Anthony Weiner.
El otro candidato latino en la carrera por la alcaldía de Nueva York es un demócrata, el pastor Erik Salgado -también de origen portorriqueño-, que cuenta con mínimas posibilidades de pasar el corte de las primarias del partido del presidente Barack Obama, según los sondeos.
Para Carrión, las posibilidades de convertirse en el sucesor de Bloomberg (que acaba su tercer mandato en diciembre) dependen fundamentalmente del voto de los cerca de un millón de electores latinos, sobre un total de 4,3 millones.
La cuestión es no solo lograr el apoyo sino movilizar a ese electorado en unas elecciones que en los últimos años han tenido muy baja participación: en 2009, cuando Bloomberg fue reelecto por última vez, votaron solo 1,2 millones de personas (29%), y apenas 189.000 latinos (16%), explica Carrión.
Según este político que se ha desempeñado en el Bronx y el Consejo Municipal de la ciudad, el problema radica en que los hispanos (que representan cerca de un tercio de los 8,3 millones de neoyorquinos) "todavía tienen el sentimiento de ser visitantes".
"Hay que cambiar la psicología. Tiene que agarrar las riendas. La victoria más grande es animar al pueblo hispano", señala el candidato, que suma alrededor de entre 6 y 10% de intenciones de voto dependiendo de sus rivales, según un sondeo de Maris Poll de fines de junio.
Modernizar Nueva York, transformar la educación pública
El plan de Carrión se centra por un lado en la "modernización de la infraestructura" de la ciudad, sobre todo en el transporte público y el acceso a Internet, para atraer inversiones y crear empleo, a su entender "el mejor" programa social para resolver problemas.
También busca la "transformación de la educación pública" con un programa que refleje las necesidades de las industrias modernas, así como proveer un acceso a viviendas asequibles, uno de los grandes déficits en Nueva York, donde los alquileres son extremadamente caros.
Otro punto importante es la seguridad pública, marco en el cual reconoce en parte los logros de la administración Bloomberg ("Nueva York es hoy más segura que en cualquier otro momento de nuestra historia"), aunque afirma que es necesario mejorar la relación entre la policía y la comunidad, en particular las minorías.
Los hispanos y afroamericanos denuncian ser víctimas de discriminación en los controles y cacheos espontáneos de la policía, lo que ha creado una situación de desconfianza.
El medio ambiente constituye otro elemento fundamental del programa de Carrión, con un impulso a los vehículos eléctricos, los edificios verdes y la agricultura urbana o vertical.
Para Carrión, tras los doce años de administración Bloomberg, hay que volver a "inspirar la participación", ya que según él los neoyorquinos hoy en día "no se sienten parte de la vida cívica de la ciudad".
"El hispano es el gigante dormido. Creo que ha llegado nuestra hora", cuenta Carrión en sus oficinas en Chelsea, en el centro de Manhattan, donde trabaja con su equipo con la mira puesta en el 5 de noviembre, fecha de las elecciones, destacó AFP.
Nacido en Brooklyn (sureste de Nueva York) de padres portorriqueños que emigraron en 1955, este político de 52 años presenta su candidatura por el Partido Independencia y cuenta con una experiencia en gestión pública de más de dos décadas en la ciudad.
"Si los latinos salen a votar, cambian la política de Nueva York. Por eso parte de esta campaña es 'Ésta es tu ciudad, toma control de tu ciudad y tu destino'", afirma.
En una ciudad tradicionalmente demócrata, la primaria de ese partido prevista para septiembre parece una elección anticipada, y allí luchan la favorita y actual presidente del Consejo Municipal Christine Quinn, Bill de Blasio, Bill Thompson y más rezagado ahora el excongresista envuelto en escándalos sexuales Anthony Weiner.
El otro candidato latino en la carrera por la alcaldía de Nueva York es un demócrata, el pastor Erik Salgado -también de origen portorriqueño-, que cuenta con mínimas posibilidades de pasar el corte de las primarias del partido del presidente Barack Obama, según los sondeos.
Para Carrión, las posibilidades de convertirse en el sucesor de Bloomberg (que acaba su tercer mandato en diciembre) dependen fundamentalmente del voto de los cerca de un millón de electores latinos, sobre un total de 4,3 millones.
La cuestión es no solo lograr el apoyo sino movilizar a ese electorado en unas elecciones que en los últimos años han tenido muy baja participación: en 2009, cuando Bloomberg fue reelecto por última vez, votaron solo 1,2 millones de personas (29%), y apenas 189.000 latinos (16%), explica Carrión.
Según este político que se ha desempeñado en el Bronx y el Consejo Municipal de la ciudad, el problema radica en que los hispanos (que representan cerca de un tercio de los 8,3 millones de neoyorquinos) "todavía tienen el sentimiento de ser visitantes".
"Hay que cambiar la psicología. Tiene que agarrar las riendas. La victoria más grande es animar al pueblo hispano", señala el candidato, que suma alrededor de entre 6 y 10% de intenciones de voto dependiendo de sus rivales, según un sondeo de Maris Poll de fines de junio.
Modernizar Nueva York, transformar la educación pública
El plan de Carrión se centra por un lado en la "modernización de la infraestructura" de la ciudad, sobre todo en el transporte público y el acceso a Internet, para atraer inversiones y crear empleo, a su entender "el mejor" programa social para resolver problemas.
También busca la "transformación de la educación pública" con un programa que refleje las necesidades de las industrias modernas, así como proveer un acceso a viviendas asequibles, uno de los grandes déficits en Nueva York, donde los alquileres son extremadamente caros.
Otro punto importante es la seguridad pública, marco en el cual reconoce en parte los logros de la administración Bloomberg ("Nueva York es hoy más segura que en cualquier otro momento de nuestra historia"), aunque afirma que es necesario mejorar la relación entre la policía y la comunidad, en particular las minorías.
Los hispanos y afroamericanos denuncian ser víctimas de discriminación en los controles y cacheos espontáneos de la policía, lo que ha creado una situación de desconfianza.
El medio ambiente constituye otro elemento fundamental del programa de Carrión, con un impulso a los vehículos eléctricos, los edificios verdes y la agricultura urbana o vertical.
Para Carrión, tras los doce años de administración Bloomberg, hay que volver a "inspirar la participación", ya que según él los neoyorquinos hoy en día "no se sienten parte de la vida cívica de la ciudad".
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