ADOLFO R. TAYLHARDAT| EL UNIVERSAL
miércoles 7 de agosto de 2013 12:00 AM
El pasado 13 de junio, en un artículo titulado "El misterioso linaje de Nicolás Maduro", Rodolfo Schmidt escribió: "del muerto falta su certificado de defunción; del vivo... su certificado de nacimiento. Increíble".
Lo cierto es que los dos casos tienen mucho en común. El tema de la enfermedad y muerte el predecesor lo cubrieron las autoridades con un manto de secretismo y crearon una red de mentiras con el deliberado propósito de ganar tiempo para fraguar un proceso fraudulento de sucesión. Por encima del respeto que debo hacia los muertos, no cabe duda de que la alta dirigencia del régimen montó todo un espectáculo para especular políticamente el luctuoso acontecimiento. Después de la "finale" de esa tragicomedia, han quedado en el ambiente muchas interrogantes y sospechas. Supuestamente el fenecido gobernante no murió en la fecha que anunció el oficialismo. Se dice también que en "el cuartel de la montaña", convertido ahora en un nuevo panteón nacional, no están los restos del fenecido, pero el sitio se ha convertido en un lugar de culto político-religioso casi supersticioso.
En el caso del ilegítimo, la ocultación de la partida de nacimiento sirvió para fraguar la trama de violaciones de la Constitución y tratar de imprimir legalidad a una situación clara y evidentemente violatoria de la Carta Magna. Ahora esconden el certificado que acredita el lugar donde nació y su ascendencia, o simplemente mantienen secuestradas todas las evidencias que podrían revelar la información relacionada con su condición legal como ciudadano.
La partida de nacimiento es un documento fundamental en la vida de una persona. Para obtener la cédula de identidad es indispensable presentar el original de la partida de nacimiento o una copia debidamente certificada. La partida de nacimiento es, en fin, un documento imprescindible en la vida de cualquier persona. Acredita la existencia misma de una persona, su filiación y su origen o nacionalidad. Una persona que no tenga partida de nacimiento es como si no hubiera nacido, es un apátrida, porque no se sabe en qué lugar del mundo nació, y un engendro misterioso porque no se sabe quiénes lo trajeron al mundo.
De hecho, la cédula de identidad es, a su vez, como una copia portátil de la partida de nacimiento que debemos presentar para poder realizar una multitud de tareas y actos de nuestra vida diaria.
En el caso del ilegítimo caben muchísimas interrogantes. Si no tiene partida de nacimiento, ¿cómo obtuvo una cédula de identidad? ¿De qué recursos se valió para obtenerla si no tiene partida de nacimiento? Peor aún, ¿si tiene cédula de identidad cómo la obtuvo sin partida de nacimiento? ¿Cómo ha podido desempeñar diversas funciones públicas con una cédula forjada obtenida sin una partida de nacimiento?
Pero hay todavía más: es bien sabido que la forma como se instrumentó su designación como encargado de la presidencia, la manera como se fabricó su candidatura y después su elección y consiguiente entronización como Jefe de Estado se llevaron a cabo pateando la Constitución y las leyes. Es un mandatario desprovisto totalmente de ilegalidad. Pero, además, todas esas acciones se llevaron a cabo sin que tuviera una cédula de identidad respaldada con una partida de nacimiento válida y legal.
El exembajador panameño ante la OEA, Guillermo Cochez ha realizado una labor investigativa digna de Sherlock Holmes y ha obtenido copia de una partida de nacimiento en la cual consta que el ilegítimo nació en Cúcuta, Colombia, de padre colombiano y madre venezolana. En una sospechosa actitud de complicidad con el régimen venezolano, el funcionario responsable de la oficina en la cual reposa ese documento, le niega validez alegando que adolece de defectos formales. El exembajador Cochez ha pedido que le permitan revisar el libro en el cual debe estar inscrita el acta, pero le ha sido negado el acceso.
Si el ilegítimo quisiera despejar las dudas en cuanto a su origen, ¿por qué no demuestra cuál es su verdadero status? ¿Por qué se sigue engañando a los venezolanos como lo hicieron con la enfermedad y el deceso de su tutor y predecesor? Mientras más se mantenga el misterio alrededor de la partida, no solo las dudas sobre su ilegitimidad se mantendrán, sino que además se reafirma la convicción de que es un usurpador porque ocupa y desempeña funciones fraudulentamente, valiéndose de una descomunal estafa a la nación.
Lo cierto es que los dos casos tienen mucho en común. El tema de la enfermedad y muerte el predecesor lo cubrieron las autoridades con un manto de secretismo y crearon una red de mentiras con el deliberado propósito de ganar tiempo para fraguar un proceso fraudulento de sucesión. Por encima del respeto que debo hacia los muertos, no cabe duda de que la alta dirigencia del régimen montó todo un espectáculo para especular políticamente el luctuoso acontecimiento. Después de la "finale" de esa tragicomedia, han quedado en el ambiente muchas interrogantes y sospechas. Supuestamente el fenecido gobernante no murió en la fecha que anunció el oficialismo. Se dice también que en "el cuartel de la montaña", convertido ahora en un nuevo panteón nacional, no están los restos del fenecido, pero el sitio se ha convertido en un lugar de culto político-religioso casi supersticioso.
En el caso del ilegítimo, la ocultación de la partida de nacimiento sirvió para fraguar la trama de violaciones de la Constitución y tratar de imprimir legalidad a una situación clara y evidentemente violatoria de la Carta Magna. Ahora esconden el certificado que acredita el lugar donde nació y su ascendencia, o simplemente mantienen secuestradas todas las evidencias que podrían revelar la información relacionada con su condición legal como ciudadano.
La partida de nacimiento es un documento fundamental en la vida de una persona. Para obtener la cédula de identidad es indispensable presentar el original de la partida de nacimiento o una copia debidamente certificada. La partida de nacimiento es, en fin, un documento imprescindible en la vida de cualquier persona. Acredita la existencia misma de una persona, su filiación y su origen o nacionalidad. Una persona que no tenga partida de nacimiento es como si no hubiera nacido, es un apátrida, porque no se sabe en qué lugar del mundo nació, y un engendro misterioso porque no se sabe quiénes lo trajeron al mundo.
De hecho, la cédula de identidad es, a su vez, como una copia portátil de la partida de nacimiento que debemos presentar para poder realizar una multitud de tareas y actos de nuestra vida diaria.
En el caso del ilegítimo caben muchísimas interrogantes. Si no tiene partida de nacimiento, ¿cómo obtuvo una cédula de identidad? ¿De qué recursos se valió para obtenerla si no tiene partida de nacimiento? Peor aún, ¿si tiene cédula de identidad cómo la obtuvo sin partida de nacimiento? ¿Cómo ha podido desempeñar diversas funciones públicas con una cédula forjada obtenida sin una partida de nacimiento?
Pero hay todavía más: es bien sabido que la forma como se instrumentó su designación como encargado de la presidencia, la manera como se fabricó su candidatura y después su elección y consiguiente entronización como Jefe de Estado se llevaron a cabo pateando la Constitución y las leyes. Es un mandatario desprovisto totalmente de ilegalidad. Pero, además, todas esas acciones se llevaron a cabo sin que tuviera una cédula de identidad respaldada con una partida de nacimiento válida y legal.
El exembajador panameño ante la OEA, Guillermo Cochez ha realizado una labor investigativa digna de Sherlock Holmes y ha obtenido copia de una partida de nacimiento en la cual consta que el ilegítimo nació en Cúcuta, Colombia, de padre colombiano y madre venezolana. En una sospechosa actitud de complicidad con el régimen venezolano, el funcionario responsable de la oficina en la cual reposa ese documento, le niega validez alegando que adolece de defectos formales. El exembajador Cochez ha pedido que le permitan revisar el libro en el cual debe estar inscrita el acta, pero le ha sido negado el acceso.
Si el ilegítimo quisiera despejar las dudas en cuanto a su origen, ¿por qué no demuestra cuál es su verdadero status? ¿Por qué se sigue engañando a los venezolanos como lo hicieron con la enfermedad y el deceso de su tutor y predecesor? Mientras más se mantenga el misterio alrededor de la partida, no solo las dudas sobre su ilegitimidad se mantendrán, sino que además se reafirma la convicción de que es un usurpador porque ocupa y desempeña funciones fraudulentamente, valiéndose de una descomunal estafa a la nación.
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